El arzobispo consagrará el nuevo templo de la parroquia de San Josemaría

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parroquia de san josemaría burgos

La parroquia se ubica en la antigua zona de la Cellophane.

 

El viernes 26 de junio, coincidiendo con la fiesta de san Josemaría Escrivá, el arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín, dedicará el nuevo templo de la parroquia cuyo titular es el fundador del Opus Dei. A la ceremonia se espera que asistan diversas personalidades del mundo eclesiástico y civil. Con la consagración del nuevo templo, se dan por concluídas las obras de la Fase I de este moderno edificio, ubicado en la antigua zona de la Cellophane, que ha tardado en construirse un año y cuyo coste económico ronda los tres millones de euros.

 

Para el párroco, José Luis Tapia, con el nuevo edificio ya construido se podrán atender mejor las necesidades pastorales de la parroquia, que hasta ahora ha celebrado las eucaristías y otros ritos en el templo de las Religiosas Esclavas y ha utilizado como salones para catequesis y reuniones las aulas del colegio Campolara, el único que se encuentra cercano a la sede actual de la parroquia. En cuanto a la atención parroquial, se prestaba hasta ahora en un apartamento de la avenida de Palencia.

Una parroquia diocesana

Atendida por sacerdotes de la prelatura del Opus Dei, la de San Josemaría es una parroquia de titularidad diocesana. El Código de Derecho Canónico prevé que los obispos en sus diócesis pueden encomendar la cura pastoral de algunas parroquias diocesanas a miembros de institutos religiosos o a una sociedad clerical de vida apostólica. Así, el pasado 10 de octubre de 2013, el arzobispo de Burgos y el vicario regional de España de la prelatura del Opus Dei, Ramón Herrando Prat de la Riba, firmaron un acuerdo escrito para encomendar la cura pastoral en la parroquia a sacerdotes de esta prelatura; encomienda que pudiera desaparecer, llegado el hipotético momento, con el consentimiento de ambas partes.

 

Por este motivo, y en cuanto al modo de financiación del nuevo templo, este corresponde exclusivamente a la parroquia, que afronta el pago de un préstamo a una entidad bancaria. Son por tanto los miembros de la parroquia quienes afrontan el pago de la construcción del nuevo templo, y no la prelatura del Opus Dei. Jurídicamente, se trata de un préstamo personal a nombre de la parroquia y cuyo avalista es la diócesis de Burgos, al carecer la parroquia de una garantía hipotecaria por la que pudiera afrontar un eventual impago del préstamo a la entidad bancaria.

 

Desde que comenzó su andadura, la parroquia ha celebrado cerca de 70 comuniones, unos 50 bautizos y 40 confirmaciones. Además, cuenta con la web parroquiasanjosemaria.org , donde se puede acceder a una información más amplia.

Preparados para recibir un “don inmerecido”

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El próximo 27 de junio, la diócesis vivirá un gran momento de alegría: será el día en que varios jóvenes reciban las órdenes sacerdotales y de diácono. El arzobispo, Francisco Gil Hellín presidirá la ceremonia en el altar mayor de la catedral, que comenzará a las 11:00 horas, y en ella tres jóvenes serán ordenados sacerdotes y cinco, diáconos.

 

Uno de estos futuros diáconos es Luis Renedo, natural de Melgar de Fernamental y de 24 años. Cuenta que desde pequeño participaba en la misa dominical, y que después de hacer la comunión, un sacerdote le planteó ser monaguillo. “Aunque al principio me cuesta, acepto; y al final del curso sólo quedamos otro compañero y yo”. Las monjas de su pueblo le animaron entonces a ser sacerdote, “y como muchas veces me lo ha recordado un profesor, ya desde pequeño afirmaba que quería serlo”. Así, ayudado por los ánimos de personas de su entorno, decidió empezar a estudiar la ESO en el seminario, donde entró junto con su hermano Eusebio y un primo.

 

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Eduardo y Luis ante la catedral, que este sábado acogerá el acto en el que serán ordenados sacerdote y diácono.

