
En línea con el próximo sínodo de obispos sobre «Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional», arranca la campaña vocacional 2018, con el lema «Mejor acompañados» y un amplio abanico de actividades y materiales para despertar la pregunta sobre la vocación entre niños, adolescentes y jóvenes.
El lema procura tener en cuenta a dos tipos de receptores: por un lado, quiere motivar la necesidad de dejarse acompañar personalmente como una necesidad ineludible en el proceso de la formación cristiana y del discernimiento y, por otra parte, pretende despertar la conciencia en cada miembro de nuestras comunidades de que debe sentirse acompañante y promotor del despertar vocacional en nuestra diócesis.
La primera de las actividades tendrá lugar en el colegio Nuestra Señora de Lourdes (El Zapatito) a las 19:00 horas este sábado, día 10. Se pondrá en escena la obra de teatro Pobrecillo, sobre la figura de San Francisco de Asís. Se trata de un montaje que invita al espectador a recibir la energía vital del santo que transformó la visión entera de la espiritualidad, los valores, los prejuicios, las grandezas y las miserias. Las entradas pueden adquirirse en dicho centro educativo o en el Seminario de San José.
Para el próximo día 16, se ha organizado una oración joven en el Seminario (a las 22:00), una oración preparada por los propios seminaristas, y al día siguiente, a las 11 horas, serán ordenados diáconos en la parroquia de la Inmaculada Diego Luis e Isaac Hernando.
Ya en el mes de abril (días 28 y 29), se celebrará el curso «Quo Vadis», una convivencia destinada a chicos y chicas de 16 a 25 años que quieran vivir una experiencia de planteamiento vocacional general y en la que se intentarán poner las bases para tener las condiciones de ponerse a buscar.
Dentro de la campaña también se ha convocado el Concurso Vocaciones XXI de redacción y dibujo. La fecha límite de entrega de trabajos es el 20 de mayo.
Un cartel made in Burgos
En esta ocasión el cartel elegido para la campaña se ha realizado en nuestra diócesis. Un sacerdote coge con su mano derecha la mano de un joven, mientras que con la izquierda indica el horizonte. A un lado, las agujas de la catedral… «Es una imagen que evoca que hay un futuro al que llegar, un camino que recorrer juntos, y una Iglesia que está en el transfondo de aquellos que nos acompañan por el buen camino. En primer plano vemos la mano, el brazo de un joven, de una persona acompañada. El sacerdote del cartel tiene nombre. Se llama Eduardo, y actualmente sirve en la parroquia de Santo Domingo de Guzmán de Aranda de Duero. El brazo es el de Pablo, su hermano menor, y actualmente seminarista de 4º de Teología. La imagen refleja una historia real. Fue el ejemplo de Eduardo el que llevó a su hermano Pablo al seminario. La vida de uno fue el medio concreto del que Jesús se ha servido para acompañar la vocación del otro… O quizá fue la vida de Pablo la que acompañó la de Eduardo…», explican desde la delegación diocesana de Pastoral Vocacional.
«Este es un ejemplo claro de que Dios se puede servir de cada uno de nosotros. En primer lugar porque nos llama a una vocación concreta (familia, trabajo, especial consagración… y también, quizá en tu caso, sacerdocio). Pero también se puede servir Dios de cada uno de nosotros para llamar y acompañar a otros por medio nuestro. Con un consejo, un ejemplo, una palabra tiempo que hace pensar y plantearse la propia vocación… Y es que los sacerdotes, los consagrados, los niños, adolescentes y jóvenes que se plantean la propia vocación también necesitan ser animados y acompañados».