Eucaristía para sanar la «esquizofrenia religiosa»

En la fiesta del Corpus Christi, el arzobispo ha lamentado la disociación que muchos cristianos hacen entre eucaristía y vida. Como es tradición, el Santísimo ha recorrido las calles de la ciudad.
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Según la medicina, la esquizofrenia es un conjunto de enfermedades mentales que se caracterizan por alteraciones de la personalidad y pérdida del contacto con la realidad. Para el arzobispo, además, «es una enfermedad que abunda entre los cristianos más de lo que desearía» y que es reflejo de la disociación que hacen «entre su vida diaria y lo que celebran en la misa». Y es que, para don Fidel Herráez, eucaristía y vida no se pueden desligar, «pues la vida ordinaria ha de estar abierta siempre a Dios». De hecho, «nuestras misas son sumamente aburridas» a causa de esta «esquizofrenia religiosa», que evita que el cristiano «ponga de su parte, ponga su vida en la misma celebración».

 

Son algunas de las advertencias que el pastor de la diócesis ha trasladado a los cientos de fieles que se han congregado en una abarrotada catedral para celebrar la solemnidad del Corpus Christi, una de las fiestas «más entrañables» del calendario y «más enraizadas en el corazón de los fieles y la cultura». En su homilía, ha subrayado que participar en la misa debe mover el corazón de los cristianos a la acción caritativa, pues «quien se resiste a dejarse impulsar en un compromiso con los pobres y los sufrientes recibe indignamente la eucaristía», ha sentenciado con palabras del papa Francisco.

 

No obstante, en la fiesta del Corpus Christi, la Iglesia celebra también el día de la Caridad, pues «quienes se alimentan de la eucaristía refuerzan su deseo de fraternidad, su sentido social y su compromiso con los necesitados». En este sentido, el arzobispo ha alabado la dedicación de Cáritas, «que no es una ONG ni una organización más», sino «la mano visible de la Iglesia que se acerca a los hermanos necesitados»; «la misma Iglesia hecha concreción de amor y de ayuda». «Seamos coherentes al celebrar la eucaristía», ha concluido. «Vivamos nuestro compromiso de amor con Dios y entre nosotros».

 

«Procesión de las procesiones»

 

Tras la solemne celebración, en la que han cobrado especial protagonismo los niños de primera comunión, las asociaciones caritativas y eucarísticas, ha dado comienzo la «procesión de las procesiones», en palabras del arzobispo. El Santísimo Sacramento ha sido portado en la carroza del maestro platero Suárez por las calles del centro de la ciudad «para bendecir a quienes se dejen bendecir por él».

 

Las obras de remodelación en la plaza Mayor han modificado ligeramente la procesión de este año, que ha llegado al Ayuntamiento de la ciudad a través de la calle Sombrerería. Desde el balcón de la Casa Consistorial, como es tradición, el arzobispo ha bendecido la ciudad de Burgos con el Santísimo Sacramento.

 

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