«Sí a la libertad, no a la esclavitud»

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«Sí a la libertad, no a la esclavitud». Este es el lema de la Jornada Mundial de oración y reflexión contra la Trata de seres humanos, que se celebrará el próximo jueves, día 8. Las Jornadas mundiales se proponen sensibilizar, concienciar, señalar que existe un problema por resolver, algo que tiene que preocuparnos y ocuparnos, a todos los niveles. Pensábamos que la esclavitud de seres humanos era una cuestión ya superada, oficial y realmente abolida a nivel mundial. Sin embargo, por desgracia, los hechos nos demuestran que la realidad queda muy lejos de la idea. Hoy siguen existiendo miles de hombres, mujeres y niños que son víctimas inocentes de trata con fines laborales, de explotación sexual o de tráfico de órganos.

 

El papa Francisco ha querido que la comunidad cristiana tome conciencia de esta oscura y desconocida realidad festejando así la memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita, la religiosa sudanesa que padeció durante su vida los sufrimientos de la esclavitud. Ella misma fue secuestrada de su hogar para ser vendida en varias ocasiones como esclava hasta que alcanzó la libertad; acogida en la Iglesia, hizo un proceso personal de descubrimiento de Jesucristo, en quien encontró el amor pleno y la auténtica liberación.

 

Lo que está en juego en todo este dramático tema es la dignidad de toda persona. La persona ha sido creada a imagen y semejanza de Dios. Ello quiere decir que la persona no puede ser nunca utilizada e instrumentalizada como si se tratara de un objeto cualquiera, con fines económicos o puramente placenteros. Cuando el ser humano es incapaz de reconocer en el otro a un semejante que exige ser tratado como «alguien», es signo evidente de una preocupante deformación moral y es del todo contrario a la propia dignidad humana. Tal dignidad es un tema fundamental para el Papa Francisco y sobre él ha hablado en diversas ocasiones, definiendo a la trata de seres humanos como «una herida abierta en el cuerpo de la sociedad contemporánea, una llaga en el cuerpo de Cristo, un crimen contra la humanidad».

 

Los datos además nos recuerdan que esa sangrante situación no nos queda tan lejos, sino que la tenemos más cerca de lo que pensamos. El Secretariado de Trata, recientemente creado en nuestra Diócesis, nos pone ante nuestros ojos la vida de inmigrantes sometidos al mundo de la prostitución o de la explotación laboral. Se trata de personas que vinieron a nuestra provincia bajo el señuelo de paraísos ficticios que les llevaron a infiernos terribles y dolorosos. Quizás por ello es más acuciante volver a escuchar aquellas palabras de san Juan Pablo II en la Exhortación sobre los laicos: «Redescubrir y hacer redescubrir la dignidad inviolable de cada persona humana constituye una tarea esencial, es más, en cierto sentido es la tarea central y unificante del servicio que la Iglesia, y en ella los fieles laicos, están llamados a prestar a la familia humana».

 

Este problema con infinidad de rostros y formas tiene causas que es necesario afrontar con el compromiso personal, político y eclesial. En primer lugar, en palabras del papa Francisco, «el propio pecado que corrompe el corazón humano». Éste «lo aleja de su Creador y de sus semejantes, a quienes ya no ve como seres de la misma dignidad, como hermanos y hermanas en la humanidad, sino como objetos». Junto a ello, el escándalo de la inequidad que se manifiesta en la pobreza, el subdesarrollo, la exclusión social, la falta de educación, las escasas o inexistentes oportunidades laborales… A ello se suma la violencia, la corrupción y la idolatría del dinero y del beneficio inmediato que conduce a conductas inhumanas explotadoras de las personas.

 

Que esta Jornada nos ayude a todos a reconocer la dignidad de cada persona con la que nos encontramos. Que anime también a cuantos se esfuerzan para que desaparezca este flagelo aberrante, forma de esclavitud moderna. Que contribuya a los que tienen responsabilidades políticas a tomar decisiones para transformar las causas que producen esta vergonzosa plaga, indigna de una sociedad civil. Y que, como decía el papa Francisco, visibilizando este problema «cada uno de nosotros se sienta comprometido a ser portavoz de estos hermanos y hermanas nuestros, humillados en su dignidad». Que oremos y vivamos con todos la cercanía y la misericordia del Evangelio.

El tiempo libre, una oportunidad para la evangelización

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La delegación diocesana de Infancia y Juventud ha llevado a cabo en la jornada de hoy un encuentro de monitores de tiempo libre. Jóvenes de ocho realidades pastorales diferentes han participado en una jornada en la que Jesús Zarzuelo Elia, especialista en voluntariado y programación del movimiento Scout católico, ha impartido una sesión sobre cómo programar con sentido.

 

Tres talleres han ayudado a generar recursos en los participantes para sus actividades en interior, exterior y legislación al respecto. Tras la comida, una serie de pruebas han permitido divertirse en equipo y poner en práctica algunas de las enseñanzas del encuentro.

