Don Francisco, en la misa de acción de gracias por su ministerio apostólico en Burgos.
La Nunciatura Apostólica en Madrid ha comunicado que Su Santidad el Papa Francisco, en el día de hoy, ha concedido al Excmo. y Rvdmo. Mons. Raúl Berzosa Martínez, obispo de Ciudad Rodrigo retirarse durante un tiempo, por motivos personales, del gobierno pastoral de la mencionada diócesis.
Al mismo tiempo, según informa la Conferencia Episcopal Española, el Santo Padre ha nombrado al Excmo. y Rvdmo. Mons. Francisco Gil Hellín, arzobispo emérito de Burgos, administrador apostólico Sede Plena et ad nutum Sanctae Sedis de la diócesis de Ciudad Rodrigo.
Quien fuera pastor de la Iglesia burgalesa hasta el pasado 2015, administrará ahora la sede civitatense durante el retiro del burgalés Berzosa.
La pastoral del sordo en nuestra diócesis sigue avanzando hacia la creación de un secretariado propio, después de un curso en que se ha intensificado su actividad. En noviembre de 2017, después de varios años de parón, se retomaron las misas con lengua de signos, que se han celebrado una vez al mes, los terceros sábados a las 8’30 de la tarde. La parroquia de San Martín de Porres es la que ha acogido esta experiencia, integrando a un intérprete en una de sus misas ordinarias, en las que participan los fieles habituales de la parroquia y ahora también un buen grupo de personas sordas que ha ido creciendo en estos meses. Segisfredo Oñate y Carlos Palacios son los dos sacerdotes que acompañan al equipo, que se reúne siempre la víspera de las celebraciones para prepararlas adecuadamente. La última de las misas de este curso se celebrará mañana, para reanudarse de nuevo en septiembre.
Además de las de los sábados, hay otras dos eucaristías anuales que se celebran en la sede de la Asociación Fray Ponce de León (toma el nombre de este benedictino de Oña que en el s. XVI fue un gran educador de sordos): una es en noviembre, por los difuntos, y otra en julio, con motivo de la fiesta de la asociación. Además, ya están pensando en nuevos proyectos para el curso próximo: preparar materiales litúrgicos audiovisuales, algunas charlas de reflexión y formación en tiempos litúrgicos fuertes y otras actividades.
El verano es para muchos bullicio, ajetreo, viajes, maletas y diversas actividades al aire libre. Pero también puede tener momentos de silencio, paz y descanso del de verdad, en el que uno puede parar y repasar su vida, sus relaciones con los demás y también con Dios. Esta posibilidad la ofrece la comunidad de religiosas cistercienses del monasterio de San Bernardo, con los denominados «Talleres del silencio». Las religiosas cuentan que «el silencio es un bien escaso y cotizado por lo difícil que resulta alcanzarlo en los espacios cotidianos. En nuestra comunidad lo comprobamos una y otra vez en nuestros diálogos con los huéspedes. De ahí nuestra oferta: el silencio lleva al conocimiento y el conocimiento profundiza en el silencio. Por eso ‘engancha’ a quien lo practica».
Durante tres días de verano, las religiosas abren sus puertas para que los participantes puedan disponer de la hospedería, la huerta con abundantes chopos y el oratorio para crear un clima de paz que permita descubrir o profundizar en el silencio. «En grupo reducido y perfectamente seleccionado tendrás ocasión de encontrarte con personas que buscan lo mismo que tú», indican. Por las mañanas una persona motivará el encuentro con ejercicios de relajación y con la presentación de grandes clásicos del silencio y del encuentro con Dios. Por la tarde, habrá lugar para la contemplación y en canto en el oratorio, dirigidos por una monja de la comunidad. En todo momento se respetará el ritmo de silencio de cada persona.
La primera tanda tendrá lugar del 13 al 15 del mes de julio, y correrá a cargo de la escritora Araceli Vega. En agosto será la segunda tanda en fechas del 10 al 12 del mes, y en esta ocasión participará el sacerdote Carlos Izquierdo. Para inscribirse es necesario escribir al correo [email protected] o llamar a los teléfonos 649766739 / 947 205118.
Encuentros Monásticos cada mes
Pero además de los Talleres de Silencio en los que se pueden participar en verano, el monasterio de San Bernardo también ofrece todos los meses los llamados «Encuentros Monásticos». Dichos encuentros surgieron a partir de la constitución apostólica del papa Francisco, «Vultum Dei quaerere». La hermana Rosa Ana Izquierdo, quien coordina tanto los talleres como los encuentros, explica que esta constitución «invita a las monjas de vida contemplativa a compartir nuestra experiencia de la Palabra de Dios. Desde esta reflexión surgieron los Encuentros Monásticos. La comunidad siente la necesidad de compartir nuestra vida monástica».
Estos encuentros «consisten básicamente en conocer a Jesús por medio de la Palabra de Dios y conocerse a uno mismo. El método es la lectio divina; y para conocerse a uno mismo por medio de un relato o reflexiones con una serie de preguntas que invitan al diálogo uno va entrando dentro de sí y se cuestiona aspectos de él y de la sociedad e Iglesia. Es importante la oración personal y comunitaria».
Los encuentros se llevan celebrando dos años, desde 2016, y desde entonces se han llevado a cabo 15 ediciones. Tienen lugar una vez al mes, concretamente los primeros sábados de mes, a menos que haya alguna fiesta que obligue a cambiar al siguiente sábado. «Es una experiencia muy positiva para los que asisten y también para la comunidad cisterciense de San Bernardo de Burgos», comenta Rosa Ana.
El pasado martes, miembros de Vida Ascendente de la diócesis de Burgos se dieron cita en el Seminario de San José para celebrar una eucaristía de acción de gracias por los dones que el Señor ha derramando sobre el movimiento a lo largo del curso. Además, la jornada se completó con una comida de hermandad y otros momentos para la convivencia. Ha sido una de las varias actividades que realizan a lo largo del año, entre los que destacan sus conferencias de inicio de curso o la celebración comunitaria de la Pascua.
Vida Ascendente es un movimiento de jubilados y mayores, reconocido y aprobado por la Conferencia Episcopal Española. Se trata además de un movimiento de seglares, dirigido por seglares. Tienen como objetivo llevar el mensaje evangélico a los mayores, para que aporten a la sociedad y a la Iglesia su fe, su experiencia y su tiempo disponible. Actualmente cuenta con cerca de 30.000 miembros en España repartidos en 1.800 grupos en parroquias, tanto urbanas como rurales; y en residencias.
Su presidenta en Burgos, Amelia Díez Reoyo, asegura que los espacios de formación y alimento espiritual que promueve el movimiento «permiten tejer lazos de amistad que ayudan a transmitir el entusiasmo y la alegría de la fe». De esta manera, asegura, también se combate la soledad, que identifica como «el principal problema de las personas mayores».
Con la firma del convenio con El Mundo, Diario de Navarra y Grupo de Información Gente, son 23 las empresas de medios de comunicación comprometidas con la institución:
El Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Burgos apela a la responsabilidad del alcalde, para que asuma la petición de que la capital burgalesa sea una ciudad de acogida para los refugiados: