José María Yudego, extrabajador del Instituto Municipal de Cultura, promueve una solución para eliminar las barreras arquitectónicas que impiden el acceso a la catedral:
Ayer se puso en marcha el grupo de peregrinos que, bajo la organización de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes, viajarán al santuario de Lourdes hasta el 11 de septiembre. Dicha peregrinación diocesana se moviliza todos los años para acercar a los enfermos burgaleses a este santuario en busca de unos días de descanso y oración.
Desde hace años, la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes se ocupa de organizar las peregrinaciones que los enfermos burgaleses quieran realizar al santuario de Lourdes. Los voluntarios que participan tratan de conocer primero la situación real de los enfermos que asistirán a la peregrinación y sus necesidades, para así ayudarles en todos los aspectos, tanto físico (llevándoles a os actos religiosos y al hotel) como en el espiritual. en esta peregrinación diocesana organizada por la Hospitalidad acuden tanto laicos como sacerdotes, son los sacerdotes quienes se dedican más al apoyo espiritual de los enfermos, mientras las enfermeras y enfermeros colaboran en mayor medida en el aspecto material, en los traslados, las comidas y todas las necesidades diarias que puedan surgir.
En palabras del anterior consiliario de la Hospitalidad, Francisco Javier Valdivieso, quien viajará en esta ocasión con los peregrinos, «la misericordia -que enmarca este año jubilar-estará presente en los diversos lugares del santuario, comenzando por la puerta del mismo nombre que atravesaremos juntos, y en el Via Crucis,las piscinas y fuentes, la capilla de la Reconciliación… Y también la viviremos en múltiples momentos de la peregrinación. A buen seguro que encontraremos la fortaleza, la corrección fraterna, el consuelo, el buen consejo, la alegría, la plegaria y la esperanza en los gestos y las palabras, en la vida de todos aquellos, enfermeras, camilleros, médicos, sacerdotes o peregrinos, sanos y enfermos, que participemos en la peregrinación».
En esta peregrinación estará también el actual consiliario, José Luis Martínez Sarraoa, y el arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez Vegas.
Un año más, y como viene siendo habitual cada 8 de septiembre en la fiesta de la Natividad de la Virgen María, los sacerdotes de la ciudad han vuelto a celebrar esta mañana su tradicional reunión de comienzo de curso. Se trata de un encuentro que se viene realizando desde el siglo XVI, cuando los sacerdotes con cura pastoral en la urbe se reunían para celebrar un consejo especial que intentase «contrarrestar» la influencia que tenía por entonces el cabildo catedralicio. Aquella reunión acabó denominándose popularmente como «Universidad de curas» y, aunque hoy en día no tenga el sentido ni la finalidad de entonces, sí resiste el nombre. Se trata de una reunión informal en la que los sacerdotes de la ciudad se dan cita para reencontrarse tras el verano y crear así mayores vínculos de fraternidad de cara al curso pastoral que está comenzando.
En esta ocasión, la parroquia de Nuestra Señora de las Nieves, en la barriada Illera, ha sido el marco escogido para celebrar la eucaristía, que ha estado presidida por el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, y en la que han participado miembros de la comunidad parroquial. En su homilía, el arzobispo ha señalado que el de hoy es un día para agradecer «el inmenso amor que Dios nos tiene» y del que «María es ejemplo maravilloso». En la celebración se ha tenido también un especial recuerdo por los sacerdotes fallecidos a lo largo del último año.
Tras la misa, una comida de hermandad en los salones de Cáritas ha servido para poner el broche final a esta jornada de convivencia y reencuentro entre los curas de la ciudad, con la que comienzan a trabajar de cara al nuevo curso pastoral.
El Santo Cristo es usado en varias representaciones sacramentales.
Comienza hoy en la catedral el solemne septenario en honor del Santísimo Cristo de Burgos, práctica piadosa que culminará el próximo miércoles 14 de septiembre coincidiendo con la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. Los actos de culto comenzarán a las 19:00 horas con el rezo del rosario y preces seguidos, a las 19:30 horas de la misa concelebrada por el cabildo catedralicio. El domingo día 11, tendrá lugar por las calles aledañas a la seo, una procesión con la réplica del Santo Cristo portada a hombros por los hermanos de la cofradía de las Siete Palabras y los devotos del Cristo. El septenario concluirá el día 14 con la misa presidida por el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, tras la cual se procederá a una procesión con la reliquia del Lignum Crucis por las naves de la seo. El jueves día 15 tendrá lugar la celebración de una eucaristía por los hermanos difuntos de la cofradía del Santo Cristo.
Una talla con historia
La historia del Santo Cristo está cargada de leyenda. Varios documentos aseguran que llegó a la península en un barco y que el baúl que lo guardaba fue rescatado de una tempestad y traído hasta Burgos. Desde la Edad Media, el Santo Cristo es el mejor embajador de la ciudad y la devoción que arraigó en Burgos se extendió rápidamente gracias a la difusión que le dieron los Agustinos por ciudades de la península y de todo el mundo.
Se trata de una talla de origen flamenco y de autor desconocido al que se le dotó de pelo y uñas naturales a base de astas de diversos animales y cuyo cuerpo se recubrió con piel de becerro para dar más realce a las representaciones catequéticas que con él se realizaban en la Baja Edad Media y que recientemente se han recuperado en la mañana del Viernes Santo burgalés. El Cristo está articulado en el cuello, los brazos y las piernas y su interior alberga incluso una calabaza hueca que, según diversas hipótesis, podía llenarse de vino para que saliera por la abertura de su costado, traspasado por la lanzada.