«La importancia de conjugar vida y fe»

El arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez, ha exhortado esta mañana en la eucaristía de la fiesta del Curpillos a «unir fe y vida no solo hoy, sino el recorrido de cada día».

 

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La de hoy es una de las fiestas más populares de la ciudad. Son miles las personas que se acercan cada año hasta el Parral para participar en la popular jira que sigue a la celebración, por la mañana, de la eucaristía y posterior procesión con el Santísimo Sacramento por las calles cercanas al monasterio de las Huelgas. Una fiesta eminentemente eucarística, única en la península, donde se entrelazan a la perfección lo sagrado y lo profano.

 

Así lo ha subrayado el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, en la eucaristía que ha marcado el punto de partida de los actos celebrativos. En el monasterio de las Huelgas, y ante la presencia las religiosas cistercienses, representantes del Ayuntamiento, Junta de Castilla y León, Diputación Provincial y Subdelegación del Gobierno, el pastor de la diócesis ha insistido en su homilía que lo religioso no queda relegado a la esfera privada, sino que forma parte esencial de la vida del cristiano, dando así lugar a tradiciones y culturas populares. Lo realmente coherente -ha dicho- «es unir vida y fe, no sólo hoy, sino en el recorrido de cada día».

 

El arzobispo ha subrayado en su alocución la «exclusividad de esta fiesta típicamente burgalesa que toma como raíz y fundamento la fiesta del Corpus Christi». En este sentido, ha repasado cómo en torno a la devoción eucarística han surgido otras realidades «amables y queridas» de tipo folklórico que «no tenemos que rechazar, sino valorar por formar parte de la vivencia de la fe».

 

La eucaristía ha dado paso a la procesión eucarística, en la que el Santísimo Sacramento ha recorrido las calles colindantes al monasterio y ha sido escoltado por danzantes, Gigantillos, Gigantones y el cuerpo militar, que ha portado como es tradición la réplica del pendón de las Navas de Tolosa.

 

Tras la procesión, la madre abadesa del monasterio ha recibido a las autoridades asistentes al acto, mientras el arzobispo ha bendecido una talla de la Virgen María.

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