Este curso, el arzobispo realizará la visita pastoral al arciprestazgo de San Juan de Ortega

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El arzobispo prosigue su visita pastoral en la parroquia del Espíritu Santo

 

Con el inicio del nuevo curso pastoral, el arzobispo, D. Mario Iceta Gavicagogeascoa, ha retomado la visita pastoral a las parroquias de la archidiócesis. Después de visitar las parroquias del arciprestazgo de Burgos-Vega y Burgos-Gamonal, este curso va a conocer de cerca el arciprestazgo de San Juan de Ortega. Comenzará el sábado, 16 de noviembre, visitando la unidad pastoral Sarracín-Cogollos. Y así, a lo largo de este curso, durante once fines de semana y los días laborales que sean necesarios irá visitando las doce unidades pastorales que conforman este arciprestazgo.

 

En esta ocasión el arzobispo a querido poner el acento en que la visita se conforme por unidades pastorales pues en la archidiócesis, sobre todo desde el 2016, se viene insistiendo en esta forma de organizar las comunidades cristianas. Se pretende con ello potenciar el aspecto comunitario de la evangelización y la necesidad de colaborar y de trabajar en común las áreas y dimensiones de la pastoral como son el anuncio del evangelio, la celebración de la fe y la caridad y la justicia.

 

Será un tiempo en el que D. Mario quiere conocer de manera personal y cercana la realidad de las parroquias y de sus gentes y que le puedan conocer a él. Para ello presidirá la eucaristía, confirmaciones, se organizarán encuentros con los sacerdotes, los consejos pastorales, los agentes de pastoral, las familias, los feligreses, las comunidades de vida consagrada activa y de vida contemplativa. Y también visitará las residencias de mayores, los centros educativos y de atención caritativo y social, así como las instituciones públicas y asociaciones que desarrollan su labor en los pueblos.

 

Será una experiencia de diálogo y discernimiento que ayude a valorar lo que se viene realizando y a afrontar los retos pastorales que tenemos que ayude a alentar la fe, impulsar la esperanza y estimular el compartir en y desde el amor, a ponerse juntos delante del Señor y pedirle su luz y su fuerza, para poner en práctica su palabra y seguir evangelizando con gozo.

«La Teología tiene que reclamar su espacio en la plaza pública»

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Román Ángel Pardo, nuevo decano de la Facultad de Teología de la UPSA

Fuente: Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA).

 

El gran canciller de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), Mons. José Luis Retana, ha nombrado por un periodo de tres años decano de la Facultad de Teología de la UPSA al profesor Román Ángel Pardo Manrique  por un período de tres años. Pardo Manrique es sacerdote diocesano de Burgos y profesor titular de Teología Moral. Doctor en Teología Práctica por la UPSA, es licenciado en Teología Sistemática Moral-Espiritual por la Universidad de Navarra, donde también cursó el Bachiller en Filosofía. Antes de incorporarse a la Facultad de Teología de la UPSA, en el curso 2008-2009, fue profesor en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas San Jerónimo, perteneciente a la Facultad de Teología del Norte de España, sede de Burgos.

 

El nuevo decano asume el cargo con gratitud y sentido de responsabilidad. Pardo, con una trayectoria en la reflexión teológica y un profundo compromiso con el servicio a la Iglesia, expresa la importancia de la herencia recibida en esta Facultad, destacando que su historia incluye figuras ilustres como Juan Luis Ruiz de la Peña, Olegario González de Cardedal y José Román Flecha Andrés, entre otros. «Uno se siente sobrecogido al recordar a esos grandes teólogos», comenta, y añade que el hecho de que la Facultad dependa de la Conferencia Episcopal Española (CEE) le da un cariz de servicio a las necesidades teológicas de la Iglesia en España.

 

Entre los retos más importantes de su mandato como decano de la Facultad de Teología de la UPSA, Pardo Manrique subraya la necesidad de situar la Teología en el lugar que le corresponde en la sociedad actual. Para ello, recuerda la importancia de que la Teología recupere su voz en la «plaza pública», y afirma que «la Teología tiene que reclamar ese espacio», un desafío que supone tanto una reivindicación de la reflexión teológica como una llamada a comprender el cristianismo como una vía para contemplar y profundizar en realidades trascendentes que ninguna otra ciencia puede abordar. En su opinión, «la Teología siempre pone un plus más allá», y contribuye a que se llegue a una comprensión completa de lo humano, con un valor que, incluso, algunos autores no creyentes, como Jürgen Habermas, reconocen.