 

Van pasando los años y en el año sacerdotal (curso 2009/10), pasó al seminario mayor. “Ahí es donde voy siendo más consciente de que yo no quiero ser sacerdote, sino que es Dios quien me regala esa vocación. El cambio del yo al Tú parece una tontería, pero es el que da sentido a ese don inmerecido”. Luis cuenta que en este camino le ha ayudado enormemente la misericordia que experimenta en el sacramento de la confesión, y que en esta etapa última se siente arropado “con y por la Iglesia”.

 

Una vez que sea diácono, Luis podrá proclamar y predicar la Palabra; ser servidor de los pobres y de la mesa del altar. Además, también podrá bautizar, casar e incluso presidir funerales. Y de todas estas funciones, hay una que espera con especial ilusión: “Por mi forma de ser: el servicio, la caridad, y ya no tanto de forma personal, sino en nombre de toda la Iglesia. Además, el predicar ‘oficialmente’ con palabras y obras también lo deseo con ilusión”.

 

La amistad con Dios

Junto con Luis estará Eduardo Dorado, que se ordenará sacerdote. Cuenta que vive los días previos al evento con entusiasmo, “porque ha sido un camino en el que vas viendo la meta para volver a empezar a caminar; y ahora que se va acercando el día, con algo de nervios, pero muy contento por este don que se nos va  a regalar. Son también días de preparación, con misas de acción de gracias, “pero sobre todo preparamos nuestro corazón para esta misión que se nos va a encomendar”. Además de los años de formación académica, humana y espiritual que ha recibido en el Seminario –tanto en el Menor como en el Mayor–, Eduardo también destaca la importante formación que ha supuesto la proporcionada por las parroquias donde han estado de pastoral, “en las que vas viendo que este es tu camino y en las que el Seminario se hace presente y conocen a los seminaristas y futuros sacerdotes”.

 

Eduardo recuerda cómo fue descubriendo su vocación, que nació cuando él era pequeño: “Era monaguillo en mi parroquia la Real y Antigua de Gamonal, y  aunque con 12 años entré en el  seminario, la verdad que no era muy consciente de que el Señor te estaba llamando. Por eso tendrán que pasar unos añitos hasta que empecé a escuchar la voz del Señor más claramente. Fue en  4º de  ESO, en unos ejercicios espirituales, cuando la voz del Señor “sonó con claridad en mi corazón y más concretamente por la cruz”. Ahí fue donde empezó de manera consciente este camino que ya desde que era un niño había empezado a caminar. “Otro momento que hizo pararme a pensar más mi vocación fue cuando me hicieron esta pregunta: ¿Quién es Jesús para ti?, me dejó parado y me costó responderla, porque en ese momento respondía con lo que me habían contado de Él, no lo qué yo sentía por él, y ahora cada día me lo sigo preguntando, ¿Quién es Jesús para mí? E intento darme una respuesta que salga de mí, de mi relación de amistad con Jesús”.

 

Una amistad que sin duda, va a crecer y a dar muy buenos frutos, pues según Eduardo, tal y como expresa, “en esta nueva etapa que va a comenzar, espero dejarme sorprender por la grandeza del sacerdocio, disfrutar y gozar como sacerdote, vivirla con mucha alegría, trabajar con muchas ganas y sobre todo servir a la Iglesia y a Dios allí donde se me mande”.

 

Ante un acontecimiento así, Luis anima a seguir orando, “y pidiendo al Dueño de la mies que nos conceda santas vocaciones a la vida consagrada (un especial recuerdo en este Año de la vida consagrada a todos los religiosos y religiosas) y sacerdotal”.

