La alegría de la Resurrección de Cristo llena el Domingo de Pascua

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domingo de pascua burgos

 

Este Domingo de Resurrección, el arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez Vegas, preside a las 12:00 horas la santa misa concelebrada. Al finalizar la misma se impartirá la bendición papal. Animará el canto litúrgico la Coral «Santa María la Mayor».

 

La imagen de Cristo Resucitado desfilará por Federico Martínez Varea, plaza Francisco Sarmiento, Alfonso X El Sabio, Clunia, avenida Cid Campeador, Concordia, Laín Calvo y Virgen de la Paloma. Por su parte, la imagen de la Virgen de la Alegría desfilará por Fernán González, Avellanos, plaza Alonso Martínez, San Juan, Moneda, plaza Santo Domingo de Guzmán, Carnicerías, paseo del Espolón y arco de Santa María.

 

Hacia las 13:15 horas, entrarán ambas imágenes en la plaza Rey San Fernando, anunciándose el júbilo pascual con el Aleluya de «Haendel» y la danza del Santo. A continuación, don Fidel Herráez impartirá la bendición a la ciudad. Finalizado el acto se interpretarán diversas danzas castellanas en honor de Cristo resucitado y su Madre.

 

Para que tengan vida

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Hoy estamos celebrando el Domingo de Pascua. Quiero, en primer lugar, que os llegue mi entrañable saludo y felicitación pascual, deseándoos a todos y cada uno la alegría, la  paz y la vida nueva del Señor Resucitado. «Buscáis a Jesús, el crucificado… No está aquí, HA RESUCITADO, id a contárselo a los discípulos… Ellas, llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos». Con estas palabras podemos resumir el Evangelio de la Vigilia Pascual. Es el mensaje que el ángel comunica a las mujeres que habían acudido al sepulcro de Jesús. Como cuenta el evangelista, ellas fueron a anunciarlo rápidamente, porque el gozo pascual empuja al anuncio, a la evangelización.

 

Esa misma experiencia de júbilo se prolonga permanentemente en la Iglesia. Los cristianos en este día nos saludamos y nos decimos: «Felices Pascuas». Ciertamente podemos estar contentos  porque celebramos la victoria de la vida sobre la muerte, de la gracia sobre el pecado, de la esperanza sobre el desánimo, del amor sobre el odio.

 

Durante la Semana Santa hemos contemplado al Crucificado, nos hemos conmovido con su sufrimiento, hemos reconocido nuestras infidelidades y pecados, nos hemos asombrado ante una generosidad que  lleva a Jesús hasta la muerte por nosotros. Pero «no busquéis entre los muertos al que vive», se nos dice también  en el pasaje evangélico de la resurrección. Por eso también celebramos que él sigue viviendo, más aún, que es el Viviente, el que nos permite comprender realmente lo que es la Vida, el Amor mismo de la Trinidad. Sí, Él vive y está entre nosotros, para darnos Vida y Vida abundante, como nos lo había prometido.

 

Por eso precisamente este día, «el día de los días», he querido ofreceros una Carta Pastoral que dirijo a toda la diócesis, a cada uno de vosotros. Su título es «Para que tengan vida». Ese ha sido el lema y el objetivo de mi ministerio sacerdotal desde que fui ordenado presbítero: que la Vida que el Resucitado nos regala llegue realmente a la vida de todos los seres humanos, a todas las dimensiones de nuestra existencia personal y colectiva.

 

Jesús pronunció las palabras «Para que tengan vida» cuando se presentaba como el Buen Pastor. Se daba cuenta de que muchos actuaban como «bandidos y salteadores» al buscar su propio beneficio olvidando y manipulando a los más débiles y vulnerables. Nosotros como cristianos, también yo como obispo, debemos seguir las huellas del Buen Pastor, buscando y trabajando por una vida digna para todos  y ofreciendo a  nuestros contemporáneos el sabor de la Vida plena y verdadera. A ello deseo invitaros y convocaros por medio de esta Carta Pastoral.

 

En ella continúo el diálogo que he venido manteniendo con vosotros a través de estos mensajes dominicales, recogiendo todo lo que he visto y escuchado durante este año y medio que camino con vosotros. Con actitud de servicio he participado en muchos encuentros y conversaciones, he conocido muchos rostros y nombres, he procurado valorar todos los signos de vida que cuidáis y cultiváis. También he intentado detectar vuestros anhelos y expectativas, que son siempre fuente de esperanza y de vida. Asimismo he procurado identificar con realismo y con serenidad las tentaciones o peligros que pueden apagar el aliento de nuestra experiencia pascual.

 

Estas y otras reflexiones se encuentran en la Carta Pastoral. Pero sobre todo me ha interesado señalar las prioridades que,  en coherencia con  el  Plan Pastoral diocesano,  deben marcar nuestro camino hacia el futuro: crear comunidades auténticamente iniciadoras y acogedoras, continuar la renovación de nuestras estructuras territoriales y sectoriales para que seamos más evangelizadores, fomentar la formación para que todos los bautizados puedan actuar como protagonistas desde su propia vocación y su propio carisma.

 

Os invito cordialmente a que leáis y reflexionéis esta Carta. «He venido para que tengan vida», dice el Señor… Como seguidores suyos, profundizaremos  todos juntos en nuestra conciencia eclesial y en nuestra voluntad de contribuir a un proyecto compartido en los múltiples caminos de la misión y del testimonio. Si vamos creando un espíritu común amaremos cada vez con más cordialidad a esta Iglesia concreta,  que camina con Jesús Resucitado en nuestra diócesis de Burgos.

