Teología para laicos: una oferta atractiva y cada vez más accesible

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Cristina es una de las alumnas del Instituto de Ciencias Religiosas «San Jerónimo».

Cristina es una de las alumnas del Instituto de Ciencias Religiosas «San Jerónimo».

 

El próximo 18 de septiembre darán comienzo las clases en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas «San Jerónimo», una institución en la que el pasado curso recibieron formación teológica 34 personas, prácticamente todas ellas laicas. Las motivaciones que les llevan a estudiar la ciencia sagrada son muy diversas: algunos lo hacen para profundizar en la experiencia de la fe cristiana y católica, otros buscan respuestas a sus dudas y a su inquietud por el fenómeno religioso, muchos se matriculan para formarse y capacitarse para el desempeño de sus tareas y responsabilidades docentes o pastorales y algunos se asoman al estudio de la Teología guiados simplemente por la curiosidad.

 

La Facultad de Teología ofrece desde 1995 la posibilidad de cursar el bachiller y la licenciatura en Ciencias Religiosas a través del Instituto Superior de Ciencias Religiosas «San Jerónimo». Allí se forman religiosos y religiosas, aquellos que se preparan para recibir el diaconado permanente y quienes deseen impartir clases de religión en Secundaria y Bachi-llerato, pero también catequistas, educadores y demás agentes comprometidos en la pastoral parroquial y diocesana que no siempre optan por la titulación y se matriculan en asignaturas sueltas.

 

Este último es el caso de la que, a sus 28 años, es la benjamina del curso pasado, Cristina Ibáñez, orientadora del colegio diocesano San Pedro y San Felices y profesora de Psicología. Cristina, miembro de la asociación juvenil Parteluz, siempre se sintió atraída por los estudios de Teología, pero la opinión de sus padres y una buena dosis de realismo la encaminaron hacia el Magisterio y la Psicopedagogía. Aunque su inquietud seguía latente, la falta de tiempo le impedía cumplir ese sueño. Durante el curso 2016-2017 se produjo el detonante definitivo que la llevó a lanzarse: el contacto durante tres meses con evangélicos «a los que quiero mucho, pero decían algunas cosas que yo no podía entender, así que me propuse estudiar para poder razonar y argumentar por qué sí o por qué no esas cosas que me sonaban raras…», recuerda.

 

A esta circunstancia se sumó otro factor: la posibilidad de disponer de un poco más de tiempo gracias a las facilidades que ofrece el Instituto, donde es posible matricularse del curso completo con el fin de obtener la titulación final de diplomado o licenciado en sus dos modalidades, presencial y online semipresencial (alumnos ordinarios), inscribirse en el curso completo o en asignaturas sueltas sin optar a la titulación (alumnos extraordinarios), o incluso asistir como oyentes para obtener una formación específica en determinadas materias de su interés. Para facilitar aún más las cosas, desde el pasado curso el Instituto modificó sus horarios y agrupó las asignaturas por diversas temáticas (unas se imparten lunes y martes y otras miércoles y jueves, siempre por las tardes).

 

Y así es como Cristina, quien asegura que su objetivo no es conseguir una titulación, aunque no lo descarta a largo plazo, se decidió al fin a iniciar estudios teológicos «sin prisa, a mi ritmo, no me interesa estudiar por estudiar», asegura. El curso pasado se matriculó en seis asignaturas, de las cuales sus favoritas fueron Antiguo Testamento («sobre todo los profetas», añade), Cristología (que la ayudado mucho a rezar, asegura) y Moral de la persona, que para ella ha sido un descubrimiento más tardío, porque lo que siempre le había atraído era la figura de Jesús y la Palabra.

 

Hoy Cristina, quien asegura que iniciar sus estudios en Teología le ha ayudado a crecer en la fe y a compartir esa vivencia con los demás, lo recomendaría a cualquiera, «porque aprender siempre es bueno y porque todo el mundo tiene dudas, tenga o fe o no, la inquietud siempre está ahí, en el corazón».

 

Plan de estudios para este cuatrimestre

 

  • Nuevo Testamento. Tradición Paulina: El gran misionero del cristianismo naciente: Pablo de Tarso. Impartida por Francisco Pérez Herrero. Lunes y martes de 18:30 a 19:40. Del 18 de septiembre al 10 de diciembre.
  • Mariología: ¿Quién eres tú, María? Impartida por José Luis Cabria Ortega. Lunes y martes de 19:50 a 21:00 h. Del 18 de septiembre al 29 de octubre.
  • Historia de las religiones: Hombre y Dios a lo largo de la historia. Impartida por Jesús Yusta Sainz. Miércoles y jueves de 18:30 a 19:40 h. Del 19 de septiembre al 25 de octubre.
  • Teología moral social: Edificar una sociedad digna para la persona. Impartida por Fernando García Cadiñanos. Miércoles y jueves de 19:50 a 21:00 h. Del 19 de septiembre al 13 de diciembre.