2015 06 22 lunes: resumen de prensa

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Actualidad

Diario de Burgos explica los trámites que tendrán lugar en la diócesis cuando se produzca un relevo en el arzobispado:

 

Ecclesia publica el último mensaje del arzobispo de la diócesis, Francisco Gil Hellín:

 

El colegio Niño Jesús cambia de sede:

Patrimonio

El presidente del Cabildo Metropolitano de Burgos, Juan Álvarez, inauguró viernes la restauración del Claustro Alto de la Catedral de Santa María tras cinco años de intervenciones, que han devuelto a este espacio el esplendor perdido por el paso del tiempo:

 

El Camino de Santiago contará con una mejor señalización y con bolsas que facilitarán su limpieza:

Cultura

El Premio AXA de Pintura celebrará su 20º aniversario con un concierto del coro infantil de Saint-Marc, conocido popularmente como Los Chicos del Coro, que tendrá lugar el viernes 10 de julio en el interior de la Catedral:

 

 

 

El arzobispo ordenará tres sacerdotes y cinco diáconos el próximo sábado

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ordenación diaconal

Eduardo y Félix fueron ordenados diáconos hace ahora un año.

La catedral es el lugar escogido para celebrar la solemne ceremonia litúrgica en la que serán ordenados tres nuevos sacerdotes y otros cinco diáconos el próximo sábado 27 de junio. Con la imposición de manos del arzobispo, Eduardo Dorado, Félix Díez y fray José Luis Galiana serán ordenados sacerdotes, mientras que Luis Renedo, Eduardo María Pérez, Juan Antonio Cabrera, Enrique Díez y David Jiménez recibirán el orden del diaconado; estos dos últimos se convertirán, además, en los primeros diáconos permanentes de la diócesis.

Diáconos transitorios y permanentes

El del diaconado es el primer grado del sacramento del orden. Por él, hombres bautizados y suficientemente formados y preparados, son capacitados para leer el evangelio en las celebraciones litúrgicas, predicar, servir al altar, realizar la exposición del Santísimo Sacramento, bautizar, asistir a los esposos en el sacramento del matrimonio e incluso presidir las exequias. El término procede del griego diakonía (servicio), con el que se hace clara referencia a su misión más específica: el servicio al altar y la entrega a los más necesitados. A partir del próximo sábado, los cinco diáconos podrán desempeñar todas estas funciones.

 

La novedad de las próximas ordenaciones, es que entre los candidatos al diaconado, dos lo recibirán de modo permanente, es decir, sin previsiones a una futura ordenación sacerdotal. En efecto, tanto Enrique Díez como David Jiménez llevan recibiendo formación humana, espiritual y teológica durante los tres últimos años para desempeñar este ministerio con el consentimiento de sus respectivas esposas, ya que ambos son padres de familia. Así, en su vida y ministerio conjugarán la vocación matrimonial con la del diaconado permanente. Enrique pertenece a la parroquia de Quintanilla Vivar, y David a la de Villafría.

 

Su formación recibe asesoramiento por parte de dos sacerdotes responsables: Fernando Arce Santamaría, como director para la formación, y Jesús Camarero Cuñado, como director espiritual y tutor académico. Como se señaló en el Decreto de instauración del diaconado permanente, el arzobispo tomó esta decisión convencido de que el diaconado permanente redundará en el bien espiritual y pastoral de la diócesis.

Sacerdotes de Jesucristo

Quienes acceden al diaconado de modo transitorio, lo hacen con vistas a recibir la ordenación sacerdotal. Es el caso de Renedo, Pérez y Cabrera, que recibirán el diaconado tal como hicieron en su día los tres jóvenes que  serán ordenados presbíteros. Con la ordenación sacerdotal, Díez, Dorado y Galiana podrán a partir de ahora celebrar la eucaristía, perdonar los pecados y administrar la unción a los enfermos.

 

Félix Díez presidirá su primera misa solemne en la parroquia de su pueblo, Paules del Agua, la mañana del domingo 28 de junio; al igual que fray José Luis Galiana, monje cisterciense, que celebrará su primera eucaristía en el monasterio de San Pedro de Cardeña. Eduardo Dorado, por su parte, ha escogido la parroquia de Santa María La Real y Antigua para presidir su primera eucaristía la tarde del domingo 28.

