«A mis queridos sacerdotes»

por administrador,

 

Queridos hermanos:

 

Nuestra vida diocesana, gracias a Dios y también en gran parte a vosotros, percibo que transcurre con normalidad. Opino que este tono de “normalidad” es siempre bueno y deseable, tanto en nuestra vida personal como eclesial y social, por lo que tiene de propicio para seguir creciendo serenamente en profundidad y fecundidad evangélica. En este clima y en estas primeras semanas del nuevo año, me ha parecido oportuno enviaros esta carta que, por lo específico de su contenido, os dirijo sólo a vosotros los sacerdotes, como colaboradores más inmediatos del ministerio episcopal que se me ha encomendado y como hermano y servidor vuestro.

 

Os agradezco muy de verdad que me estéis dando la oportunidad de ir teniendo un encuentro fraterno y pausado con cuantos sacerdotes estáis en la diócesis. Deseo y confío que podamos completar ese recorrido en torno a la Pascua del Señor. De nuestros hermanos en misiones he ido hablando con bastantes, con ocasión de sus breves estancias por aquí. Son muchas las conclusiones positivas que me vais evidenciando. Puedo deciros con fundamento y con satisfacción que el clero de nuestra Iglesia diocesana tenéis buena “salud sacerdotal” en los diversos elementos que la configuran. Como os he manifestado en otras ocasiones, este “don”, porque es gracia, es el resultado conjunto de la acción de Dios, de tantos hermanos y hermanas que os han acompañado y acompañan con su cercanía  y oración (familias, vida consagrada contemplativa y activa, asociaciones, movimientos, seglares diversos…) y de vuestro esfuerzo y respuesta personal. Pido a Dios que para gloria suya, bien de la Iglesia, servicio a la sociedad y alegría personal vuestra, prosigamos todos, en nuestras respectivas tareas,  con ese buen tono, espiritual y humano, como sacerdotes de Jesucristo. Bien sabéis ya que podéis contar conmigo en todo lo que pueda serviros.

 

Cuando concluya las entrevistas con todos vosotros voy a iniciar una visita a cada comunidad de vida consagrada. Con las religiosas y religiosos de vida contemplativa fui ya encontrándome durante las primeras semanas de mi servicio episcopal en nuestra diócesis; he vuelto a visitar algunos de los monasterios, con la intención de que al finalizar este curso haya estado ya por segunda vez con esas comunidades. Con nuestra Facultad de Teología, Delegaciones diocesanas, Movimientos y Asociaciones he ido teniendo también reuniones durante estos meses pasados. Me ha parecido necesario igualmente tener los encuentros oportunos con las diversas instituciones civiles más cercanas (políticas, militares, académicas, medios de comunicación…) de nuestra ciudad y provincia. La comunicación con las instituciones eclesiásticas y civiles, que fuera de la diócesis lo requieren, también se está llevando con normalidad. Las visitas pastorales, como sabéis, están formando parte habitual de la planificación semanal; hasta ahora me ha sido posible estar ya en 114 parroquias.

 

Hay una realidad que siento especial necesidad de compartir con vosotros. Me refiero a las vocaciones: al especial cuidado de la vocación bautismal cristiana en sus posibles y diversas concreciones y, teniendo su importancia específica cada una de ellas, permitidme que aquí me refiera a la propuesta vocacional tanto para el sacerdocio como para la vida consagrada. El Señor sigue llamando, pero también cuenta con nosotros. Cuenta con el indispensable esfuerzo que todos (repito “todos”) debemos hacer para que la respuesta a su llamada sea posible y generosa. Por supuesto, que muy en primer lugar hemos de «rogar al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies» (Mateo 9, 38). Hemos de pedir confiada, humilde e insistentemente a Dios esas vocaciones. Y, al mismo tiempo y con no menor intensidad, debemos poner cada uno de nosotros un empeño constante para que en los ámbitos de la familia (realidad ésta decisiva para la Iglesia y la sociedad que requerirá igualmente nuestros mejores esfuerzos), de la educación escolar y universitaria, en las catequesis, en las celebraciones litúrgicas, en las homilías…, y en el conjunto del quehacer pastoral con los niños y los jóvenes, de modo que pueda hacerse perceptible la voz de esa llamada y existan las condiciones adecuadas para que se pueda dar la respuesta.

