El encuentro Multi-Festival Silos mira a sus orígenes gracias a la Semana de Misionología

por redaccion,

<
>

 

Los ‘Encuentros Silos’ surgieron en 1975 gracias a dos grandes de la animación misionera: La hermana Hija de la Caridad Carmela Suances y el padre José Valdavida. Eran años de gran pujanza del Seminario Español de Misiones Extranjeras y de la creación del IMAM (Instituto de Misiones y Animación Misionera), fundado en el año 1974 en la Facultad de Teología de Burgos. A la par, los monjes de Silos cedían un terreno para una acampada misionera fomentando convivencia, formación y animación misionera. Jóvenes Sin Fronteras (Zamora 1971) se transformó en Cristianos Sin Fronteras, asociación pública de fieles y gigante de la animación misionera de los jóvenes, con presencia en la mayor parte del territorio español y con Silos como talismán.

 

Los ‘Encuentro Silos’ llegaron a acoger durante los meses de julio y agosto varios miles de personas a través de ‘encuentros de animación misionera’ de niños, jóvenes y familias: Famisión, Misioneros Mundo Nuevo, Futuro sin Fronteras o Sanidad y Misión. Entrado el siglo XXI hubo cambio de nombres, pero no de esencia: Encuentros Misioneros Silos de 0 a 100, Operación Futuro (encuentro para jóvenes con campamento itinerante) y Multi-Festival (cultura, arte y música).  El pasado 28 de agosto clausuraron la edición de este año marcado por el recuerdo de los orígenes: «Hemos viajado hasta nuestros orígenes gracias a la exposición de la 75 Semana Española de Misionología». Así lo expresaba la actual presidenta de Cristianos Sin Fronteras, la zamorana Irene Martín Ureste.

 

El Encuentro Misionero Silos 2023 comenzó el 21 de julio con la presencia de 60 personas bajo el lema Dios te quiere feliz. El 26 de julio se añadieron 100 jóvenes que iban camino de la JMJ. Días de formación intensa con Francisco García Martínez, decano de la Facultad de Teología de Salamanca.

 

Tras la JMJ, un nutrido grupo de jóvenes y familias celebraron desde el 25 al 28 de agosto el VII Multi-Encuentro Festival Silos con el lema Te quiero feliz y compartiendo belleza. Destacan los talleres de creación musical con Marcelo Olima, cantautor argentino fundador del Festival Laudato Sii, y el cantautor venezolano, afincado en Ávila, Gerson Daniel Pérez. Del panorama musical español contaron con la presencia de Migueli, ‘ciudadano del mundo’ con corazón en Badajoz y alma sonora en Roma. Los tres ayudaron a comprender la capacidad de la música para aunar belleza y alegría, ingredientes de todo misionero. Junto a la música exterior, incluido el taller de gregoriano con el monje y párroco del pueblo, el padre Ángel Abarca, la belleza de descubrir la música interior que conduce y anima a todo cristiano: el silencio. El padre Jose Antonio Martínez, monje de Silos, orientó sobre su búsqueda y necesidad. También participaron en sendos talleres el padre Moisés Salgado y el padre Luis Javier García-Lomas, monjes de Silos.

 

En VII Encuentro tuvo como lugar de referencia la exposición interactiva de fotos y la recientemente inaugurada 75 años de la Semana Española de Misionología, que durante el pasado mes de julio se presentó en la sala Beato Valentín Palencia de la Catedral y contó con de más de 2.000 visitantes. Esta exposición fue organizada por la Semana Española de Misionología, siendo su secretario, Carlos Izquierdo, el comisario de la misma.

Santa Mónica, modelo de madre entregada hasta el extremo

por redaccion,

santa mónica

 

Queridos hermanos y hermanas:

 

Hoy, la Iglesia recuerda y celebra a santa Mónica, modelo de mujer creyente y de madre entregada hasta el extremo.

 

Su hijo Agustín (doctor de la Iglesia, obispo de Hipona y considerado como uno de los Padres de la Iglesia), vivió una adolescencia y juventud alejada de Dios. Mónica sostenía el camino de su hijo hacia la fe a base de oración, de paciencia y de entrega. Y guardaba la esperanza de que su hijo abrazase el cristianismo como lo hizo su esposo poco antes de morir.

 

«¡Cuántas lágrimas derramó esa santa mujer por la conversión del hijo! ¡Y cuántas mamás también hoy derraman lágrimas para que los propios hijos regresen a Cristo! ¡No perdáis la esperanza en la gracia de Dios!», expresó el Papa Francisco el 28 de agosto de 2013, en la Misa de apertura del capítulo general de la Orden de San Agustín.