 

En su labor al frente de la Facultad, también destaca la misión de hacer accesibles los estudios teológicos a todos los fieles y de transmitir el mensaje de Cristo de forma cercana y adaptada a los tiempos actuales. «El reto es saber cómo transmitir el mensaje de Jesús aquí y ahora», afirma. En un contexto donde la Teología no forma parte de la educación civil en España, como sí ocurre en algunos países de Europa, considera fundamental captar el interés de los fieles por una formación teológica que dé respuesta a sus inquietudes y necesidades espirituales.

 

Además de este nombramiento como decano de la Facultad de Teología de la UPSA, Román Ángel Pardo también ha asumido recientemente el cargo de director del Secretariado de la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social de la Conferencia Episcopal Española (CEE). En este nuevo rol, está llamado a poner en práctica la Teología en el servicio social, una labor que él mismo define como «un desafío sorprendente» y en el que está en contacto con «la vulnerabilidad del ser humano». Pardo observa en este servicio una de las áreas donde la Iglesia actúa con mayor cercanía, siendo la «niña bonita» de la CEE. Explica que, a través de esta Subcomisión, la Iglesia acompaña a los sectores más desfavorecidos, como las personas privadas de libertad, los enfermos y los trabajadores en situaciones de conflicto, ofreciendo consuelo y apoyo espiritual.

 

La misión de Román Ángel Pardo Manrique, tanto en el ámbito académico como en el social, busca reafirmar el papel de la teología como una disciplina capaz de dialogar con la realidad contemporánea y aportar una perspectiva trascendente que responda a las necesidades profundas de la sociedad actual.

‘El cambio climático agrava las migraciones forzosas’, lema del último Círculo de Silencio

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Este lunes, la Delegación de Pastoral para las Migraciones y la Movilidad Humana de la archidiócesis de Burgos ha celebrado un nuevo Círculo de Silencio, en el que ha mostrado su consternación por las tragedias humanas que causan las crisis medioambientales, aprovechando la presencia de miembros del Departamento para la Promoción de la Ecología Integral de la archidiócesis. La solidaridad con las víctimas en las inundaciones de Valencia y otras zonas ha estado muy presente y ha hecho reflexionar sobre cómo el cambio climático agrava y acrecienta las migraciones, que tienen causas profundas económicas y políticas.

 

En el manifiesto, leído durante la concentración, se ha advertido de que el cambio climático, agravado por una «ineficiente previsión, gestión y dotación de infraestructuras», sigue afectando especialmente a la población más empobrecida, para quienes estas circunstancias representan una cuestión de vida o muerte.

 

El texto también ha recordado que, solo en 2023, un total de 32,6 millones de personas han tenido que desplazarse por causas medioambientales, como «sequías, agotamiento de recursos, inundaciones y desastres climáticos». La mayoría de estos desplazamientos tienen lugar en países empobrecidos, sin llegar siquiera a cruzar las fronteras nacionales.

 

En línea con las enseñanzas de la encíclica Laudato Si’ del Papa Francisco, el manifiesto ha denunciado que «los peores impactos probablemente recaerán en las próximas décadas sobre los países en desarrollo», al tiempo que lamenta que estos «poseen poco acceso a servicios sociales y a protección» y carecen de medios para adaptarse a las crisis climáticas.

 

La Delegación de Pastoral ha advertido, además, sobre la importancia de no caer en la trampa de hablar de «migración climática» como si fuera un fenómeno inevitable o un «castigo divino». Han afirmado que el cambio climático, más que una causa directa, agrava «las condiciones de miseria» que ya existen y cuyas raíces están en «el saqueo de recursos, las guerras provocadas, la deuda externa y la falta de infraestructuras».

 

La injusticia de esta situación es «aún mayor», han señalado, cuando se considera que las regiones menos responsables del cambio climático son las que más sufren sus efectos. Según datos compartidos en el acto, el 70% de las muertes relacionadas con desastres climáticos en los últimos cincuenta años se han producido en los países menos desarrollados, que apenas contribuyen «con el 1% de las emisiones globales».