 

Esta realidad se enmarca también en nuestro plan de Pastoral cuando nos invita a concretar el «diseño y puesta en marcha de un plan diocesano vocacional«. Estamos en ello. Conviene igualmente tener en cuenta que esta será la temática del próximo Sínodo de los Obispos. Pienso que nuestra constancia en este empeño y, muy especialmente, nuestra forma de vivir la propia vocación, serán indispensables para que niños y jóvenes escuchen y respondan a la llamada del Señor. Conscientes de que a lo largo de la historia de salvación Dios ha contado siempre con la mediación humana para el anuncio del Evangelio, pensemos que en el plazo de dos o tres décadas será decisivo en nuestra Iglesia diocesana lo que en la pastoral vocacional hagamos o dejemos de hacer en estos años.

 

Por último, y unido a lo que acabo de deciros, permitidme que os ruegue muy encarecidamente que todos y cada uno de nosotros retomemos el interés y compromiso concreto con nuestros Seminarios Diocesanos de S. José (Mayor y Menor) y el misionero “Redemptoris Mater”. El Papa Francisco, en alguna de sus intervenciones, invita a los seminaristas a «ofrecerse con humildad, como arcilla para modelar, para que el alfarero, que es Dios, la trabaje con el agua y el fuego, con la Palabra y el Espíritu. Se trata de entrar en aquello que dice san Pablo: ‘ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí’. Solamente así se puede ser diácono y presbítero en la Iglesia, solo así se puede apacentar al Pueblo de Dios y guiarlo no por nuestros caminos, sino por el camino de Jesús, es más, sobre el camino que es Jesús”. Ciertamente el Seminario es el lugar privilegiado donde se moldea la arcilla y se abre a la acción del Espíritu. Por lo mismo, al tiempo que pedimos al Señor que envíe a su Pueblo dignos  y santos sacerdotes, debemos retomar el esfuerzo de colaborar al máximo para que haya muchos jóvenes formándose en el Seminario del modo más coherente posible para el servicio sacerdotal en los próximos decenios. Sin duda alguna la entrega contagiosa en el ejercicio del ministerio sacerdotal, la unión y ayuda mutua entre los sacerdotes y el apoyo constante e ilusionado a los sacerdotes directamente formadores de los seminaristas, serán factores esenciales en nuestra colaboración para suscitar vocaciones sacerdotales. Los Seminarios de la diócesis han sido y siguen siendo realidades tan importantes como fecundas para nuestra Iglesia diocesana y para numerosos lugares a través de nuestros sacerdotes misioneros.

 

Que Dios os siga acompañando en vuestras respectivas tareas pastorales, en las circunstancias y en la etapa de la vida en que cada uno os encontréis. Vivid con alegría vuestra misión sacerdotal. Manteneos, os lo ruego también, lo más unidos y en comunión que os sea posible. Os encomiendo de verdad a cada uno al Amor de Dios.

 

En Él os bendigo y abrazo.

 

+Fidel

2017 01 30 martes: resumen de prensa

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Sociedad

El número de familias con todos sus integrantes en edad de trabajar en paro ha caído un 38,7% respecto al año pasado:

 

La Fundación Once e Inserta Empleo fomentarán la contratación de 105 jóvenes con discapacidad hasta 2020 en Castilla y León:

Cultura

Un joven burgalés crea un canal en Youtube que rescata los toques tradicionales de La Demanda:

 

En Gamonal ha tenido lugar el  comienzo a sus festejos patronales con la lectura del pregón y el disparo del chupinazo en la fiesta de las Candelas:

Pastoral de la salud continúa formando a los voluntarios que atienden a enfermos

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enfermos

 

La delegación de pastoral de la salud continuará mañana impartiendo el curso de iniciación para los nuevos voluntarios que se incorporen a la pastoral de la salud en las parroquias visitando enfermos, o bien para aquellos que todavía no han realizado el curso. Dicho curso, que concluirá el próximo 8 de febrero tendrá lugar a las 17:30 horas en la Casa de la Iglesia, donde también se realizará el curso de profundización que comenzará el 15 de febrero y contará con posteriores sesiones el 8, 15 y 22 de marzo, también a la misma hora y en el mismo lugar.