 

Los ojos de una madre nunca se cierran si uno de sus hijos se aleja de su seno. Mucho más cuando ese hijo vive sumido en una situación difícil. Un día de preocupación, Mónica acudió al obispo de la ciudad y le pidió que hablase con su hijo, para ver si conseguía que cambiase de actitud y de vida. Las palabras del obispo, sin embargo, llevaban la respuesta que Dios nunca había dejado de pronunciar: «Esté tranquila, es imposible que se pierda el hijo de tantas lágrimas».

 

Tras mucho tiempo de incertidumbre, sus oraciones dieron fruto y su hijo Agustín recibiría el Bautismo con 33 años, en la Pascua del año 387.

 

La Iglesia venera a santa Mónica por su perseverancia, su ejemplo y su fe. El propio san Agustín, en sus Confesiones, escribe: «Ella me engendró, sea con su carne para que viniera a la luz del tiempo, sea con su corazón para que naciera a la luz de la eternidad» (lib. 9).

 

¿Qué nos enseña hoy el testimonio perseverante e incansable de santa Mónica? Su vida, inundada de una confianza en Dios que no conoce fronteras, desea ser un faro de luz eterna para tantos padres y madres que, como esta santa, acompañan con el ejemplo, la palabra, la entrega y la oración el camino de sus hijos.

 

Ella, quien sufrió primero por la vida desordenada de su marido Patricio y, después, por la de su hijo Agustín, nunca dejó de orar por su conversión y, aunque no siempre lo tuvo fácil, supo esperar contra toda esperanza. Cuando los dos volvieron su mirada a Dios, ella comprendió que su misión estaba cumplida: «Hijo, por lo que a mí respecta, ya nada me deleita en esta vida. Qué es lo que hago aquí, y por qué estoy aún aquí, lo ignoro, pues no espero ya nada de este mundo. Una sola cosa me hacía desear que mi vida se prolongara por un tiempo: el deseo de verte cristiano católico, antes de morir. Dios me lo ha concedido con creces, ya que te veo convertido en uno de sus siervos, habiendo renunciado a la felicidad terrena. ¿Qué hago ya en este mundo?» (Confesiones, lib. 9, 10, 23-11, 28).

 

Santa Mónica, por todo cuanto fue, vela particularmente por los matrimonios que viven momentos complicados de incomprensión, sufrimiento, desesperación, zozobra y soledad; también de aquellos padres con hijos que atraviesan periodos difíciles y angustiosos.

 

Antes de morir, la santa contrajo una fiebre muy alta y les dijo a Agustín y a su hermano que enterrasen su cuerpo allí, en la ciudad de Ostia Tiberina, y que no se preocupasen por sus restos mortales. Y solo les pidió un favor: «Que me recordéis en el altar del Señor allá donde fuerais».

 

Encomendamos a santa Mónica a todos los matrimonios. Y también a la Virgen María para que, por medio de la confianza en la providencia de Dios, Ella nos haga comprender –en los momentos de dificultad– que «para Dios no hay imposibles» (Lc 1, 37) porque su amor permanece siempre, más allá de los cálculos mundanos y de la dureza de un corazón de piedra.

 

Con gran afecto, pido a Dios que os bendiga.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos

Equipos de laicos, sacerdotes y religiosos: así trabajará la nueva curia

por redaccion,

trabajo en equipo curia delegaciones

 

El arzobispo de Burgos, don Mario Iceta Gavicagogeascoa, ha aprobado la nueva configuración de la curia pastoral de la archidiócesis. Tras las propuestas de la última Asamblea Diocesana, y después de varias reuniones de trabajo entre el Consejo Diocesano de Pastoral, el Consejo Episcopal y las delegaciones existentes hasta la fecha, la reorganización de los distintos servicios diocesanos comenzará a funcionar en septiembre, con el inicio del curso y la publicación del nuevo plan de pastoral para los próximos cuatro años. El secretario canciller de la curia será el encargado de redactar los nuevos estatutos, que se publicarán en el Boletín Oficial de la Archidiócesis en el último trimestre del año.

 

Entre las novedades de la nueva curia, destaca la creación de un equipo de trabajo en la vicaría de Pastoral. En él se integrarán algunos delegados o responsables de las diferentes áreas pastorales y a ellos corresponderá la animación y vertebración del trabajo compartido entre las distintos organismos.

 

Además, a partir de ahora, cada delegación o departamento diocesano deberá contar con un equipo de trabajo, con la presencia de laicos, sacerdotes y consagrados, y elaborar planes de acción siguiendo las directrices del plan diocesano de pastoral.

