Una llamada a recordar, acoger y a no tener miedo
La delegación diocesana de pastoral con migrantes celebró ayer el 54º Círculo de Silencio en su emplazamiento habitual, el paseo de Sierra de Atapuerca. La cita sirvió para denunciar la vulneración de derechos de las personas migrantes y para reclamar un trato digno a todo ser humano. En esta ocasión se recordó el mal momento que viven las políticas migratorias de la Unión Europea: Italia y Malta cierran sus puertos a barcos que rescatan náufragos; España tiene que a acoger a estos barcos lejanos; otros países como Hungría, Austria o la República Checa blindan sus fronteras y se niegan a recibir inmigrantes; Alemania ve peligrar la estabilidad de su gobierno por acoger refugiados; se mira a Libia, país en el que se violan diariamente los derechos humanos, para pedirle que haga de frontera europea; se pasa de largo ante Argelia, que abandona miles de personas en el desierto… «Algunos han llegado a decir que la Unión Europea caerá por la inmigración, lo que está claro es que esto en una vergüenza», expresaron los organizadores.
Durante la concentración se recordó que millones de europeos también tuvieron que emigrar a América como consecuencia de las guerras y el hambre a lo largo de los siglos XIX y XX, además de producirse desplazamientos dentro de la misma Europa. También se responsabilizó a Europa de parte de esta situación que lleva a millones de personas a huir de sus países: «Quienes ahora llegan a nuestras costas vienen huyendo de conflictos donde las armas que se disparan, bastantes de ellas, están fabricadas aquí; y huyen de países donde las materias primas preciosas son explotadas por compañías europeas o norteamericanas.
Sin miedo
Al mismo tiempo, se animó a realizar un ejercicio de responsabilidad y acoger a estos migrantes y refugiados. «Tú te has llamado “Europa de los derechos humanos”, y no puedes quedarte de manos cruzadas ante la tragedia que cada día ocurre en tus fronteras y en el Mediterráneo: ya van más de 1.000 muertos contabilizados este año. Europa, acoge, porque es tu deber. Acoge y hazlo entender a tus pueblos». El manifiesto hecho público ayer también llamaba a la valentía y a no dejarse «asustar por grupos extremistas y partidos populistas que hacen bandera del racismo y la xenofobia». «No tengas miedo a hacer lo que es un deber: la vida de cada persona vale más que todas las negociaciones y cábalas electorales. No tengas miedo a las ONGs y a sus barcos, que se dedican a salvar vidas, no a traficar con personas. No tengas miedo, porque de lo contrario, la historia te juzgará duramente porque fuiste cómplice de una tragedia humanitaria».