«La Semana Santa permite integrar aspectos turísticos, culturales y religiosos»

Javier Ramos Sancha pertenece desde hace cinco años a la cofradía de Jesús Resucitado y del Santísimo Sacramento, con sede en San Lesmes, en la que ahora ejerce como secretario.

JAVIER RAMOS SANCHA_ cofrade testimonio

 

Javier Ramos Sancha nació en Burgos en 1984. Cursó sus estudios en los colegios Florentino Díaz Reig y Félix Rodríguez de la Fuente de la capital burgalesa antes de su ingreso en la universidad para estudiar Obras Públicas y Magisterio por inglés. En 2016 recibió el Premio Nacional Giner de los Rios a la Innovación Educativa. Actualmente es maestro en un colegio de Aguilar de Campoo. Su vinculación a nivel parroquial siempre estuvo en Burgos en la Real y Antigua de Gamonal, donde ha sido catequista durante más de 12 años y monitor de tiempo libre de «Misión Posible». Está casado y tiene dos hijos. Desde hace algo más de 5 años pertenece a la Cofradía de Jesús Crucificado y del Santísimo Sacramento, con sede en la parroquia de San Lesmes, en la que en estos momentos ejerce como secretario.

 

Hace cinco años, desde la parroquia de San Lesmes, invitaron a Javier Ramos a participar en sus procesiones como cofrade. «Siempre me ha gustado mucho el ambiente de Semana Santa», así que tras seguir participando en las actividades organizadas durante todo el año, Javier decidió continuar en la cofradía. Ya lleva cinco años y ahora además, ejerce como secretario de la misma. La Cofradía de Jesús Crucificado y del Santísimos Sacramento es una de las cofradías con más tradición en Burgos, es una fusión de dos cofradías separadas que había en la parroquia, que «en un momento dado deciden unirse». «La historia es my larga y muy interesante, pero lo importante es que sigue viva en la Semana Santa burgalesa», explica Javier. En esta cofradía cuentan con la talla de Jesús Resucitado, de principios del siglo XX, obra del escultor barcelonés Ildefonso Serra. Además cuentan con otra talla para procesionar, la de un «Cristo Negro» de autor desconocido, que procede de Cataluña.

 

Para Javier, como cofrade, la Semana Santa es «vivir de lleno la Pasión de Jesús, es morir para volver a resucitar». Pero este proceso comienza mucho antes de los días de Pasión, con la Cuaresma, «un tiempo de preparación muy especial en el que nos damos cuenta de aquello que debemos apartar de nuestra vida de cristianos, ser conscientes de lo que debe morir en nosotros para luego resucitar».  Pero la vida de la cofradía no se limita únicamente a la Semana Santa, «mantenemos reuniones entre nosotros y participamos en la vida parroquial», cuenta Ramos sobre la vida de un cofrade más allá de los días grandes en Semana Santa. Además, mantienen encuentros con otras cofradías, «el año pasado organizamos el encuentro de cofradías de la diócesis», un momento en el que entablar contacto con otros cofrades de la ciudad.

 

La Semana Santa de Burgos, para Javier, en los últimos años «ha dado pasos importantes», se comienza a entender esta fecha «como un fenómeno social» que abarca todos los aspectos importantes a nivel cultural, económico o turístico. «La tarea es integrar todos estos elementos», engloba muchos sentimientos que no son incompatibles unos con otros, «todo debe integrarse». Para cada persona este tiempo sugiere diferentes aspectos «se puede admirar una obra de arte, vivir el sentimiento religioso y al mismo tiempo ver ciudades nuevas, conocer su historia, su arte y su gastronomía». Es un aspecto cultural del que la Semana Santa no puede ni debe huir, porque es imposible. Sin olvidar el sentido evangelizador que estos días pueden tener: «muchas personas se acercan a la Iglesia solamente en Semana Santa como aspecto, en principio, tradicional y puede suponer finalmente una conversión», reflexiona el cofrade.

 

Las cofradías de la cuidad han notado cómo la pandemia ha hecho mella en ellas, «no porque se hayan borrado los que ya estaban, sino porque hay muchas personas que han estado enfermas, que ya son mayores, y que ahora se lo piensan mucho a la hora de salir en las procesiones». Pero los cofrades también sienten cómo, desde la diócesis, se está intentando animar y apoyar esta realidad. Este mismo año, se organizó un «café cofrade», para intercambiar opiniones, conocerse y acercarse más. Acudió el arzobispo don Mario Iceta, y «me gustó lo que nos dijo, porque demostró que conoce muy bien la tradición cofrade y eso es una ventaja». Además, se organizó desde la diócesis un encuentro de jóvenes de distintas cofradías en San Cosme y una Feria Cofrade. Todo lo que suponga acercar a la sociedad lo que son y lo que se hace en las cofradías «me parecen pasos importantes».

 

 

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