 

Las delegaciones que dependen directamente de la Vicaría de Pastoral se agrupan en cuatro amplios sectores. Las delegaciones para el laicado, familia y vida, pastoral del trabajo, pastoral gitana, infancia, adolescencia y juventud; catequesis, educación y cultura se integrarán en el ámbito del «anuncio del evangelio». El sector de «celebración de la fe» estará compuesto por las delegaciones de liturgia y piedad popular y cofradías; mientras que Cáritas, pastoral penitenciaria, pastoral de la salud y pastoral para las migraciones y la movilidad humana se agruparán bajo el paraguas de «caridad y justicia». Las delegaciones de «comunión y cooperación» serán misiones y ecumenismo y diálogo interreligioso. Por último, hay otros servicios que también dependerán de la vicaría de Pastoral, como el departamento de formación sociopolítica, promoción de la ecología integral, peregrinaciones, Voluntared y el Centro de Escucha San Camilo.

 

Por su parte, la delegación de la Vida Consagrada dependerá directamente del arzobispo, mientras que los departamentos de comunicación, informática e innovación tecnológica, patrimonio cultural y causas de los santos dependerán de la vicaría general.

 

Con la nueva organización de delegaciones y secretariados, el arzobispo podrá designar nuevos responsables. Desde su llegada a Burgos, hace casi tres años, todos ellos habían sido prorrogados del anterior mandato episcopal, salvo los nombramientos de delegados de Pastoral Obrera y Pastoral Penitenciaria. El arzobispo ha agradecido la dedicación generosa de cada uno de los delegados o secretarios anteriores, así como sus aportaciones para la reestructuración actual.

San Bernardo de Claraval y la orden cisterciense

por redaccion,

Queridos hermanos y hermanas:

 

«Mi gran deseo es ir a ver a Dios y a estar junto a Él. Pero el amor hacia mis discípulos me mueve a querer seguir ayudándolos. Que el Señor Dios haga lo que a Él mejor le parezca». En el corazón de estas palabras, pronunciadas poco antes de partir al Cielo, se esconde la mirada del santo que celebramos hoy, Bernardo de Claraval, abad cisterciense y doctor de la Iglesia.

 

San Bernardo, nacido en Borgoña (Francia) en 1090, es, según la cronología actual, el último de los Padres de la Iglesia. Afamado por su infinito amor a la Virgen María y compositor de una gran cantidad de oraciones marianas, es el fundador del monasterio Cisterciense del Claraval, entre muchos otros.

 

En nuestra archidiócesis de Burgos está muy presente la orden cisterciense, tanto en su rama masculina como femenina, en los monasterios de San Pedro de Cardeña, en las Huelgas Reales, en el Paseo de los Pisones y en Villamayor de los Montes. El monasterio de San Pedro de Cardeña llegó procedente de la trapa de San Isidro de Dueñas.  Y el de Santa María la Real de las Huelgas es el principal monasterio cisterciense femenino en España y cabeza de todos los que se implantaron en la corona de Castilla.

 

Entre los burgaleses insignes destaca el Hermano San Rafael Arnaiz, monje trapense en el monasterio de San Isidro de Dueñas, nacido en Burgos en 1911, estudiante de arquitectura que interrumpió sus estudios para consagrarse al Señor en dicho monasterio, donde falleció en 1938 con 27 años de edad. Muy pronto su fama de santidad se extendió fuera de los muros del monasterio. Sus numerosos escritos ascéticos y místicos continúan difundiéndose con gran aceptación y para el bien de cuantos entran en contacto con él. Fue canonizado por el Papa Benedicto XVI en 2009.

 

La vida monástica en la orden cisterciense está consagrada a Dios y se manifiesta en la unión fraterna y la liturgia, en la oración y en el trabajo. La Eucaristía manantial es la fuente y cumbre de toda vida cristiana y de la comunión de estos hermanos y hermanas en Cristo.

 

Y es a ellos, discípulos de alma contemplativa, monjas y montes silentes del Amor y lámparas ardientes en medio de la Iglesia, a quienes deseo dirigirme por medio de este mensaje.

 

Cada vez que he tenido la oportunidad de acercarme a sus casas, he visto en ellos la influencia de san Bernardo inundándolo todo de servicio, bondad y alegría. Dan vida a su carisma para atraer a todos hacia Cristo. Desde el cuidado en la hospedería, pasando por la belleza de la acción litúrgica, hasta la manera en la que hacen de la entrega silenciosa una ofrenda eterna de amor.

