«Este es nuestro Seminario»
«No sé qué decir; estoy sorprendido. Pensaba que conocía a mis seminaristas pero hoy he descubierto muchas cosas nuevas en ellos: son jóvenes realmente enamorados de Cristo que quieren comunicar a los demás la alegría que sienten por dentro con un lenguaje muy moderno y juvenil». Con estas palabras y visiblemente emocionado, el arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín, detallaba sus impresiones sobre el musical «A corazón abierto» que los seminaristas han puesto en escena a lo largo de este fin de semana. Pero, aunque la impresión del arzobispo es quizás la de muchos otros burgaleses, «este es nuestro Seminario; lo que habéis visto en escena es lo que vivimos día a día en nuestra casa», ha asegurado al finalizar el musical su creador, el seminarista Jesús Varga. Él es quien ha escrito el guión y compuesto las letras y las músicas de las canciones que dan ritmo a un musical que pretendía «dar a conocer a todos los burgaleses, pero de modo particular a los jóvenes, la vocación sacerdotal».
La vocación, a golpe de rock
La expectación que han levantado en los últimos días los seminaristas se ha reflejado en el aforo, que se ha completado en los dos días de representación, acabándose las entradas en apenas unas horas desde su puesta a disposición del público. Y, a juzgar por las impresiones de los asistentes al finalizar el espectáculo, las expectativas se han cumplido con creces. Las doce canciones originales, el guión, la puesta en escena y la alegría que reflejaban las caras de los seminaristas han hecho que el público saliera del teatro más que satisfecho.
«A corazón abierto» narra el cambio de vida de Andrés, un joven engreído y un tanto respondón que «vive de viernes a domingo» con el único objetivo de salir de fiesta día sí día también. El alcohol, las resacas y la falta de profundidad en sus relaciones personales acabarán dejando a Andrés solo, sin el amor de su novia, sin el respaldo de sus amigos y sin la comprensión de sus propios padres. Hasta que un día, y gracias a la ayuda de Fran, un amigo que se convierte en sacerdote, Andrés, «sin saber cómo explicarlo», acaba «enamorándose de un tal Jesús» y siente la necesidad de seguirlo y entregarle su vida siendo sacerdote. La trama es llevada al escenario por seminaristas y amigos del seminario de Burgos, que llevan meses ensayando para poder representar este musical como uno de los actos centrales de la campaña vocacional de este año.
El musical, que también fue puesto en escena el pasado fin de semana en Logroño, será próximamente representado en la diócesis de Soria y, en Burgos, se podrá volver a ver en el auditorio de Caja Burgos de la avenida de Cantabria el próximo mes de octubre.
Alejandra Gil
15 marzo, 2015 en 23:59
Mi más sincera enhorabuena a todos los seminaristas y colaboradores.He llorado, reído….Que Dios os guíe y acompañe siempre.
Alejandra (San Pedro y San Felices)
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Juan Luis
17 marzo, 2015 en 13:01
¡Qué alegría ver a jóvenes tan alegres y entusiasmados! ¡Enhorabuena! Dios hará cosas muy grandes a través vuestro.
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