Miles de burgaleses salen a la calle en la fiesta del Corpus Christi
El agotador calor no ha impedido que miles de fieles salieran esta mañana a las calles de Burgos para adorar, oculto en la eucaristía, a Jesús sacramentado. Los niños de primera comunión, los miembros de asociaciones laicales y parroquiales, autoridades civiles, tetines y danzantes, Gigantillos y gigantones y miles de fieles… Ninguno ha querido perderse la tradicional cita y alfombrar el paso de la custodia con bailes y pétalos de rosas. El día del Corpus Christi se ha vuelto a vivir en la capital con la misma intensidad de siempre y con un sol radiante de invitado.
Los actos de piedad han dado comienzo a las 11:30 de la mañana. El calor ha hecho que sea una abarrotada catedral la que en esta ocasión acogiera la solemne misa presidida por el arzobispo. En su homilía, Francisco Gil Hellín ha invitado a los fieles a llevar a cabo el compromiso social y asistencial para con los pobres que brota de la eucaristía: «No podemos acercarnos a comulgar y después dar la espalda a los pobres», ha dicho, al mismo tiempo que comparaba la procesión eucarística con la evangelización que deben hacer los laicos: «También vosotros deberéis llevar a Jesús por las calles y plazas de vuestras familias, colegio, trabajo, sindicatos… para conformar el mundo según lo quiere Dios», ha concluido.
Incienso y golpe de campana
Tras la eucaristía, la procesión. El repique de las campanas y el olor a incienso lo anunciaban. El Santísimo Sacramento ha sido llevado en la custodia -traída de Aranda de Duero, donde se expone para la exposición de Las Edades del Hombre– por las calles del centro de la ciudad portado en la carroza de plata del maestro Suárez. Al llegar a la plaza Mayor, el Santísimo ha abandonado la carroza y ha ocupado el puesto de honor en el salón de plenos de la Casa Consistorial. Tras un breve rato de oración y desde el balcón del Ayuntamiento, el arzobispo impartió la bendición con el Santísimo a los congregados en la plaza.
Los actos han concluido con la bendición con el Santísimo a los pies de la catedral, tras la cual, el Santísimo ha pasado todo el día expuesto en la capilla del Santo Cristo de Burgos. El arzobispo ha despedido a los presentes deseándoles unas felices fiestas de san Pedro y san Pablo.