 

Todas las asignaturas se pueden cursar presencialmente o en la modalidad online semipresencial, ya sea como alumno ordinario (con examen) u oyente (sin examen). Se puede realizar matrícula en el curso completo o en materias sueltas. Más información: [email protected], en la Secretaría del Instituto de Ciencias Religiosas San Jerónimo (Facultad de Teología) o en los teléfonos 947 267 000 y 629 051 756.

Proclamemos, con María, la grandeza del Señor

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En estos comienzos del nuevo curso pastoral, quiero que nos detengamos hoy y pongamos nuestra mirada en María, la Virgen nuestra Señora, Madre de Dios y Madre nuestra. Durante las fechas veraniegas he tenido la oportunidad de conocer, e incluso compartir, con muchos de vosotros las fiestas patronales. Es llamativo, viéndolo en su conjunto, cómo nuestras parroquias tienen siempre un tiempo y un lugar muy destacado para la celebración de los diversos acontecimientos en honor de nuestra Madre, la Virgen María. En muchas localidades, al igual que lo hacíamos en la Catedral, habéis festejado a la Virgen de la Asunción. Ayer, raro era el pueblo que no hacía fiesta en honor a su Natividad, con tantos títulos cariñosos y llenos de piedad. Pronto en Aranda de Duero celebraréis la Virgen de las Viñas y en Miranda de Ebro la Virgen de Altamira. Posteriormente recordaremos a la Virgen de la Merced y a la Virgen de Octubre.

 

La Iglesia ve hoy en María sobre todo su fe, su disponibilidad para acoger la voluntad de Dios, su escucha de la Palabra, su actitud de oración y de alabanza, su sentido de solidaridad para con los demás, su participación activa en la incipiente comunidad cristiana, su fortaleza ante las dificultades, su generosidad en el cumplimiento de su misión… Se acentúa especialmente su unión con Cristo Jesús. Por designio de Dios estuvo al lado de Cristo, en íntima comunión con El, en su obra de salvación. Así es recordada y celebrada a lo largo del Año Litúrgico: la Madre aparece siempre vinculada al recuerdo de su Hijo, desde la espera del Adviento y la alegría de Navidad, hasta el dolor de la Cruz, el triunfo de la Pascua, la presencia maternal en la comunidad de Pentecostés y el triunfo compartido de la Asunción. María es al mismo tiempo la mujer sencilla, abierta a los demás y solidaria con los que necesitan ayuda. Experta en dolor y recia ante las dificultades que fue encontrando por el camino. Mujer orante, toda de Dios y toda nuestra. Con razón le decimos al cantarle: «Tú eres el orgullo de nuestra raza».

 

Esta devoción a María, tan arraigada en el pueblo cristiano, nos estimula a vivir nuestra fe con los valores evangélicos que María expresó en su caminar como «discípula misionera» tras las huellas de su Hijo Jesús. La consigna que Ella dio a los sirvientes de Caná, y ahora a todos los que saben mirarla y dirigirse a Ella, es esta: «haced lo que Él os diga». María es nuestra mejor maestra y guía en el camino de la fe. Os animo a imitar a María escuchando la Palabra con una actitud interior de fe, meditando como Ella esa Palabra salvadora en nuestro corazón, y transmitiéndola a los demás de la mejor manera, que es haciéndola vida en nuestras vidas.

 

Los momentos festivos con que honramos a María pueden llevarnos también a unir nuestro corazón al suyo para, proclamar con Ella la grandeza del Señor. Tal como nos dice en su Magnificat (cf. Lc 1,46-55), hemos de experimentar la alegría de nuestro ser creyentes, porque sin mérito nuestro y viviendo en sencillez Dios quiere seguir amándonos y siendo nuestro único Salvador. Él es quien sigue obrando maravillas en nuestra vida y, a pesar de todo, en nuestro mundo, para que vayan creciendo las semillas de una humanidad nueva, como ya se hizo realidad en la nueva Eva, María. Ahora bien, la grandeza que proclamamos de nuestro Dios no es la que a veces deseamos o descubrimos a nuestro alrededor. Su grandeza reside en estar siempre cerca y de parte de los aparentemente insignificantes; siente compasión y muestra su mayor cercanía para con los humildes y en todo momento quiere ser auxilio de sus hijos necesitados. Miremos pues a María y cultivemos las actitudes que la Madre de Dios y nuestra fue manifestando a lo largo de su vida junto a Jesús y en la Iglesia naciente.

