Faustino Díez: «La música sirve para transmitir la fe a los jóvenes»
Faustino Díez Iglesia nació en 1967 en Burgos capital, donde siempre ha vivido. A los 12 años, ingresó en el Seminario donde cursó sus estudios, incluidos los de Teología. Casado y con un hijo, ha ejercido la docencia en diversos colegios como Jesús Reparador, San Juan de la Cruz, San Pedro y San Felices y actualmente es director del colegio Niño Jesús. La creatividad, la música y los valores cristianos han sido referentes en su trayectoria vital. Es autor de siete trabajos discográficos, con títulos como ‘Fiesta del Amor’, (Madrid 1995), ‘Tu luz en la noche’ (1996), ‘Serpiente y Luna’ (Barcelona en 1991), ‘Confía en él’ (realizado en 2003, presentado en el Aula Pablo VI del Vaticano), ‘Amor desvelado’ (disco-libro de 2012) y ‘Entrenosotros’, presentado en el Teatro Principal de Burgos en 2013. Además es el fundador de S.U.M., un grupo de alumnos del colegio Niño Jesús que forman una asociación juvenil cuya actividad principal es la música solidaria y orientada hacia la sensibilización y defensa de los derechos de niñas y mujeres.
¿De dónde proviene esa fe arraigada y profunda que tienes?
Sin duda es una fe heredada de mi familia, que he mantenido desde que nací y que ha sido el motor de mi vida en todos los aspectos. He vivido siempre la fe con intensidad, no por rutina, y ello me ha llevado a una actividad permanente. A los 12 años ingresé en el Seminario de Burgos, donde terminé los estudios de Teología y, tras un periodo de reflexión, entendí que mi vida no era el sacerdocio sino la familia, la docencia, la música y trabajar para transmitir los valores de la fe a otras personas.
Y ya en el Seminario te sientes atraído por el ámbito artístico y comienzas a buscar tu propia creatividad…
Sí, fue en los años del Seminario cuando sentí esa vocación y me pareció que si quería transmitir el evangelio lo tenía que hacer a través de mi vida, con actividad, conectando con la actualidad del momento. Esa es la clave: para transmitir los valores cristianos es imprescindible hacerlo en clave de presente, no de pasado, sino de vida actual. Y de ahí nace precisamente mi primer proyecto para transmitir esos valores, que fue ‘Paradigma’.
¿Cómo surgió y qué es ‘Paradigma’?
Era un coro de chavales que formé en la parroquia de Fátima en el que vimos la necesidad de cantar de otra manera en las celebraciones, con una música diferente, más actualizada con el momento, era una música de rock aplicada a los momentos de la misa de los jóvenes. El efecto fue muy positivo. Eran canciones creadas para cada momento concreto de la misa y de ahí surgió el disco ‘La fiesta del amor’, que luego grabamos en Madrid. En ese coro había chicos que luego han seguido adelante con su vocación musical, algunos bastante conocidos.
¿Y conseguisteis hacer vivir a los jóvenes la eucaristía?
Es complicado, porque la eucaristía es un misterio en el que Dios se transforma en pan, en alimento, y nosotros lo intentamos a modo de metáfora, en la que destacamos el valor del pan como alimento sin el cual no hay fuerza para poder vivir y superar los avatares de la vida. De aquellas canciones existe una grabación en cassette, que tuvo mucho tirón y contó con el reconocimiento de la Comisión Nacional de Liturgia. Para mí fue muy positivo y me impulsó a llevar a cabo nuevas ideas.
¿Qué vino después?
Luego me involucré en ‘Tu luz en la noche’, un teatro musical también destinado a los jóvenes, realizado por el grupo de teatro La Salle. Era un proyecto ambicioso, con música e interpretaciones en directo. Para mí fue la antesala de otro trabajo, ‘Serpiente y Luna’, que se compone de poemas y va más allá de lo puramente cristiano, a mí me sirvió para darme cuenta de que podía dar un salto desde lo religioso a lo estrictamente artístico en general.
Y a partir de ahí llega SUM…
Sí, es mi proyecto actual, aunque ya llevamos 8 años y estoy muy satisfecho de todo lo que vamos haciendo. Es un grupo musical compuesto por alumnos y ex-alumnos del colegio Niño Jesús, a los que enseñamos a cantar y tocar instrumentos como la batería, el bajo, la guitarra y tocamos en conciertos, festivales, incluso verbenas, donde nos llaman. Nuestra temática son los derechos de la mujer y de las niñas. Son canciones de amor y desamor, de la vida real, en las que destacamos el valor de la amistad, el trabajo, el esfuerzo, con un estilo musical muy rock. Hemos sacado ya varios discos: ‘Razón de ser’ fue el primero; luego hicimos un disco libro titulado ‘Espacio Vital’, después ha sido la historia del grupo con el trabajo ‘Tus ojos, mi voz’, mezclando fotografías con nuestras canciones, y lo último es un disco con el que estamos muy ilusionados, ‘A tiempo real’, que pone de relieve que los jóvenes de hoy deben tener el protagonismo que merecen en nuestra sociedad. Además, nuestras actuaciones no tienen ánimo de lucro y destinamos los ingresos a causas benéficas.
¿La música sirve para transmitir la fe a los jóvenes?
La música y las actividades de ocio son fundamentales para involucrar a los jóvenes en la vida que propone el evangelio, basada en la amistad, el amor, el sacrificio y la entrega, así lo he entendido en mi vida y siempre he intentado hacerlo realidad.