 

Con esta disposición, como discípulos y testigos, saldremos al encuentro de nuestros vecinos y conocidos. A ello nos invita la hermosa imagen que sirve como portada de la Carta: Jesús se acerca a la mujer samaritana pidiéndole de beber,  a la vez que Él la invita a beber del agua de la Vida, un surtidor de agua viva que salta hasta la vida eterna. Si Jesús Resucitado nos permite gustar el sabor de la Vida nueva, llenos de alegría, como la samaritana, debemos anunciarlo, compartirlo y contagiarlo.

Burgos acompaña a María en su soledad

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La Virgen de la Soledad procesiona el Sábado Santo.
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La Virgen de la Soledad procesiona el Sábado Santo.

 

Miles de personas han participado esta tarde en la procesión de Nuestra Señora de la Soledad. A pesar de que este año no contaran con el indulto de un preso, no han faltado ni el fervor ni las miradas atentas ni los aplausos a la Madre que llora la muerte de su hijo Jesús.

 

A las 20:00 horas en punto, la Virgen, una talla de Ildefonso Serra, ha salido de la iglesia de Santa Águeda, recibiendo el aplauso de los fieles y el canto de una saeta. Después, ha emprendido su recorrido por la calle Santa Águeda hacia Barrantes, donde ha hecho la habitual parada frente al convento de las madres Salesas. Allí, las religiosas han entonado en castellano el canto del Stabat Mater y el abad de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y Santiago, Elías González, ha pronunciado un poema a la Virgen y proclamado varios vivas en su honor.

 

La procesión ha continuado su recorrido por las calles del centro de la ciudad en el último de los desfiles de carácter penitencial en la ciudad. Mañana, domingo de Pascua, las procesiones concluirán con el encuentro entre Cristo resucitado y la Virgen de la Alegría en la plaza del Rey San Fernando, hacia las 13:15 horas, tras la solemne eucaristía que presida el arzobispo, don Fidel Herráez, en la catedral.

La santa vigilia pascual marca el punto culminante de la Semana Santa

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Imagen de Nuestra Señora de la Soledad.

 

 

El paso de Nuestra Señora de la Misericordia y de la Esperanza recorre hoy a partir de las 11:00 horas las calles de la barriada Juan XXIII en un Rosario Penitencial que partirá a las 11:00 horas de la parroquia de Nuestra Señora de Fátima. Recorrerá las calles de Nuestra Señora de Fátima, plaza Lavaderos, Santa Bárbara, Severo Ochoa, Alfonso XI, barriada Juan XXIII y Nuestra Señora de Fátima. En el acto participarán miembros de las cofradías y hermandades penitenciales de la ciudad y la agrupación «Círculo Musical de Burgos».

 

Ya por la tarde, a las 20:00 horas, tendrá lugar la procesión de Nuestra Señora de la Soledad, en el que el paso que porta esta talla será llevado a a hombros por miembros de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y de Santiago. Recorrerá las calles de Santa Águeda, Barrantes (con parada ante el convento de las Madres Salesas), plaza Castilla, Aparicio y Ruiz, Eduardo Martínez del Campo, paseo de La Audiencia, arco de Santa María, plaza Rey San Fernando, Nuño Rasura y Santa Águeda.

 

Participarán en el acto autoridades civiles, miembros de las cofradías y hermandades penitenciales de la ciudad y la Hermandad del Santísimo Cristo del Milagro de Aranda de Duero, así como la banda de cornetas y tambores de «Nuestra Señora de la Soledad».

 

Los eventos de este Sábado Santo culminan con la solemne  vigilia pascual en la catedral que presidirá el arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez Vegas, en la que participarán miembros del Cabildo Catedralicio y representantes de asociaciones católicas. Esta vigilia es figura de la Pascua auténtica de Cristo, de la noche de la verdadera liberación, en la cual, «rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo». Según una antiquísima tradición, esta es una noche de vela en honor del Señor, y la vigilia que tiene lugar en la misma, conmemorando la Noche Santa en la que el Señor resucitó, ha de considerarse como «la madre de todas las Santas Vigilias», tal y como la nombró san Agustín.

 

La ciudad hace duelo por Cristo crucificado

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La jornada del Viernes Santo ha paralizado la ciudad, que parece haber hecho duelo ante Cristo muerto en cruz. Diversas han sido las procesiones y actos de piedad que se han desarrollado en Burgos a lo largo de hoy.

 

La jornada ha comenzado con un Via Crucis Penitencial por las laderas del parque del Castillo con meditaciones a cargo de Elías González Barriuso, párroco de San Nicolás y San Esteban y párroco de Santiago y Santa Águeda. Por su parte, la parroquia de San Lesmes Abad ha acogido el tradicional sermón de las Siete Palabras, a cargo de Emiliano Nebreda Perdiguero, sacerdote de la parroquia de Santo Domingo de Guzmán. El mediodía ha contado con el acto del desenclavo del Cristo de Burgos de su cruz en la plaza de Santa María, uno de los actos que va ganando en popularidad en el Viernes Santo burgalés.

 

Por su parte, el arzobispo, don Fidel Herráez, ha presidido esta tarde en la catedral los santos oficios de la Pasión del Señor, donde se ha venerado la santa cruz y se ha realizado una colecta especial por Tierra Santa.

 

Aunque el desfile procesional por excelencia es el que ha tenido lugar caída la tarde. Se trata de la procesión del Santo Entierro, en la que participan todas las hermandades y cofradías penitenciales de la ciudad acompañando a sus pasos, que narran los últimos momentos de la vida de Cristo. El acto ha comenzado a los pies de la catedral, con el traslado del Cristo Yacente hasta su sepulcro ante la atenta mirada de cientos de personas. Después, la comitiva ha recorrido las principales calles del centro de la ciudad.