«Tengo que volar y quitar el manto a la Virgen»

La plaza de Santa María de Aranda de Duero vivirá este domingo uno de sus actos más tradicionales: la bajada del ángel. Hoy hablamos con Jimena, la niña que este año representará este singular papel.

 

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La bajada del ángel es uno de los actos más populares de la Semana Santa de Aranda. Foto de arandaylaribera.es.

 

No se sabe desde cuándo se celebra, pero no cabe duda de que el acto de la bajada del ángel de Aranda de Duero es uno de los actos más populares de la Semana Santa burgalesa. Un año más, la plaza de Santa María de la capital de la Ribera volverá a revivir el el próximo Domingo de Pascua este tradicional acto: la imagen de Cristo resucitado se encuentra con la de su Madre, la Virgen de las Candelas, enlutada por la muerte de su hijo. Ante la alegría Pascual, un gran globo que atraviesa la plaza por las alturas se abre para dejar descolgar un angelito que soltando al aire dos palomas, quita el velo a la Virgen ante la admiración de todos los presentes y una colorida lluvia de confetti.

 

Este año, la encargada de cumplir con esta tradición es Jimena Arranz Bravo, una niña de cinco años que estudia en el colegio Simón de Colonia de la localidad arandina. A pesar de su corta edad tiene muy claro lo que tiene que hacer el Domingo de Pascua: «Tengo que volar, quitar el manto a la virgen y quitarme la diadema», asegura sin titubeos, a la vez que afirma que ni la altura ni la atenta mirada de miles de arandinos le dan miedo.

 

«Desde pequeñita quería ser el ángel porque veía un DVD de otro año», revela. Así que Nicolás y Sheyla, los padres de la pequeña, perteneciente a la parroquia de la Vera Cruz y miembro de la cofradía de la Bajada del Ángel, decidieron apuntarla para el proceso de selección y fue elegida para interpretar tan importante papel. Ahora, mientras sus amigas del colegio la miran con cierta envidia –«me dicen qué chulo y que ellas también quieren ser ángel»– ella se prepara con ensayos diarios para ese día acudir a la cita «guapa, con un traje y unas alas muy bonitas», tal como indica.

«Alegre y divertida»

Jimena se define como una niña «alegre y divertida». Le gusta la música y, de forma especial, el juego de las estatuas musicales, con el que aprende música y movimiento en la Escuela de Música de Aranda. Su comida favorita son los macarrones. En los días previos a la Semana Santa intensificará sus ensayos para que todo salga a la perfección, cosa que le pone «un poco nerviosa». Sus papás y sus abuelos le insisten en que «se porte bien» para que el próximo domingo de Pascua sea, como ella misma augura, «muy feliz».

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