Las Siete Palabras de Cristo rompen el silencio de la noche burgalesa

El Santísimo Cristo de Burgos ha salido de la Catedral y ha recorrido las calles de la ciudad flanqueado por siete faroles que llevan grabadas las palabras que pronunció Jesús en su agonía.
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Recogidas por los cuatro evangelistas, han sido motivo de devoción en todo el mundo, sobre todo cuando su meditación se convirtió en habitual en la Semana Santa bien entrado el siglo XVI. Las siete sentencias que pronunció Jesús durante su agonía en la cruz han vuelto a resonar hoy en las calles de Burgos, rompiendo el silencio que imperaba en la noche de este Martes Santo. Grabadas en 1902 por la Casa Quintana en siete faroles de cristal con forma de cruz, las Siete Palabras no solo han desfilado por la ciudad, sino que han sido también causa de reflexión a lo largo de otras tantas paradas durante una procesión que cada año gana adeptos.

 

Además de los faroles, los cofrades de las Siete Palabras han portado a hombros la réplica del Santísimo Cristo de Burgos, una venerada imagen articulada que se custodia en la Catedral, donde esta hermandad tiene su sede y desde donde ha partido la procesión. Con una parada en la iglesia de Santa Águeda ante la Virgen de la Soledad –donde ambas cofradías han intercambiado un ramo de flores– el itinerario ha seguido después por la calle Barrantes, Eduardo Martínez del Campo, paseo de la Audiencia y las plazas del Rey San Fernando y Santa María, para concluir el itinerario en el punto de partida.

 

El Santo Cristo de Burgos es una venerada imagen en todo el mundo, cuya devoción se extendió de la mano de la orden agustiniana. La leyenda cuenta que llegó a España en un barco arrastrado por una tempestad y fue traído hasta la ciudad. Ante él han rezado la reina Isabel de Castilla, santa Teresa de Jesús y numerosos burgaleses a lo largo de los siglos, sobre todo en tiempos de pandemias y calamidades.

 

Se trata de una talla articulada de origen flamenco y de autor desconocido al que se le dotó de pelo y uñas naturales y cuyo cuerpo se recubrió con piel de becerro para dar más realce a las representaciones catequéticas que con él se realizaban en la Baja Edad Media. De hecho el acto del Desenclavo se reproduce en la mañana del Viernes Santo.

 

La de las Siete Palabras ha sido la segunda procesión celebrada hoy en la ciudad, después del Rosario Penitencial Obrero que ha recorrido por la tarde las calles del barrio de Vega. Los cofrades de la Santa Columna han portado a hombros, por primera vez, la imagen de Jesús atado a la columna.

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