Fallece el sacerdote Ramiro Juez Juez

por redaccion,

Fallece el sacerdote Ramiro Juez Juez

 

Este pasado 31 de diciembre de 2023 ha fallecido el sacerdote diocesano Ramiro Juez Juez, que vivía en la Casa Sacerdotal de Burgos. Nació en Tinieblas de la Sierra en el año 1937 y fue ordenado presbítero en Granada, en el año 1961. Pertenecía a la Orden de Agustinos Recoletos, hasta que en el año 1983 se incardinó en la archidiócesis de Burgos.

 

Ejerció su ministerio en Río de Losa, Criales de Losa, San Llorente, Villaluenga, Robredo de Losa, San Pantaleón, Quintanilla la Ojada, Castriciones y Perex de Losa; Pedrosa de Tobalina, Valujera, Bascuñuelos, Edeso, Santa Coloma de Cuesta Urria, Extramiana, Lechedo, Hierro, La Orden, Parayuelo, La Prada, Rufrancos, Quintanaentrepeñas, Quintanilla Montecabezas, Ranedo, Promediano, Revilla de Herrán, Las Viadas y Cadiñanos.

 

El funeral por su eterno descanso se ha celebrado en la parroquia de Santa Águeda, de Burgos, este martes, 2 de enero del 2024, a las 10:00h. Descanse en paz.

Villadiego acoge una muestra con casi 100 belenes de todo el mundo

por redaccion,

 

<
>

En Villadiego, una acogedora localidad de Burgos, en el arciprestazgo de Amaya, los amantes de las tradiciones navideñas tienen la oportunidad de sumergirse en la magia de esta época gracias a la impresionante exposición de belenes organizada por Juan José Rodríguez, un dedicado vecino del municipio. Desde el 22 de diciembre hasta el 7 de enero, la iglesia de San Lorenzo, en la que se expone de forma permanente el arte sacro de la comarca, se convierte en el escenario perfecto para apreciar cerca de 100 belenes llegados de todo el mundo.

 

Juan José Rodríguez, el «comisario» de esta exposición que reúne casi un centenar de nacimientos, ha desplegado su talento y creatividad seleccionando las piezas que se exponen en esta muestra. En Villadiego podemos encontrar belenes realizados utilizando una variada gama de materiales, que incluyen lana, piedra, papel, barro y otros elementos sorprendentes. La exhibición no solo es una muestra de habilidad artística, sino también un testimonio de la riqueza y diversidad de los materiales utilizados para dar vida a estas representaciones sagradas a lo largo y ancho del planeta.

 

La colección, en su mayoría propiedad de Rodríguez, incluye también belenes prestados para la ocasión, lo que añade un toque de colaboración a la exposición. Los visitantes de la iglesia quedan maravillados al contemplar la originalidad y el detalle de cada belén, sumergiéndose así en la profundidad del significado navideño.

 

 

El Museo Parroquial de Arte Sacro de Villadiego

La muestra puede visitarse en la iglesia de San Lorenzo, sede del Museo Parroquial de Arte Sacro de la localidad. El origen del museo hay que buscarlo en la exposición realizada en la iglesia de San Lorenzo en el año 2002, bajo el título Fray Henrique Flórez: vida y sociedad en el Burgos del siglo XVIII que conmemoraba el tercer centenario del nacimiento del padre Flórez, un historiador agustino nacido en Villadiego en 1702. Concluida la muestra, se aprovechó la infraestructura para darle esta función museística.

Su finalidad no es sólo exponer y dar a conocer un buen número de objetos litúrgicos utilizados durante la celebración de la Santa Misa y en la administración de los sacramentos —cálices, incensarios, crismeras, cruces procesionales, patenas…—, vestimentas eclesiásticas —casullas, humerales, dalmáticas…—, sino también recoger y conservar en depósito las piezas religiosas de los pueblos vecinos, amenazados por una despoblación creciente, para resguardarlas ante el posible peligro de que desaparezcan, pero siempre a disposición de las comunidades para que los puedan emplear cuando estimen oportuno. Los objetos que se exponen tienen una horquilla cronológica muy amplia que va desde el s. XIII hasta el s. XX.

«En Honduras está mi corazón»

por redaccion,

Tras más de 28 años en Honduras, y tras unas breves vacaciones en su tierra, en Barbadillo de Herreros, el obispo emérito de San Pedro Sula, Mons. Ángel Garachana CMF ha decidido volver para quedarse a la diócesis de la que es emérito. Explica que es una decisión que ya tenía tomada antes de venir a España, «porque después de 28 años de misionero, allá está mi corazón. Me he ganado el corazón de la gente, pero también ellos se han ganado el mío. Y, donde está el corazón, está la persona, porque el corazón y el amor son lo más importante en la vida».

 

Monseñor Garachana vuelve a Honduras pero lo hace, además, yendo a una barriada marginal «para seguir colaborando en todo lo que pueda, mientras Dios me dé salud para el trabajo pastoral». «Tenía varias posibilidades –explica– que estuve manejando, porque yo no quiero vivir solo. Haciendo un discernimiento, decidí ir a vivir con los claretianos, que llevan dos enormes parroquias en la zona suburbana. Son parroquias marginales, en torno a 70.000 habitantes cada una. Así que me voy a las órdenes del párroco, a colaborar en lo que me pida». 

 

Y es que San Pedro Sula es una ciudad que tiene aproximadamente 1 millón de habitantes, en la costa norte del país, y es donde se concentra mayoritariamente la industria. «Tiene colonias bonitas, pero también zonas marginales donde se concentra toda la gente migrante que viene del campo. Ese es el contraste de San Pedro Sula».

 

El obispo emérito enfatiza la importancia de construir comunidades sociales y eclesiales, porque «al ser gente migrante, son como cantos rodados. No tienen lugares de referencia». Un método muy práctico para desarrollar estos grupos es lo que se conoce como ‘comunidades eclesiales de base’, que en San Pedro Sula suman más de 1.600. «Son gente sencilla, ocho o diez personas, que se reúnen en casas, compartiendo la vida, la Palabra, los compromisos, con un método y un material que ya tenemos preparado. Estamos creando esa pequeña comunidad de barrio, de vecinos», señala el misionero claretiano.

 

La violencia también es otro de los problemas que azotan a la ciudad de San Pedro Sula. «Por ejemplo, tenemos un proyecto para jóvenes desarraigados de la familia. Acogemos a niños que vivirían en la calle, les garantizamos la educación en las escuelas, una biblioteca o un lugar de estudio y, por la tarde, van a convivir y a formarse para poder trabajar», sostiene.

 

Monseñor Garachana va a pasar una Navidad más en Honduras, y nos cuenta cómo se vive este acontecimiento allí: «En San Pedro Sula estamos con una temperatura de 30 grados, así que no es la Navidad del invierno, de la nieve… que podemos vivir en Burgos. Pero hay dos influencias: la católica, con sus villancicos, sus celebraciones litúrgicas, los belenes, las posadas… y al mismo tiempo está todo lo que llega del norte, de Estados Unidos, con su Papá Noel, los renos…».

 

Eso sí, la tradición cristiana sigue predominando: «Las posadas son una tradición vivísima», explica el misionero burgalés. «Es la representación de José y María buscando posada en Belén para el nacimiento del Niño. No les abren y, desde dentro, unos cantan, desde fuera, otros responden… Se va haciendo cada día en una casa. En las primeras no les abren, y al final los acogen, se sacan los tamales, se comparte… Y la Nochebuena se celebra en familia, alrededor del belén», concluye monseñor Ángel Garachana, obispo emérito de San Pedro Sula.