Peregrinos de esperanza

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peregrinos de esperanza

 

Queridos hermanos y hermanas:

 

Desde el encuentro con Jesús, que supone promover una Iglesia que se hace discípula y es enviada a evangelizar, teniendo muy presente que son primero las personas que la organización y que lo importante es la ruta misma (cf. EG 82), hemos elaborado el Plan Pastoral Diocesano para los próximos cuatro años.

 

Bajo el título Peregrinos de esperanza ha dado comienzo el curso pastoral en nuestra archidiócesis, así como la presentación de este nuevo Plan en los diversos organismos de nuestra Iglesia.

 

Este Plan marca algunos aspectos y prioridades que creemos necesario abordar. Esta hoja de ruta recoge acciones antiguas y nuevas que debemos afrontar en la pastoral de todas y cada una de las personas y comunidades que conforman una archidiócesis tan variada como la nuestra. Asimismo, hay muchos aspectos de la vida comunitaria y de la evangelización que no ha sido necesario recoger en este Plan, porque reflejan aquellos que vemos necesario impulsar, sin menoscabar los demás.

 

La Asamblea Diocesana 2019-2022, celebrada en el contexto del Jubileo por el VIII Centenario de la Catedral, nos ha abierto las puertas a la acción del Espíritu, quien nos ha señalado algunos caminos a recorrer. Desde ahí, nos hemos descubierto como una Iglesia llamada a ser fermento en medio de una sociedad, a ponerse en estado de misión y a realizar, una vez más, el primer anuncio en los nuevos y variados areópagos, en las familias, en los centros educativos, en los jóvenes, en el tiempo libre, en el medio rural, en las redes sociales, en las pobrezas y periferias existenciales.

 

Ese primer anuncio es la prioridad de este año. Así, los años siguientes tratarán sobre el acompañamiento, la formación y la presencia pública. Cada curso pastoral, por tanto, tendrá una temática tomada directamente de lo trabajado en el Congreso de Laicos.

 

Desde ese horizonte común, queremos vivir más la comunión y unir fuerzas en una llamada renovada a la evangelización. Parroquias junto con otras parroquias, delegaciones junto con otras delegaciones, asociaciones laicales y comunidades de vida consagrada en medio de todo el Pueblo santo de Dios llamado a evangelizar. Deseamos, al fin y al cabo, compartir la misión y aportar lo mejor de cada uno para extender, hoy y aquí, el Evangelio de Jesucristo.

 

Con esa doble orientación nos disponemos a vivir el Año Jubilar convocado para toda la Iglesia el año 2025, cuyo lema da título a nuestro Plan: Peregrinos de esperanza. Este año coincidirá con el 950 aniversario del traslado de la Sede episcopal a Burgos.

 

Nuestro principal deseo nace de suscitar y renovar el encuentro con el Señor. A partir de este encuentro, pondremos la mirada en las comunidades para ayudarlas a ponerse una vez más en estado de misión. Un Plan Pastoral donde nadie queda al margen y donde quisiéramos llevar el anuncio de Jesucristo hasta todos los rincones y ámbitos de la geografía burgalesa.

 

Le pedimos a Santa María la Mayor, patrona de la archidiócesis y plenitud de nuestra esperanza, que nos ayude, ampare y acompañe en este sendero que estamos llamados a recorrer. Que Ella, la mujer vestida de sol, la infinita esperanza que no experimentó la corrupción del sepulcro, la que siempre está con sus hijos, modele nuestros pasos frágiles mientras transitamos el camino infinito del Amor.

 

Con gran afecto, pido a Dios que os bendiga.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos

Promover los ministerios laicales, una «apuesta de futuro»

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Jesús «ha constituido a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo», que es la Iglesia. A través de sus cartas, san Pablo ha dejado constancia del modo en que los primeros cristianos se organizaban para realizar distintas tareas al servicio de la Iglesia, acciones que el apóstol llama «ministerios» y que Dios distribuye a través del Espíritu Santo (Ef 4,11-12; 1Cor 12,1.4-11). 

 

Veinte siglos después, la Iglesia en Burgos desea continuar esta senda y organizar sus acciones a través de la «promoción de los diversos ministerios laicales, instituidos o no», procurando «una mayor incorporación de laicos y religiosos en los diversos servicios y cargos de responsabilidad a todos los niveles eclesiales, incrementando de un modo especial la presencia significativa de la mujer». Esta propuesta, recogida en el nuevo plan «Peregrinos de esperanza», ha centrado hoy la sesión de trabajo del consejo diocesano de pastoral, que ha incorporado a nuevos miembros tras la reciente reorganización de la curia diocesana. Las razones de la promoción de estos ministerios laicales responden a su necesaria participación en la creación de unidades pastorales y la maduración de las comunidades cristianas.