 

Los temas que abordará este curso de profundización, al que podrán acudir los voluntarios ya iniciados, tratarán la manera de relacionarse con los mayores con Patologías Especiales y también se centrará en la espiritualidad en la fragilidad. La delegación de pastoral de la salud de Burgos anima a que en las parroquias se formen grupos de voluntariado que lleven la buena noticia a los enfermos. Además, cuenta con un equipo de asistencia religiosa para paliar el sufrimiento y acompañar a los enfermos en los hospitales. Su tarea en definitiva es apoyar todo aquello que dignifique a la persona.

 

Por otra parte el 11 de febrero, festividad de Nuestra Señora de Lourdes, se celebra en la iglesia de San Gil de Burgos la Jornada del Enfermo, inicio de un itinerario que culmina en la Pascua del enfermo, y que tendrá lugar el próximo mes de mayo.

 

 

Los alumnos del colegio Círculo reciben la visita del arzobispo

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El arzobispo de la diócesis, don Fidel Herráez Vegas, visitó el pasado viernes 27 de enero el Centro Educativo Colegio Círculo. Allí le esperaban los alumnos  y profesores a primera hora de la mañana para celebrar el Acto por la Paz  en la capilla del colegio, donde el alumnado de Educación Primaria tuvo la posibilidad de dialogar con él al finalizar el mismo, agradeciendo su sencillez y cercanía.

 

Posteriormente pasó a visitar las instalaciones, acompañado del director general del centro, Alejandro Martín Pérez, así como del consiliario José María López  y de otros directivos de la institución. Durante el recorrido pudo hablar con los alumnos y docentes de Educación Infantil, Secundaria, Ciclos Formativos y Bachillerato, y vivió uno de los momentos más entrañables cuando pasó por Infantil, donde los más pequeños le cantaron una canción y le regalaron un cuadro realizado por ellos.

 

Desde su toma de posesión en noviembre de 2015, esta es la primera vez que don Fidel visita un centro educativo; un hecho que puso de manifiesto en su alocución, al manifestar que tan maravilloso encuentro era un regalo del Señor

Aranda de Duero celebra su encuentro ecuménico

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El último sábado de enero, como es habitual, Aranda de Duero ha celebrado en la parroquia de Santa María el encuentro ecuménico entre evangélicos, católicos y ortodoxos.

 

El acto comenzó con la presentación de un signo, que consistió en la presentación de una cruz por parte de los ortodoxos, una Biblia por la parte evangélica y un corazón por la católica. el corazón constaba de una palabra, «Reconcíliate», al hilo del lema de este encuentro, «Reconciliados nos apremia el amor de Cristo». Tras una introducción, los presentes realizaron un comentario al texto segundo de Corintios y al del Hijo Pródigo. Además, como explica Juan Carlos Argüeso, arcipreste de Aranda, también se hizo un signo del perdón a través de unas piedras con forma de cajas se simbolizó los signos «que a veces envía la división, por ejemplo, el juicio los malos entendidos, las rencillas, las discordias… que son como piedras en el camino». Con cada piedra en forma de caja que se iba presentando, se construyó un muro, y tras haber presentado la Palabra de Cristo como salvación, ese muro se derrumbó y con las mismas piedras se construyó una cruz con la palabra «Unidad», «que todos sean uno, para que el mundo crea».

 

Posteriormente, se procedió a realizar una acción de gracias y el gesto de la paz, también se rezó el Padrenuestro y una bendición. Un pastor evangélico amenizó el momento con música. El ambiente, que fue «muy agradable», congregó a numerosas personas en la parroquia.