Convivencia, formación y presencia pública en el Encuentro Diocesano de Cofradías celebrado en Roa

La cita reunió a más de 350 personas procedentes de toda la provincia que estrecharon los lazos de hermandad y renovaron su compromiso evangelizador.
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Pasada la Pascua las cofradías y hermandades de la archidiócesis han vuelto a salir a la calle, aunque en este caso de forma festiva y conjunta: más de 350 cofrades de toda la provincia se han reunido este sábado 3 de junio en Roa para celebrar el tradicional Encuentro Diocesano de Hermandades y Cofradías. Procedentes de lugares tan distintos como Villarcayo, Gumiel de Izán o el barrio burgalés de Gamonal, entre otros muchos puntos de la provincia burgalesa, en el encuentro se han dado cita representantes de más de 50 colectivos, tanto cofradías penitenciales como de gloria. La jornada tuvo momentos de formación, convivencia y celebración, así como de presencia pública en las calles del centro de la villa raudense cuyas cofradías han tenido especial protagonismo a lo largo de la jornada.

 

Tras los saludos iniciales y la bienvenida, la jornada comenzaba con una conferencia del historiador local Juan Antonio Casín, que se ha detenido en la importancia de las cofradías raudenses a lo largo de la historia, acompañándose de fotografías antiguas de la villa y sus colectivos religiosos.

 

A continuación estandartes, insignias, medallas, varas y escapularios han dado testimonio en las calles del centro de Roa de la devoción que aglutinan las distintas hermandades con la procesión de los cofrades entre la iglesia de San Esteban y la iglesia parroquial de Santa María.  Los cofrades anfitriones han sacado en andas las imágenes de los dos patrones de Roa: San Roque y la Virgen de la Vega, que iba abriendo la procesión. La cerraban priores y hermanos mayores de cada cofradía, portando cada uno la vara que los identifica. La procesión ha estado animada por el delegado diocesano de religiosidad popular, Lucinio Ramos, quien ha recordado los tres fines de las cofradías y hermandades: dar el mejor culto y gloria a Dios, formar a sus miembros, y alentar la ayuda mutua entre ellos y hacia los más desfavorecidos de la sociedad.

 

Al finalizar el recorrido los participantes han recibido el homenaje de la villa anfitriona con los bailes de las niñas del grupo de jotas y danzas Rauda antes de entrar en la iglesia parroquial para la celebración de la Eucaristía, presidida por el vicario de Pastoral, José Luis Lastra, acompañado por el párroco de Roa, Antonio Mosso, y sacerdotes del arciprestazgo de Santo Domingo de Guzmán. Lastra ha subrayado el papel la Virgen María como intercesora tras la lectura del pasaje de las bodas de Caná en el evangelio. «Ella no resuelve las cosas, pero ayuda a resolverlas» ha explicado. «Por eso rezamos a Jesús y lo hacemos por medio de María». La homilía finalizaba con una mención a la Asamblea Diocesana en el aniversario de su conclusión. El vicario de pastoral recordó que la Asamblea subrayó el papel de las cofradías como medios válidos para la evangelización y realidades que inculturan y expresan la fe, las nombró «patrimonio inmaterial» y pidió a sus miembros que no olviden su dimensión caritativa como uno de los motivos de su origen en la vida de la Iglesia.

 

La comida de hermandad con la que concluyó la jornada sirvió para reforzar la fraternidad entre las diversas cofradías y hermandades de la archidiócesis burgalesa.

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