Una Iglesia que ayuda a los más pobres

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2015 06 21 mensaje arzobispo de Burgos pdf

 

La Iglesia ha tenido siempre una gran preocupación por los más pobres y marginados de la sociedad. Es lógico, porque Jesucristo, su Fundador, privilegió en su trato y en sus acciones a los enfermos, leprosos, pobres y pecadores. Esta preocupación no tardó en institucionalizarse, hasta el punto que pronto creó un cuerpo de personas con el encargo específico de atender a los pobres y necesitados. Esta institución –los diáconos- llegó a tener tal peso, que, durante mucho tiempo, a la muerte del Papa era elegido para sucederle el primero de los diáconos. El santoral de la Iglesia registra nombres tan gloriosos como san Esteban, san Lorenzo, san Vicente y san Efrén, todos ellos diáconos.

Por otra parte, sería interminable la lista de los hombres y mujeres a quienes la Iglesia, a lo largo de la geografía y de los siglos, ha enseñado a leer y escribir, y a los que ha hecho posible acceder a estudios medios y universitarios. Sin contar las escuelas, hospitales, guarderías, etc. que ha construido y sigue construyendo para atender a las personas más desfavorecidas.

España no ha sido una excepción. Bastaría preguntar a muchos profesionales actuales dónde y cómo realizaron sus estudios y se abrieron paso en la vida.

Con la llegada del llamado “estado del bienestar” y la cobertura social de la vejez y enfermedad así como los seguros sociales de todo tipo, algunos pensaron que la función caritativa de la Iglesia había quedado “superada” o, cuando menos, que ya no era estrictamente necesaria. Sin embargo, ha bastado que la crisis nos haya vuelto a visitar para percatarnos del papel decisivo que ha jugado la Iglesia para millones de personas en necesidad: parados, emigrantes, pobres de solemnidad, gente sin techo ni hogar y un largo etcétera. Baste pensar, por ejemplo, en la labor de las Cáritas diocesanas y parroquiales, en los Bancos de alimentos, proyecto Atalaya y tantas instituciones benéficas que la caridad cristiana ha sabido imaginar y crear.

La semana pasada los obispos de España hemos presentado la memoria de actividades de la Iglesia católica en España durante el año 2013. Sólo en el campo de caridad asistencial destacan 8.490 centros sociales y asistenciales de la Iglesia (355 más que el año anterior), habiéndose incrementado la actividad caritativa en los últimos cuatro años un 76%. También llama la atención el número de programas y centros para la mujer en riesgo de exclusión, víctimas de la violencia, exprostitutas, explotación sexual y laboral.

A ello hay que añadir la labor pastoral que desarrollan los sacerdotes, religiosos y laicos en el medio rural y urbano y en la actividad educativa.

Todo esto ha sido posible por el esfuerzo y colaboración de tantas familias, personas anónimas y voluntarios, que no han dudado en dedicar su dinero, su tiempo y su solidaridad a las personas más necesitadas. Además, es justo reconocer –y agradecer- el apoyo manifestado por los 9 millones de contribuyentes que han marcado la casilla de la Iglesia Católica en la declaración de la renta.

No sabemos cuánto tiempo necesitaremos para salir de la crisis actual. Pero es indudable que serán muchas las personas que, incluso cuando salgamos de la crisis, van a necesitar nuestra ayuda. Seguirá la inmigración, aumentará la soledad de muchas personas ancianas, crecerá el número de niños que sufrirán la separación de sus padres, se multiplicarán los conflictos y problemas matrimoniales, aparecerán nuevas pobrezas y exclusiones, etcétera. La Iglesia no puede despreocuparse de esas necesidades pues su presencia será tan imprescindible como la del buen samaritano que ayudó al caminante asaltado por los ladrones en su camino. Por eso, te animo a que sigas apostando por la Iglesia y ayudándola con su tiempo y tu dinero. Un modo bien concreto es que elijas la casilla de la Iglesia, con la de otros fines sociales, en tu declaración de la renta. Gracias por anticipado. Porque, con tu ayuda, seguiremos ayudando a quien lo necesite.