 

Ha sido el profesor de Eclesiología en la Facultad de Teología, José Luis Cabria, quien ha ayudado a la reflexión sobre la temática. «El ministerio es un elemento imprescindible para edificar la Iglesia», ha explicado. Después de su desvinculación en el camino al sacerdocio, lo ha definido como «un servicio voluntario, estable y permanente, reconocido públicamente por la comunidad eclesial», «que conlleva el discernimiento de un carisma», y una posterior «capacitación, preparación, reconocimiento, envío, acompañamiento y formación», ha esbozado. «Los ministros no son más que los demás» laicos, ha subrayado, y ha explicado que algunos son «instituidos» por el obispo –entre los que se encuentran los ministerios de lector, acólito y catequista– y otros son «reconocidos» por toda la comunidad, como los animadores litúrgicos, los voluntarios de Cáritas y tantas otras acciones que son comunes en la vida de la Iglesia. La promoción de los ministerios laicales es «una apuesta de futuro», una opción que favorece el servicio de los bautizados en la Iglesia y la sociedad, ha concluido.

 

En la reunión, que ha presidido el arzobispo, don Mario Iceta, se ha debatido sobre los servicios que deberían formar parte de las unidades pastorales y la promoción de los ministerios de lector, acólito y catequistas, así como los ministros extraordinarios de la comunión. El orden del día también ha contado con varias informaciones sobre la fundación educativa ‘Manjón y Palencia’, la campaña diocesana a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia y la próxima celebración del Día de la Iglesia Diocesana, que se desarrollará con un encuentro en Melgar de Fernamental.

La plataforma Iglesia por el Trabajo Decente reclama acabar con la «triste lacra» de la siniestralidad laboral

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siniestralidad laboral

 

El aumento de la siniestralidad laboral es una de las caras de la actual precariedad laboral que viven muchas personas trabajadoras en nuestra provincia y en otros rincones del mundo. Frente a esta «triste lacra», Iglesia por un Trabajo Decente (ITD) recuerda que la salud laboral es «un problema que requiere de soluciones colectivas». En Burgos, forman parte de esta iniciativa internacional las delegaciones diocesanas de Familia y Vida, Pastoral del Trabajo, Pastoral Penitenciaria, Migraciones y Pastoral Gitana, Acción Católica General, Cáritas, la Hermandad Obrera de Acción Católica, Encuentro y Solidaridad, Promoción Solidaria, Justicia y Paz, Juventud Obrera Cristiana y el secretariado diocesano Contra la Trata.

 

En su manifiesto, «Un trabajo decente tiene que ser un trabajo», hecho público con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, de este 7 de octubre, recuerda que el trabajo es siempre un «medio imprescindible para el reconocimiento de la sagrada dignidad de las personas» y nunca «un castigo para ellas». Por ello, lamenta que muchas veces algunos puestos de trabajo estén planteados «exclusivamente desde el punto de vista económico y no desde la perspectiva humana» y subraya que la falta de seguridad en los lugares de trabajo es «especialmente preocupante en los empleos feminizados» (limpieza, cuidados, enfermería…). Burgos ha registrado un total de 2686 accidentes de trabajo, a los que hay que sumarle 232 ocurridos ‘in itinere’, es decir, en el viaje de casa al trabajo. Además, en ese semestre han fallecido cinco trabajadores. También la falta de bienestar mental se ha convertido en «una de las causas prioritarias a la hora de abandonar un puesto de trabajo, seguida de la búsqueda de mejora de condiciones y las mayores posibilidades de conciliación».

 

Por todo esto, los movimientos promotores de ITD reclaman al Gobierno y a los agentes socioeconómicos «un trabajo en el que no sufra la salud» de las personas trabajadoras. «Exigimos, junto a otros colectivos de trabajadores, la implantación y el cumplimiento de los medios de prevención de riesgos laborales que defiendan la vida de los trabajadores».

 

Actos por la Jornada Mundial y campaña diocesana

 

Esta tarde tendrá lugar un gesto público a las 19:30 horas en la plaza de Santo Domingo, y una vigilia de oración a las 20:15 en la iglesia de San Gil. En Miranda, los actos se han repartido entre el 3 y el 4, con un cinefórum y una mesa redonda, y el próximo 7 de octubre, con un gesto público en la plaza de España a las 19:30 horas y una Eucaristía en la parroquia de Santa María a las 20:00 h.

 

Con estos actos comienza también la campaña diocesana en torno a la dignidad en el trabajo, que promoverá distintas iniciativas, como un curso en la Facultad de Teología, encuentros con políticos y sindicalistas, vigilias y materiales de sensibilización.

«Que la justicia y la paz fluyan»: la Iglesia reza por el cuidado de la Creación

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Coincidiendo con la fiesta de San Francisco de Asís, y en el mismo día en que el papa Francisco publicaba su última exhortación apostólica, Laudate Deum, la archidiócesis, a través de la vicaría de Pastoral, convocó a los burgaleses a participar en una vigilia de oración por el cuidado de la creación.