 

Todos, en algún momento de nuestra vida, anhelamos ese estar a solas con el Señor, de tú a Tú, sin nada ni nadie más. Hace muchos años, un monje me confió un rasgo de la vida monástica que jamás he podido olvidar: de madrugada, cuando se levantan para celebrar el Oficio de Vigilias, monta la guardia para velar a la espera del Esposo que viene en medio de la noche. En el corazón de esa vigilia nocturna, en esa espera secreta y habitada por el tesoro escondido, el contemplativo intercede por los grandes dolores del mundo.

 

Siempre he visto ahí, en ese gesto que se va construyendo en lo escondido, un motivo de alabanza e intercesión que engrandece nuestras vidas y la abren a la eternidad. Toda la vida monástica gira en torno a la liturgia: es un cántico fecundo de humildad, de vida, de alegría. Como esa escuela de servicio divino que no se agota nunca en el altar, como esa voz que grita desde el Tabernáculo porque desea rescatar a los más heridos y olvidados.

 

En el alma profundamente contemplativa de la Virgen María ponemos a las comunidades cistercienses, que celebran hoy a san Bernardo; quien dejó escrito que «el Verbo es el primero en amar al alma, y que la ama con mayor intensidad». Le pedimos a la Madre de Dios que nos ayude a preparar la guardia para velar a la espera del Esposo. Ella, quien escucha y recibe la Palabra, y la conserva y la medita en su corazón (cf. Lc 2, 19), nos recuerda para siempre la bienaventuranza de su Hijo: «Felices, más bien, los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica» (Lc 11, 27).

 

Con gran afecto, pido a Dios que os bendiga.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos

La «Iglesia que acompaña desde las periferias del mundo del trabajo»

por redaccion,

<
>

 

Un mensaje permitió al papa Francisco expresar su «profundo reconocimiento» por la «valiosa entrega y compromiso» de la HOAC «en seguir siendo Iglesia que camina en el mundo del trabajo». La Hermandad Obrera de Acción Católica ha celebrado días atrás en Segovia su Asamblea General, en la que han participado 800 militantes, entre ellos 17 burgaleses. El mensaje del Santo Padre resonó en medio de sus trabajos sobre «la necesidad de ser una Iglesia que acompaña desde las periferias del mundo del trabajo». «Nuestro compromiso no puede limitarse a discursos o acciones aisladas, sino que debe ser un testimonio constante de solidaridad y apoyo hacia aquellos que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad laboral y social», les escribió Francisco.

 

A lo largo de tres días, la HOAC ha analizado su situación actual y planteado las líneas de acción de cara a los próximos seis años. Ha habido tiempo para trabajar en grupos, escuchar distintas ponencias y participar en diferentes mesas de testimonios. Tampoco han faltado las celebraciones litúrgicas y los gestos públicos de denuncia a pie de calle. En su mensaje final, subrayan que «el actual modelo económico y cultural descarta a la persona e idolatra el dinero» y «devasta las relaciones sociales y la tierra que habitamos», y convirtiendo las crecientes «desigualdades económicas, sociales y ambientales» en «el reto más grande» de la sociedad actual.

 

Tras sus trabajos, la HOAC reclama una política de la fraternidad, la defensa de los servicios públicos o la igualdad ante la feminización de la pobreza. Sus militantes seguirán ofreciéndose «en la construcción del Reino de Dios y en el empeño sinodal de hacer de la Iglesia la casa de todos los hijos e hijas de Dios», sintiéndose llamados y enviados a seguir «tendiendo puentes y derribando muros».

 

Participación burgalesa

 

A la ciudad del acueducto han acudido 16 militantes burgaleses. Durante la asamblea, han sido testigos del relevo de tres de los miembros de la comisión permanente, entre los que se encontraba Angelines Bayo, que regresará a su tierra de la Ribera del Duero.

 

El presidente de HOAC en Burgos, José Andrés Pérez, califica esta asamblea como «excelente», tanto por el diálogo generado, el amplio consenso asumido en las propuestas a implementar y los lazos de comunidad creados a través del encuentro. «Hemos vuelto a Burgos con una gran sensación de felicidad. Creo que hemos dado firmes pasos para consolidad el proyecto evangelizador de la HOAC en la vida de la Iglesia y en la realidad del mundo obrero», explica. A pesar del descenso en el número de militantes, sostiene que de este encuentro han salido «reforzados», y con compromiso de «poner nuestra vida al servicio de los más empobrecidos del mundo obrero y el deseo de seguir ofreciendo a la Iglesia nuestra responsabilidad evangelizadora» en este ámbito.