«Extender la alegría por la buena noticia del matrimonio y la familia»

Los delegados diocesanos de Familia y Vida participaron con sus cinco hijos en el último Encuentro Mundial de las Familias, celebrado en Dublín. A su regreso a Burgos, relatan su experiencia.
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«Volvemos a Burgos con la alegría de la Iglesia, el haber vivido intensamente la catolicidad, la comunión con miles de familias de todo el mundo y con el papa Francisco». Así resumen los delegados diocesanos de Familia y Vida, Jorge Lara y Laura Pérez, su experiencia en el Encuentro Mundial de las Familias que ha tenido lugar en Dublín la pasada semana. Ahora, regresan a España «con enorme ilusión de extender ese espíritu de comunión, de reconciliación, de misión, de alegría por la buena noticia del matrimonio y la familia» que han descubierto en la capital irlandesa. Hasta allí se desplazaron junto a sus cinco hijos para participar en este encuentro internacional, que comenzó su andadura con san Juan Pablo II hace ya varios años, y que en esta ocasión ha tenido como lema «El evangelio de la familia, alegría para el mundo».

 

La familia Lara Pérez ha podido participar en los grandes eventos organizados en el encuentro, desde el congreso para familias al gran festival con el papa Francisco y la eucaristía de clausura presidida también por el Santo Padre, pasando por «momentos para la oración, espacios de adoración al Santísimo, celebración diaria de la eucaristía o conciertos». Aunque, sin duda, lo que más les ha impresionado ha sido la acogida que les brindó una familia irlandesa para alojarse en su casa.

 

«Ha sido la experiencia más enriquecedora», comentan sin dudar. Aprovechando que los cuatro hijos de los padres de la familia irlandesa –que pertenecen a Encuentro Matrimonial– no estaban en casa, el matrimonio dublinés «no dudó en ofrecernos lo que tenían: tres camas y unos cuantos colchones hinchables para el suelo, además de su tiempo y multitud de atenciones». «No hacían sino repetir lo que están acostumbrados a vivir, una fraternal hospitalidad que también está recibiendo desde hace un año un refugiado sirio, y en otras ocasiones otras personas como una familia cuya hija fue a participar a unos juegos paralímpicos», señalan los burgaleses. Un gran espíritu de acogida que también han podido percibir en otras familias y, en general, «en toda la Iglesia irlandesa, que se ha volcado con este encuentro de familias, y, en general, todo el pueblo irlandés, que es extremadamente atento y amable, desde los conductores de autobuses a los ciudadanos a los que preguntas cómo ir a un sitio, los dependientes…»

 

Intensa actividad

 

Los delegados de Familia y Vida de la diócesis burgalesa señalan también interesante el congreso para las familias que se vivió antes de la llegada del Santo Padre y en la que participaron «decenas de miles de personas». Con más de un centenar de conferencias, mesas redondas, charlas y otras actividades, Laura y Jorge señalan que «lo positivo del congreso ha sido su pluralidad e integralidad», ya que se han abordado, si no todos, «la mayoría de los temas concernientes al matrimonio y la familia», sin olvidar otras actividades paralelas pensadas para los más pequeños a los que la alta Teología quizás quedaba lejana, como el «YouCat Kids».

 

«Han tenido un peso destacado todas aquellas cuestiones de índole “social”: las familias migrantes, los refugiados, la trata, familias de encarcelados, familias con problemas de adicción, de violencia, la cultura de la vida, las nuevas tecnologías y redes sociales, el consumismo, el deporte, el papel de la mujer, la ecología…». Además, indican que «no se han olvidado en absoluto los temas de la fe, su transmisión en la familia, la oración y la Palabra, los aspectos matrimoniales, de preparación al matrimonio, su crecimiento y crisis, la comunicación, la sexualidad, la educación de los hijos… Y todo ello, normalmente, desde un enfoque muy testimonial, con hondas experiencias». De todas las conferencias [se pueden escuchar pulsando aquí] recomiendan, «sin duda», la que impartió el cardenal Tagle sobre la cultura del descarte: «¡Imprescindible!», indican.

 

La recta final del encuentro mundial de las familias contó con la participación del papa Francisco a la isla. Una presencia del sucesor de Pedro marcada por los casos de abusos sexuales que ha sufrido la Iglesia por parte del clero irlandés. En la eucaristía del domingo, el Santo Padre hizo una «hondísima petición de perdón a las víctimas y a todos por las escandalosas situaciones que se habían dado». «Que lo hiciera en español quiere decir que lo había preparado personalmente después de la entrevista que tuvo con ocho víctimas el sábado, y que quiso asegurarse en el idioma que domina de los términos y del espíritu exacto que quería transmitir», revelan los delegados de Familia. «Los irlandeses con los que tratamos nos expresaron que se deseaba vivamente esa petición de perdón, como única esperanza de poder regenerar auténticamente la vida de la Iglesia en Irlanda muy herida por esa infidelidad de parte de sus miembros. Sólo desde ese reconocimiento de responsabilidad colectiva, y el perdón se puede sanar tanto pecado», indican los responsables diocesanos de Familia.

 

En general, vuelven a Burgos más que satisfechos, contentos por lo vivido y con ganas de transmitirlo a la diócesis burgalesa: «Lo que se percibe en general es la universalidad de la Iglesia, su riqueza, su pluralidad, su complementariedad. Tantas personas, tantas comunidades, tantas asociaciones tratando de vivir el Evangelio, ninguna de modo perfecto, pero todas necesarias desde ese espíritu de comunión».

Comentarios

Comentarios: 2

  1. Laura

    Qué maravilla!! Doy gracias por todas las familias que allí han estado reflexionando y orando. Y agradezco el testimonio y la presencia de Laura, Jorge y toda su familia en Irlanda. Las familias burgalesas hemos estado muy bien representados


  2. Risa

    Ha tenido que ser una experiencia muy positiva. Y ver cómo Cristo está presente a través de la Iglesia en todas las realidades donde la familia se expresa.


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