 

El encuentro de hoy pretendía responder a la necesidad de orientar, formar y acompañar a los monitores que trabajan voluntariamente en las actividades de tiempo libre que se realizan en la diócesis tanto en invierno como especialmente en verano con los campamentos. Crear espacios de encuentro permite generar una sinergias que han de ayudar a crecer personalmente en el proceso que cada uno de los monitores vive en su parroquia, en su colegio o en su grupo y han de saber cómo orientar las actividades para que tengan un sentido creyente en la realidad del tiempo libre. La realidad nos muestra el gran número de niños que participan en los campamentos que se organizan desde las parroquias y otras instituciones de la Iglesia. Esto hace que las propuestas actuales tengan que estar de la mano de la visión pastoral de hoy.

Un nuevo Consejo de Pastoral que busca la sinodalidad

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El arzobispo, durante un consejo diocesano de pastoral.
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El arzobispo, durante un consejo diocesano de pastoral.

 

El Seminario de San José ha acogido hoy la primera reunión del recién constituido Consejo Diocesano de Pastoral. Concluido el mandato del último Consejo, hoy ha comenzado la andadura del nuevo, siendo la primera vez en la vida de este organismo diocesano que el número de laicos (38) supera a la presencia de clérigos (26) y religiosos (9). El Consejo cuenta ahora con 25 nuevas incorporaciones, entre las que se encuentran representantes de instituciones, delegaciones o secretariados de reciente creación como Ecumenismo, Trata, Peregrinaciones y Turismo y Camino de Santiago. Los 73 miembros del nuevo consejo asesorarán así al arzobispo en las distintas cuestiones que implican la pastoral de la diócesis durante el próximo trienio.

 

«Pocas veces he visto tanta gente buena por metro cuadrado», les ha confiado don Fidel Herráez al comienzo de la reunión que él mismo ha presidido. «Os doy un fuerte abrazo de acogida y las gracias de todo corazón por implicaros en esta tarea para que sigamos siendo pueblo de Dios en camino en esta preciosa Iglesia en Burgos».

 

«Discernir juntos»

 

Una de las principales tareas de este Consejo [lee aquí sus estatutos] es «estudiar y valorar lo que se refiere a las actividades pastorales de la diócesis y sugerir conclusiones prácticas sobre ellas, con el fin de promover la conformidad de la vida y de los actos del Pueblo de Dios con el evangelio». Una empresa que solo se puede llevar a cabo desde la sinodalidad, «compartiendo un mismo caminar y discernir conjunto». De hecho, ese ha sido el núcleo sobre el que ha girado la reunión de hoy. Una ponencia del profesor de Teología Eloy Bueno de la Fuente y diversas mesas de trabajo han intentado reflexionar sobre «la sinodalidad en nuestra Iglesia diocesana y su ejercicio a través de los organismos de comunión: consejos pastorales (diocesano, arciprestales y parroquiales)».

 

Para Bueno, la Iglesia debe ser «la casa de la armonía», donde «lo que a todos afecta, por todos tiene que ser tratado». Por ello, ha abogado por la importancia de «discernir juntos» en la Iglesia local, donde «el Consejo Diocesano de Pastoral es el reflejo más importante de esta vida cotidiana de sinodalidad».

 

En esta primera reunión, los miembros del Consejo han elegido mediante votación al secretario del mismo, Carlos Izquierdo, y a los seis miembros que se integrarán en la Comisión Permanente: Lucia Ferreras, Emilio MaestroJorge Lara, Consuelo Rojo, Puri Gallardo y Álvaro Tajadura.

Catequistas de Miranda: formados para ser enviados

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«Formarme para sentirme enviado». Bajo este título se convocó, el pasado miércoles, a los catequistas de Miranda de Ebro, en la Parroquia del Espíritu Santo. Un encuentro arciprestal de oración, como se viene organizando cada año, para fomentar la necesidad del encuentro con Dios, antes de darlo a conocer a los demás.

 

Con ayuda de textos evangélicos, música y oraciones, la comisión arciprestal de catequesis preparó con esmero este encuentro, que gustó mucho a los asistentes.

La diócesis se suma a la Jornada de oración contra la trata de personas

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Trata

 

Un año más, el papa Francisco convoca la Jornada de oración y reflexión contra la trata de personas para el 8 de febrero, fiesta de Santa Josefina Bakhita, esclava sudanesa  que, una vez liberada, ingresó en la Congregación de las Hijas de la Caridad Canosianas y que fue canonizada en el año 2000.

 

Con este motivo, el Secretariado diocesano de Trata, dependiente de la Delegación de Pastoral de Migraciones, invita a todas las parroquias y comunidades religiosas a orar este domingo para la erradicación de esta nueva forma de esclavitud, la esclavitud del siglo XXI.

 

El jueves, día 8, a las 19:00 h., se celebrará una vigilia de oración en la parroquia de San Lesmes, a la que seguirá un acto de sensibilización que consistirá en una marcha desde la iglesia hasta la Plaza de Alonso Martínez, donde se leerá un manifiesto.

 

El triste fenómeno de la trata, como recuerda el Papa, no se refiere sólo a las mujeres destinadas a la prostitución, sino también al tráfico de niños, al de personas destinadas al trabajo forzado o a la mendicidad y al tráfico de órganos.

 

Según la Organización Internacional del Trabajo y Naciones Unidas, cada año, cerca de 2,5 millones de personas son víctimas de trata y de esclavitud, la mayoría de ellos mujeres y niños. Para traficantes y proxenetas es la actividad ilegal más lucrativa en el mundo, al generar un total de 32.000 millones de dólares al año, llegando a ser el tercer negocio más rentable después del tráfico de drogas y de armas.