 

La iglesia del monasterio de las madres Clarisas de la capital acogió ayer la celebración. Una hora de reflexión y oración a partir del lema elegido para esta jornada, «Que la justicia y la paz fluyan». El acto giró en torno a la Palabra de Dios y contó con los cantos de los seminaristas y el testimonio de Lourdes, una trabajadora de Cáritas que compartió su experiencia como misionera en la Amazonía.

 

La vigilia se desarrolló con miradas hacua los cuatro puntos cardinales, al cielo y la tierra. Desde Fuensanta, lugar del nacimiento del río Arlanza, trajeron agua que fue bendecida y derramada sobre los presentes; agua que los participantes en la celebración pudieron llevarse a casa en pequeños frascos como recuerdo y compromiso.

La Creación como don maravilloso de Dios

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Queridos hermanos y hermanas:

 

Hace un mes comenzábamos la celebración de la Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación. La Iglesia en España se unía al mensaje del Papa Francisco para celebrar el Tiempo de la Creación que concluye esta semana, el día 4 de octubre, con la festividad de san Francisco de Asís.

 

Con el lema Que la justicia y la paz fluyan, el departamento de Ecología Integral de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social anima a vivir este tiempo con el convencimiento de que nuestras acciones «son oportunidades de construir modos de existencia respetuosos con la preciosa obra de Dios que nos rodea y con los hermanos que comparten con nosotros la casa común».

 

Para ello, es necesario aprender a vivir en comunión con los demás y con todas y cada una de sus necesidades, siendo plenamente conscientes de que «la Tierra es suficiente para todos», como señalan los obispos.

 

En este sentido, hemos de optar –al hilo de las palabras que el Santo Padre escribe para esta ocasión– por «una renovación de nuestra relación con la Creación», de modo que «no la consideremos como un objeto del que aprovecharnos», sino que «la custodiemos como un don sagrado del Creador».

 

Esta conversión ecológica (así lo llamaba el Papa san Juan Pablo II) ha de empezar por nosotros mismos. Solo así podremos edificar, gesto a gesto, un camino de plenitud para quienes vayan a continuar la senda que hoy sellan nuestros pasos. Solo desde ese vínculo indisoluble entre el cuidado y la justicia alcanzaremos el deseo de que todos tengan vida, y una vida en abundancia (cf. Jn 10, 10).

 

«Cuando buscamos ante todo el reino de Dios (cf. Mt 6,33), manteniendo una justa relación con Dios, la humanidad y la naturaleza», destaca el Papa en su mensaje, «entonces la justicia y la paz pueden fluir, como una corriente inagotable de agua pura, nutriendo a la humanidad y a todas las criaturas».

 

Un mandamiento que instauró san Francisco de Asís, a quien celebraremos el miércoles próximo. El fundador de la Orden Franciscana supo contemplar el valor de cuanto le rodeaba como una admirable creación de Dios. En cada una de las criaturas descubría la huella del Padre, su mano bondadosa, su belleza infinita. Il poverello supo encontrar la alegría en Dios, en la fraternidad, en la pobreza y en la naturaleza; por eso, permanecía horas contemplando la creación y alabando a Dios junto a sus hermanos por la inmensa bondad que en ella se refleja. Su influencia, de hecho, trasciende las barreras de la nuestra fe y cultura, pues sus enseñanzas en torno al cuidado de la creación alcanzan todos los rincones de la tierra.

 

En este sentido, el ser humano es llamado a vivir responsablemente, cuidando el entorno donde vive, evitando lo que lo deteriora, promoviendo el bien y belleza que nos acoge, nos sustenta, nos permite vivir. Dios ha creado una tierra generosa donde la vida florece en todos los rincones y nos invita al agradecimiento y la alabanza.

 

En este tiempo en el que se entrelazan las esperanzas y las dificultades, los gozos y las incertidumbres, aferrados a ese cántico de san Francisco de Asís celebramos la bondad de Dios que ha creado para nosotros una casa tan hermosa y fecunda que proclama su amor y misericordia. Ella es el lugar apropiado para que florezca en la humanidad una fraternidad verdadera que procede de Dios Padre, que nos ha hecho hermanos en Cristo.

 

Le pedimos a la Virgen María que nos inspire y ayude a conservar siempre viva la actitud de agradecimiento y alabanza. De su mano de Madre y Reina de todo lo creado (cf. Laudato Si ́, n. 241), nos aferramos a las palabras de san Pablo VI, pronunciadas en 1972 durante el Ángelus en la solemnidad de la Inmaculada Concepción: «La ecología de nuestra civilización no debe avergonzarse ni olvidar que es cristiana».

 

Con gran afecto, pido a Dios que os bendiga.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos