El informe Foessa destapa más pobreza y menos ayudas en Castilla y León
Los datos que se desgranan del informe Foessa presentado por Cáritas ayer no dejan lugar a las dudas: Castilla y León, pese a que su situación es más favorable que en otras comunidades, ve crecer la desigualdad y el aislamiento de las personas afectadas por la pobreza a un ritmo del 2% el último año, además de hacerse más frágiles las relaciones de ayuda mutua.
Un 16% de la población está en exclusión, es decir, 40.000 personas, de las cuales, 128.000 sufren una situación de exclusión severa y viven con menos del 30% de la renta media. La exclusión en la comunidad castellanoleonesa es más estable, está más arraigada y más diferenciada, con más segmentos de exclusión, aunque sean menos numerosos. Y aquí es donde juega un importante papel Cáritas, ya que la organización ha acogido a unas 1.200 personas en esta situación en el último año.
Personas sin hogar
Ante este panorama, Cáritas organiza para este 30 de noviembre la campaña de personas sin hogar, con el lema «Por una vivienda digna y adecuada. Nadie sin hogar». La Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Carta Social Europea y la Constitución Española sostienen que toda persona tiene derecho a una vivienda digna y adecuada, sin embargo, Burgos ve aumentar la cifra de personas sin techo que además, son cada vez más jóvenes. «Percibimos que hay más gente que vive en casas ocupadas, una casuística que nos parece muy peligrosa por las condiciones que acarrea de infravivienda, invisibilidad del colectivo e inseguridad. Además, se ha elevado el número de personas indomiciliadas (población de Burgos) frente al de transeúntes procedentes de otras provincias y sigue bajando, lenta pero progresivamente, la media de edad de los afectados», explica David Polo, educador social del Programa de Personas sin Hogar de Cáritas. Pilar Benavides, psicóloga de la Fundación Lesmes, explica también que muchas de estas personas se ven afectadas por enfermedades mentales que además se ven agravadas debido a la carencia de vivienda.
Por eso, esta campaña denuncia que la persona ha dejado de ser el bien protegido y que las viviendas han pasado ha convertirse en un bien de inversión, situación que está propiciando la aparición de un grupo de personas cada vez más numerosos en situación de exclusión residencial. Y propone, entre otras cosas, una política de vivienda que garantice este derecho que corresponde a todos los ciudadanos o fomentar un alquiler social y la ocupación de viviendas vacías, dentro el Pacto estatal de vivienda.
Pobres incluso trabajando
Cáritas constata que el empleo precario, irregular o temporal está siendo una tremenda fuerza desintegradora que sólo puede compensarse con un modelo redistribitivo más justo, con mayor protección social y más igualdad salarial. Óscar Moriana, delegado diocesano de Cáritas, denuncia que «tenemos trabajadores que siguen viniendo a solicitar apoyo porque no les llega debido a los bajos salarios. Los hogares con baja intensidad laboral (empleo precario, discontinuo o sumergido) en Castilla y León son el 42%». «Nos sumamos a la constatación del informe FOESSA en cuanto a la alta desigualdad salarial, la limitada capacidad redistributiva del sistema de impuestos y un sistema de prestaciones reducido; todo ello está detrás as tasas de pobreza que sufrimos. Por lo tanto, la crisis no es causa, sino la consecuencia», añade Moriana.
Por eso, desde Cáritas se insiste en que es necesario que se flexibilice más desde las administraciones la posibilidad de que se simultanee un ingreso social con un salario, ya que en muchos casos la temporalidad y la precariedad de los trabajos así como la escasez de ayudas, lleva a muchas personas afectadas a tener que elegir entre una trabajar en malas condiciones o recibir un ingreso.
Iniciativas de Cáritas
Pero desde la organización no se limitan a apagar el fuego. También hay que ir a la raíz del problema para tratarlo desde su base, y como respuesta a esta situación, Cáritas Burgos lleva a cabo una triple estrategia: una apuesta decidida por fomentar el empleo de inserción, el refuerzo de los equipos de atención a través del voluntariado y la sensibilización de la sociedad.
Así, en Cáritas se ha activado este curso unos talleres de atención a jóvenes de entre 16 y 24 años, y que consistirán en ofrecerles motivación y preparación laboral en las localidades de Aranda de Duero, Miranda de Ebro y Burgos capital. «Con ellos queremos abordar esta etapa en la que el abandono o el fracaso escolar provoca enormes carencias e intentamos rescatar sus motivaciones», explica Moriana. El informe Foessa muestra que la crisis ha creado una «generación perdida» en la que el 27% de los jóvenes desocupados están fuera del sistema educativo: los famosos ni-nis, que ni estudian ni trabajan, porque no tienen oportunidades para ello.
Otra de las actividades puesta en marcha este curso recibe el nombre de «Diálogos Foessa», y se trata de una serie de tertulias en las que estarán invitadas personas con relevancia o responsabilidad en el ámbito local. Con ello se busca reflexionar y concienciar sobre diferentes situaciones que afectan a toda la sociedad: vivienda, empleo, inmigración, exclusión de la mujer, etc.
También cabe destacar la campaña de voluntariado que Cáritas ha iniciado en el territorio del Vena con el fin de captar voluntarios y reforzar el ámbito de la integración social y el acompañamiento. «Se pretende poner más medios y esfuerzos para mejorar las relaciones sociales y la integración en el barrio en el que viven las personas a las que atendemos, ayudando así a mejorar el dato que ofrecen los informes sobre la falta de apoyo social».