Misa crismal

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Homilía del arzobispo de Burgos · catedral, 1 abril 2015

La Iglesia quiere que en la misa Crismal recordemos de modo especial el misterio de nuestro sacerdocio ministerial. Como buena Madre, desea que nos pongamos al abrigo de la rutina diaria, que puede estropear algo tan grande y tan misterioso como es que Jesucristo quiera ejercer su sacerdocio por medio de nosotros. Por esto es bueno volver, una y otra vez, al momento en el que el sacramento del Orden nos trasformó en otro ‘yo’ de Cristo, y así personarle a él -actuar ‘in persona Christi’- en nuestro ministerio.

 

Recojamos la amable invitación de la Iglesia y tratemos de recordar, aunque sea de modo telegráfico, nuestro itinerario presbiteral.

 

Un día nos sucedió como a los primeros discípulos. Jesús pasó a nuestro lado, nos miró a los ojos, nos sonrío y nos dijo: Sígueme. Nosotros le seguimos con prontitud y entusiasmo. Más tarde, a medida que crecíamos en años y en formación, más de una vez tuvimos la misma sensación que san Pedro después de la pesca milagrosa. La vocación a la que nos había llamado era tan grande, que lo único que podíamos decirle era: “Apártate de mí, que soy un pecador”. Pero él nos confirmó como a Pedro y nos dijo: “te haré pescador de hombres. No tengas miedo. Yo estaré siempre contigo. Tú eres mío”. Y con esta confianza y convicción nos acercamos temblorosos a nuestro obispo para que nos impusiera las manos y nos convirtiera en sacerdotes de Jesucristo. En realidad, fue el mismo Jesucristo quien nos las impuso, por medio de su ministro; y fue él quien nos dio una participación real y verdadera en su sacerdocio ministerial.

 

Al  imponernos las manos, el obispo, como ministro de Cristo, nos dijo: “Ya no os llamo siervos sino amigos”. El Señor nos hizo amigos suyos, incluso institucionalmente. Nos encomendó todo; nos encomendó incluso a Sí mismo. De modo que podamos hablar, consagrar, perdonar y pastorear con su “Yo”. ¡Qué confianza! Se ha puesto en nuestras manos.

 

Queridos sacerdotes: en las palabras “Ya nos os llamo siervos sino amigos” se encuentra el sentido profundo de ser sacerdote: llegar a ser, de verdad, amigo de Jesucristo. Por esta amistad debemos comprometernos cada día de nuevo. Tener amistad con Jesucristo, ser su amigo, implica comunión de pensamiento y de voluntad. Comunión de pensamiento no es algo meramente intelectual sino también una comunión de sentimientos. Querer lo mismo que él y no querer lo que él no quiere, en línea de lo que dice san Pablo a los Filipenses: “Tened los mismos sentimientos de Cristo Jesús”.

 

Esto significa que tenemos que conocer más a Jesús leyendo y meditando la Palabra de Dios, sobre los cuatro evangelios. Una lectura que no sea sólo académica sino espiritual. Hemos de razonar y reflexionar sobre sus palabras y su modo de actuar, estando delante de él y hablando con él. La lectura de la Sagrada Escritura debe ser oración, debe brotar de la oración y debe llevar a la oración.

 

La oración es para un sacerdote tan necesaria como el  respirar. Porque sólo en la oración se desarrolla la amistad. Podemos trabajar hasta la extenuación. Pero nuestra actividad externa queda sin fruto y pierde su eficacia, si no brota de una profunda e íntima comunión con Cristo. Por eso, el tiempo dedicado a la oración, no sólo no es tiempo robado al ministerio pastoral sino que es la mejor muestra de un gran amor pastoral. Basta recordar estas palabras del oficio de pastores: “Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo”.

 

Nunca meditaremos bastante sobre las palabras que Benedicto XVI escribió en la Introducción de su primera y gran encíclica “Deus caritas est”: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”. Para ser apóstol, antes hay que ser discípulos. Y para ser discípulo no hay otro camino que conocer y tratar al Maestro y esto acontece, de modo eminente, en la oración. Ser amigo de  Jesús, ser sacerdote, significa, por tanto, ser hombre de oración. Ahí aprendemos a vivir, a sufrir y a obrar con él y por él.

 

Ahora bien, ser amigo de Jesús implica, necesariamente, ser amigo de sus amigos. La amistad con Jesús es siempre amistad con los suyos, especialmente con los que están más cerca de su corazón. Ser amigo de la Cabeza implica serlo del cuerpo. Por eso, hoy es un día para refrescar, reavivar y, si es necesario, recomponer nuestra vida de presbiterio. Sin fraternidad sacerdotal verdadera, no es posible verdadera amistad con Jesús. Y la fraternidad no es posible –como no se cansa de repetir el Papa Francisco- con la crítica y la murmuración de los unos contra los otros. Sepamos convivir con todos, acoger a todos, comprender a todos, disculpar a todos, ayudar a todos, cubrir las espaldas de todos.

