Celebración de la Pasión del Señor, «el inmenso abrazo de Cristo»

Don Mario Iceta ha celebrado en la Catedral la Pasión del Señor, un momento para «agradecer, aprender a mirar y ser acogidos en el inmenso amor de Cristo»
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La celebración de la Pasión del Señor ha tenido lugar esta tarde en la Catedral y ha estado presidida por el arzobispo don Mario Iceta. De rodillas y en silencio ha comenzado este oficio, un gesto que ha realizado en primer lugar el arzobispo y al que han seguido todos los asistentes, en señal de penitencia y oración.

 

Tras las lecturas, el arzobispo ha resaltado tres aspectos fundamentales de la Pasión de Cristo. Ha comenzado agradeciendo, porque «lo que hace Jesús es llevar todos nuestros juicios, soledades, injusticias, sufrimientos a la cruz». «Tus cicatrices nos han curado», y no solo sanado, si no también «los perdona». Esta es la forma que Jesús emplea para «enseñarnos a perdonar y amar de un modo nuevo», razón por la que expresar una «inmensa gratitud a Cristo». El segundo elemento ha sido «aprender a mirar» con los ojos del buen ladrón que es capaz de descubrir cuando ve a Jesús crucificado a su lado cómo el «Reino de Cristo es un reino distinto, lleno de amor y misericordia». «Ojalá se nos den los ojos del buen ladrón» para ser capaces de «descubrir cómo este reinado está en medio de nosotros, germinando», ha pedido don Mario. Para terminar su intervención, como tercera clave, ha destacado «ser acogidos en el inmenso amor del Señor». Identificando la cruz como «el inmenso abrazo de Cristo», unos brazos preparados para acoger a todas las personas porque «en su corazón cabemos todos».

 

Después de las palabras que el pastor de la Iglesia de Burgos ha dirigido a todos los presentes que llenaban la nave central de la Catedral, se ha orado por todos los fieles de forma más solemne y extensa que en otras ocasiones. A continuación se ha realizado la adoración a la cruz, un momento que el arzobispo ha pedido que sea «un instante de gracia, agradecimiento, perdón, y de poner nuestra vida bajo el amor misericordioso de Cristo, nuestro sumo sacerdote».

 

La celebración ha concluido con el momento de comulgar. Tal y como marca la tradición el Viernes Santo no se celebra la eucaristía, pero sí se comulga con el Cuerpo de Cristo que se reserva de forma solemne en la eucaristía del Jueves Santo. La Vigilia Pascual tendrá lugar mañana sábado a las 22 horas para celebrar la Resurrección de Cristo.

 

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