 

Finalmente, los organizadores del Círculo de Silencio han invitado a que la reciente tragedia de la Dana sea una oportunidad para renovar el compromiso cristiano contra «las injusticias económicas, políticas y legales», y para asegurar que «el clima y el medioambiente no provoquen más muertes ni migraciones forzosas, especialmente entre los más vulnerables».

 

Al finalizar el Círculo de Silencio, se ha hecho una invitación a participar en la concentración para protestar contra la pretendida supresión de ayudas a las entidades sociales que trabajan con migrantes por parte del Ayuntamiento de Burgos. La cita es el próximo miércoles, 13 de noviembre a las 20:00h en la Plaza Mayor.

Cáritas Burgos renuncia al convenio de acogida a migrantes mientras no incluya al resto de entidades

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Cáritas Diocesana de Burgos ha decidido no suscribir la prórroga del convenio de acogida temporal para inmigrantes con el Ayuntamiento de Burgos mientras no se alcance un acuerdo que incluya también a las demás entidades sociales que trabajan con migrantes. Así se lo han manifestado Mario Vivanco, delegado diocesano de Cáritas Burgos; e Ignacio Ruiz, secretario general de la institución, a los representantes del Ayuntamiento en una reunión que han mantenido este lunes.

 

Los representantes de Cáritas Diocesana de Burgos han señalado que la labor que realizan las entidades que atienden a personas migrantes vulnerables es indispensable, y han mostrado su apoyo específico a la de Burgos Acoge, Accem y Atalaya, con quienes Cáritas trabaja de forma habitual.

 

Para Cáritas, la acogida, promoción y protección de los migrantes -como expresa con frecuencia el papa Francisco– contribuye a una sociedad más justa y fraterna. Siguiendo los principios evangélicos que guían su actuación, atiende por igual a todas las personas necesitadas.

Jesús eucaristía «es ayuda y da esfuerzo» para llenar esta ‘tierra vaciada’

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Como un anhelo de que el Señor llene con su presencia la geografía burgalesa, los seminaristas han dispuesto todo para celebrar hoy su tradicional fiesta eucarística del Reservado. Un skyline en el que se intuían algunos de los pueblos más conocidos de la archidiócesis; los modos corporales de oración del patrono de la provincia o las moradas de santa Teresa, que fundó en Burgos su último convento: todo hablaba de esta tierra que llaman «vaciada» pero que los seminaristas desean llenar de Dios, como bien les pidió el papa Francisco el pasado mes de abril. Y de hecho, así ha sido. Jesús eucaristía, portado en la custodia por el arzobispo, ha recorrido los pasillos del Seminario llenando con su presencia los deseos y preocupaciones de nuestros pueblos y ciudades, reflejados en alfombras de serrín y un gran monumento que los seminaristas han dispuesto con esmero.

 

Los futuros sacerdotes saben, sin embargo, que la tarea de evangelizar esta tierra vaciada no será sencilla. De ahí la invitación a «no tener miedo» y dejar «que Jesús se ocupe». Porque «cuando nos ocupamos de Jesús, él se ocupa de nosotros», les ha trasladado el padre Pedro Tomás Navajas, encargado de predicar durante el rezo de Vísperas. «Cuando vienen las dificultades, escuchamos su cercanía que nos dice: ‘ánimo, soy yo; no tengáis miedo’». «Con este buen amigo al lado todo se puede, es ayuda y da esfuerzo», ha continuado el carmelita.

 

El padre Navajas ha dicho que los seminaristas son un «regalo» y un «tesoro que embellece nuestra Iglesia diocesana», una «familia de amigos de Jesús sacramentado» que vive la sinodalidad y que con su trabajo y vocación hacen que «surja una nueva humanidad».

 

Presencia eucarística

 

Con la fiesta del Reservado, los seminaristas recuerdan cada año la presencia de Jesús eucaristía en el sagrario de su capilla, desde que se fundara en 1898. Una celebración que congrega cada año a familiares y amigos de los seminaristas, antiguos alumnos y sacerdotes que se han formado en el edificio del paseo del Empecinado.

 

El rezo de Vísperas y la procesión eucarística han puesto el punto y final a una jornada que comenzaba esta mañana con la celebración de la misa, presidida por mons. Mario Iceta, y en la que ha recordado a los seminaristas que sin sacerdotes y sin eucaristía «la Iglesia no crece».