Dada la confusión creada por la aparición de noticias en la prensa y la inquietud manifestada por los feligreses de la parroquia de Fuentespina, hacemos las siguientes aclaraciones:
Este Arzobispado ha pretendido, en todo momento, defender los intereses de la Parroquia de San Miguel Arcángel de Fuentespina, legítima propietaria de la ermita. En este momento histórico en que se acepta comúnmente la separación entre la Iglesia y el Estado, no entendemos el interés de esa Administración municipal por considerar propio un edificio religioso dedicado durante siglos al culto católico.
La parroquia de San Miguel cuenta con títulos suficientes para considerarse propietaria de la ermita del Padre Eterno. Así lo consideró la Señora Juez del Juzgado de Primera Instancia nº 2 de Aranda de Duero, con fecha 2 de septiembre de 2015, sentencia que fue recurrida ante la Audiencia Provincial por el Ayuntamiento de Fuentespina y de la que esperamos resolución.
Hemos visto como un gesto de mala voluntad por parte del Ayuntamiento, que unilateralmente haya cambiado la cerradura de la ermita para impedir el libre acceso del Párroco a la misma. Más aún, cambió por segunda vez la cerradura después del acuerdo logrado el año pasado para celebrar la fiesta de la Santísima Trinidad en la ermita. Ciertamente, este hecho no pudo ser probado ante la juez por incomparecencia del párroco en el juicio, para evitar enfrentamientos con la parte de los vecinos que pudiera apoyar a la Corporación Municipal.
No obstante, teniendo en cuenta el interés de los fieles cristianos de Fuentespina, y esperando la solución más amigable a este conflicto, autorizamos al Párroco para celebrar en la ermita el culto que por el bien de los fieles juzgue oportuno, y únicamente ya durante el presente año.
La Iglesia celebró el domingo 8 de mayo la Jornada Mundial de la Comunicación Social. Entendida como una organización, genera información y desarrolla eventos que son seguidos por los periodistas generalistas al margen de sus propios medios de comunicación, como pueda ser la revista Sembrar o los espacios radiofónicos de COPE. Al igual que ocurre con otras áreas en el ámbito provincial, quienes cubren este tipo de información no suelen estar especializados en esta materia y es de agradecer la labor que se realiza desde su “gabinete de comunicación” que en la diócesis de Burgos depende en la actualidad de Álvaro Tajadura.
Dada la confusión creada por la aparición de noticias en la prensa y la inquietud manifestada por los feligreses de la parroquia de Fuentespina, hacemos las siguientes aclaraciones:
Este Arzobispado ha pretendido, en todo momento, defender los intereses de la Parroquia de San Miguel Arcángel de Fuentespina, legítima propietaria de la ermita. En este momento histórico en que se acepta comúnmente la separación entre la Iglesia y el Estado, no entendemos el interés de esa Administración municipal por considerar propio un edificio religioso dedicado durante siglos al culto católico.
La parroquia de San Miguel cuenta con títulos suficientes para considerarse propietaria de la ermita del Padre Eterno. Así lo consideró la Señora Juez del Juzgado de Primera Instancia nº 2 de Aranda de Duero, con fecha 2 de septiembre de 2015, sentencia que fue recurrida ante la Audiencia Provincial por el Ayuntamiento de Fuentespina y de la que esperamos resolución.
Hemos visto como un gesto de mala voluntad por parte del Ayuntamiento, que unilateralmente haya cambiado la cerradura de la ermita para impedir el libre acceso del Párroco a la misma. Más aún, cambió por segunda vez la cerradura después del acuerdo logrado el año pasado para celebrar la fiesta de la Santísima Trinidad en la ermita. Ciertamente, este hecho no pudo ser probado ante la juez por incomparecencia del párroco en el juicio, para evitar enfrentamientos con la parte de los vecinos que pudiera apoyar a la Corporación Municipal.
No obstante, teniendo en cuenta el interés de los fieles cristianos de Fuentespina, y esperando la solución más amigable a este conflicto, autorizamos al Párroco para celebrar en la ermita el culto que por el bien de los fieles juzgue oportuno, y únicamente ya durante el presente año.
El arzobispo, con los seminaristas y rectores de ambos seminarios diocesanos.
La capilla del Seminario diocesano de San José acogió en la tarde de ayer la ceremonia litúrgica en la que varios jóvenes seminaristas diocesanos han recibido los ministerios laicales de lector y acólito.
El arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez Vegas, presidió una celebración en la que recibieron el ministerio de lector Eugenio Castejón Gonzalo Cuevas, Henry Gomez, Isaac Hernando y Diego Luis. Junto a ellos fueron instituidos acólitos los seminaristas Henry Gomez, Donaldo Medal, Norberto Penagos y Jesús Varga.
El lector es quien lee la palabra de Dios en las celebraciones litúrgicas y se compromete a vivirla en su día a día. El acólito, por su parte, es instituido para el servicio al altar y para ayudar al sacerdote y al diácono. Con la recepción de estos ministerios, estos jóvenes están cada vez más cerca de recibir el sacramento del orden sacerdotal.
El arciprestazgo de Vena celebró ayer sábado una jornada de encuentro y de fiesta en torno a la figura de don Valentín Palencia, recientemente beatificado, tan vinculado a este arciprestazgo, pues aquí nació y desarrolló toda su actividad. A media tarde, unas cien personas se dieron cita en el entorno de la iglesia de San Esteban para conocer la vida de del sacerdote burgalés siguiendo una ruta que recorría los lugares más vinculados a su obra. Divididos en cuatro grupos, se fueron visitando la pila bautismal que le vio nacer a la fe, el claustro del Patronato de San José (hoy dependencias del Museo del Retablo), la calle de Valentín Palencia, la casa paterna en la Flora, la catedral y la Facultad de Teología. Aquí concluyó la primera parte del día, con el visionado de un interesante video que repasa la trayectoria del nuevo beato.
A las 20:15 horas, la iglesia de San Nicolás se quedó pequeña para acoger la participación de diez coros de las parroquias del arciprestazgo. Cada coral eligió una pieza que sirvió para ir desgranando los aspectos de la vida de don Valentín: su fe, su vocación, su parroquia, su misericordia, su martirio… El encuentro, donde se valoró el altruismo y el buen hacer de todos y cada uno de los coros, finalizó con la interpretación del himno a los nuevos beatos. La tarde sirvió para fomentar la comunión, crecer como Iglesia, hacer memoria de nuestros mártires y llenarnos de su mensaje.