 

Permitidme una última consideración. Ser sacerdote significa convertirse en amigo de Jesucristo con toda nuestra existencia. El mundo tiene necesidad y hambre de Dios. Pero no de un dios cualquiera sino del Dios que nos reveló Jesucristo con su Encarnación. Un Dios que nos amó hasta morir por nosotros y resucitó para darnos una vida que no morirá más. Este Dios debe vivir en nosotros y nosotros en él. Esta es nuestra vocación sacerdotal y la condición necesaria para que nuestro ministerio pueda dar fruto.

 

Dentro de unos momentos, vamos a renovar nuestros compromisos presbiterales. Renovar no es retomar algo que estaba en desuso sino renovar la entrega, la disponibilidad, la alegría de ser amigos de Jesús, la alegría de consagrarle nuestras capacidades y nuestras limitaciones. Renovar es confirmar un camino de fidelidad.

 

Que la Santísima Virgen nos lleve de la mano hasta Jesús y nos enseñe a ser amigos suyos de verdad y, así, entregarnos en cuerpo y alma a la misión. Amén.

 

La Semana Santa de Aranda de Duero estrena un paso de la Última Cena

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paso cena aranda

Las imágenes del paso a su llegada a Aranda de Duero, procedentes de Murcia.

La cofradía de Jesús Camino del Calvario de Aranda de Duero trabaja desde hace meses por embellecer su procesión del Martes Santo. Tanto es así, que esta misma tarde estrenarán un nuevo paso que representa la escena de la Última Cena. Un monumental paso con trece tallas construidas en madera de cedro que pretende «catequizar a los niños y jóvenes arandinos sobre la institución de la eucaristía», según los «fines religiosos de la cofradía», tal como detalla Enrique González, hermano mayor de la misma.

Una cofradía «de barrio»

La de Jesús Camino del Calvario es la cofradía más joven de Aranda. Fundada a finales de los años cuarenta del siglo pasado, la hermandad cuenta hoy con doscientos sesenta cofrades que «han hecho un esfuerzo tremendo» por costear este paso creado en Murcia por el imaginero Domingo García y que cuenta también con un «espectacular trono de sesenta centímetros de altura». El paso, siguiendo el «típico estilo barroco castellano», pretende ser una representación en imágenes de los tradicionales cuadros de la institución de la eucaristía. Y es que, «raramente vemos en imágenes a Jesús partiendo el pan», como muestra el nuevo paso. Un paso que, además, da detalles al espectador de otras escenas de esa misma Cena, como el lavatorio de los pies o la traición de Judas. La escena está construida en madera de cedro, una madera «noble, resistente al fuego y al ataque de la polilla» y en ella «cada figura tiene un movimiento y expresión propios», detalla González.

 

Esta misma noche, el paso recorrerá por primera vez las calles de la capital de la Ribera en la tradicional «procesión de las caídas», tras la cual, el nuevo paso descansará hasta el año que viene en la parroquia donde se erige la cofradía, la de Santa Catalina. La hermandad, que desde el momento de su fundación admite a la mujer en sus filas, tiene características de barrio, comenzando con 105 hermanos llegando en la actualidad a 260, cuenta con banda de cornetas y tambores propia y su hábito, confeccionado en tela de raso, lo componen túnica y capuchón de color amarillo-dorado, botonadura, fajín y capa morada, guantes blancos y zapatos negros; en la esclavina del capuchón y en la capa, a la altura del hombro izquierdo, va bordado en color marrón, sobre fondo blanco, el emblema de la hermandad, que consiste en una cruz sobre una corona de espinas y sobre la cruz tres clavos, se alumbran con báculo rematado en farol.

Los niños acompañan a Jesús en el Domingo de Ramos

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Numerosas localidades burgalesas celebraron este fin de semana un Domingo de Ramos soleado y con gran participación de los fieles en las procesiones y eucaristías que homenajearon la entrada de Jesús en Jerusalén. Y ese domingo,en el que se daba inicio a la Semana Santa, ha sido el momento en el que los niños han querido participar de una manera especial.

 

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Los niños encabezaron la procesión que se celebró el Domingo de Ramos en Oña.

 

Oña es un ejemplo de ello. Allí ha nacido la cofradía «Hermandad de Jesús amigo de los niños», especialmente pensada para ellos. El pasado domingo estrenaron el paso e impusieron las medallas a los nuevos cofrades. El paso, una pequeña figura que representa a Jesucristo sobre un borrico, recorrió las calles de la localidad perteneciente al arciprestazgo de Oca-Tirón, mientras un numeroso grupo de niños marchaban al frente con sus ramos. Los adultos también se unieron para celebrar con ellos tan importante festejo.

 

Ramos en Gamonal

Por otro lado, y como viene siendo habitual, en esa misma fecha el arciprestazgo de Gamonal celebró una eucaristía en la plaza de Santiago. En esta ocasión le correspondió preparar la celebración a la parroquia de la Inmaculada. Con un día soleado y  buena temperatura, el festejo pudo celebrarse al aire libre. Allí los fieles aclamaron a Jesús con ramos y canciones, y sobre todo participando con interés en la misa. De nuevo, los niños y jóvenes volvieron a mostrar que no les importa estar en primera línea cuando se trata aclamar a Jesús como Mesías.

 

2015 03 31 martes: resumen de prensa

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Actualidad

La Audiencia Provincial ha condenado a un cura jubilado y a la mujer con la que convivía a pena de cárcel por apropiarse de 43.000 euros pertenecientes a la Fundación Padre Cristóbal Figuero:

Patrimonio

El portal de subastas online Locotravel.com da a conocer, tras una encuesta realizada a sus usuarios, que éstos consideran a la la catedral de Burgos el monumento más bonito de Castilla y León:

Semana Santa

Ayer tuvo lugar el Vía Crucis penitencial con antorchas en las laderas del castillo, que este año ha estado coordinado por la parroquia de San Josemaría:

 

La Junta Coordinadora de la Semana Santa necesita una veintena de voluntarios para portar el Viernes Santo las imágenes de La Flagelación y El Nazareno de Miranda de Ebro:

 

La Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento y Jesús con la Cruz a cuestas combina la Semana Santa con la ayuda al prójimo, al ofrecer una recogida de alimentos:

 

El Rosario Penitencial Obrero del barrio de la Vega saldrá esta tarde del Círculo Católico de Obreros de la calle Concepción. La procesión está organizada por la Cofradía de la Santa Columna:

Educación

Varios alumnos burgaleses estuvieron presentes en encuentro de alumnos de religión católica que se celebró en Ávila:

 

 

La cara joven de la Semana Santa (I)

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Manuel Cuadra Roca pertenece a la Hermandad del Santísimo Cristo del Milagro de Aranda de Duero,  cuya sede canónica es la parroquia de Santo Domingo. «Pero también pertenezco a las cofradías de San Antonio Abad y Nuestra Señora la Virgen del Carmen, siendo estas cofradías de gloria», añade.

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Manuel Cuadra procesiona cada año con su cofradía

 

Empezó a participar en procesiones a una edad muy temprana: la primera vez que salió sólo contaba con 3 años: «Yo no sabía muy bien qué era eso de salir en procesión, pero mi madre me puso el hábito, me colocó en la fila y recuerdo con gran alegría que aquel año me pusieron el primero de la Hermandad, ¡Qué responsabilidad!».

 

Así, los padres de Manuel le ayudaron a dar el primer paso de un recorrido que continúa a día de hoy. Con el paso del tiempo, cuenta que ha ido ganando en devoción y acrecentando su fe en el Santísimo Cristo del Milagro, «aunque mucha gente cree que la religiosidad popular es más folclore que fe, pero muchas veces la realidad es al contrario y ese es mi caso. Es por ese crecimiento en la fe por lo que he decidido seguir en la hermandad y no como un hermano “pasivo”, sino siendo parte activa».

Días de espiritualidad

 Y, ¿en qué va pensando un cofrade durante la procesión? Manuel, que desde los 16 años ejerce como costalero portando al Cristo del Milagro, cuenta que se trata de un momento especial, «no solo por salir a calle a llevar el mensaje de Jesús a otras personas, sino porque tienes la gran suerte de acompañarle. Son muchas las cosas en las que puedes pensar mientras vas desfilando: desde hacer un repaso a tu vida en el último año, ver cómo es tu vida como cristiano e incluso ver qué puedes mejorar para acercarte más al Maestro. Aunque últimamente el que más me viene a la cabeza es que suene la campana del capataz de costaleros para que entre el relevo», comenta divertido. De cara a futuras procesiones, a Manuel le gustaría ejercer como enlace en la procesión, una función que todavía no ha tenido oportunidad de realizar: «De ellos depende que la procesión salga tal y como se ha planeado por la mañana, tienen una gran disponibilidad. Pero siempre estaré dispuesto a ayudar a la Hermandad en lo que necesite».

 

Los cofrades viven unos días de preparación espiritual, en los que el abad de la hermandad dirige unas unas charlas cuaresmales a las que están invitados todos los hermanos, «y en las que cada año se reflexiona sobre un tema diferente. Es una gran ayuda para alimentar el espíritu y preparar mejor la Semana Santa». Estos días que preceden a la procesión son también de nerviosismo y estrés: «Hay que preparar los pasos y dejar todos los  materiales para la procesión de Jueves Santo. Pero también con una preparación interior puesto que no hay que olvidar lo que hacemos cuando salimos a la calle, y muchas veces se deja de lado y pierde el sentido».