 

Confiemos también a María el nuevo curso que se nos regala, y afrontémoslo con pasión, alegría y compromiso. Habremos de estar atentos a la voz del Espíritu y dejarnos «cubrir con su sombra» para acoger las nuevas llamadas y los alentadores retos que Él nos dirige. Llamadas para seguir proclamando en nuestro vivir cotidiano el amor y la grandeza de Dios para con todos. Retos para afrontar esperanzados las tareas eclesiales del nuevo curso pastoral. Que nuestra Señora «vuelva a nosotros sus ojos misericordiosos». Yo se lo pido hoy, en nombre de todos, con la sencilla oración que el Papa Francisco le dirige, cuando nos asegura en una de sus homilías que Ella nos mira a cada uno de nosotros con una gran ternura, como Madre de misericordia y amor:

 

«Señora Santa María, haznos sentir tu mirada de Madre, guíanos hasta tu Hijo, haz que no seamos cristianos de escaparate, sino de los que saben mancharse las manos para construir con tu Hijo Jesús su Reino de amor, de alegría y de paz. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén».

Tobera recupera la policromía original de la Virgen de la Hoz

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Es uno de los lugares más emblemáticos de la provincia. Turistas procedentes de todos los lugares del planeta sacan miles de fotos a la ermita y el puente que da acceso a ella. Y hoy, la estampa, ha sido aún más colorida si cabe. La ermita de Santa María de la Hoz, en Tobera, ha celebrado su día grande. Hasta el lugar se han desplazado numerosos fieles que, procedentes de Frías, han querido honrar a la virgen en el día de su Natividad. Y lo han hecho con toda solemnidad, partiendo de la iglesia de San Vicente con una bendición de los romeros, y peregrinando a la ermita con una recién restaurada imagen de la Virgen. Ya en el templo, han celebrado la eucaristía.

 

Dado el estado de la imagen de la Virgen, la empresa Batea restauraciones, ha sido la encargada de restaurar la talla tras un proceso de inspección por parte del taller de restauración de la diócesis de Burgos, y tras notificarlo a la delegación de Patrimonio. Se trata de una talla sedente de estilo románico que lleva sobre sus rodillas el niño Jesús. Es una talla típica del medievo y muy frecuente en territorios reconquistados por los cristianos. En su día fue mutilada por los hombros para vestirla con un manto y carece de mano derecha original. En la zona de las vestimentas y carnaciones de las manos y pies, la talla presenta varias policromías que han sido aplicadas sobre sucesivas capas de preparación. Las distintas capas aparecen consolidadas y fijadas entre sí y a la madera. En las carnaciones de los rostros se distinguen al menos tres capas de policromías. Se han realizado diferentes catas en toda la superficie de la talla. Eliminación del repolicromado de las carnaciones de los rostros hasta dejar visible la capa que actualmente se encuentra eliminada en un 25%. Para ello es necesario realizar la eliminación de dos repolicromados.

 

«Esta capa supuestamente corresponde con las policromías de las vestimentas que actualmente están visibles. 
Las vestimentas de la Virgen y el Niño actuales se conservarán, no buscando otras vestimentas subyacentes pues son escasas y difícilmente podrían justificar la eliminación de las capas históricas repolicromadas», explican desde el centro de restauración de la diócesis.

 

La talla está construida en madera, a lo largo de los años ha sufrido varias trasformaciones que han salido ahora a la luz. La propia cara de la Virgen tiene hasta cinco capas de pintura. Se encontraba anclada en un trozo de madero, lo que había provocado perdida de la base propia de la imagen y de su policromía.

 

Ésta intervención ha costado 4.800 euros. Los vecinos están recaudando el precio de la restauración a través de distintos donativos, venta de pastas y ventas de pañuelos. Se ha garantizado así la conservación de la integridad de la imagen, una obra de importancia a nivel histórico y de la cual Frías y los pueblos de alrededores se sienten orgullosos.

Nueva edición de «Círculos de Silencio»

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Este lunes 10 de septiembre se celebrará en el el paseo Sierra de Atapuerca una nueva edición de «Círculos de Silencio», un gesto de denuncia pacífica ante la vulneración de los derechos de las personas inmigrantes. En esta ocasión se tratará de la edición número 56.

 

Este acto, con el que se pretende reivindicar un trato digno para todos, está organizado conjuntamente por la delegación de Pastoral de Migraciones, Cáritas, Confer, Atalaya Intercultural y la Casa de Acogida San Vicente de Paúl y se desarrollará de 19:30 a 20:00 horas.

 

Los Círculos del Silencio están inspirados en la «no violencia» y tienen su origen en Francia, por iniciativa de un sacerdote franciscano, Alain J. Richard, que busca promover la solidaridad con los inmigrantes y que apela a la conciencia de quienes hacen las leyes, de quienes las aplican y de aquellos en cuyo nombre son hechas.

«Universidad de curas»: una tradición para dar inicio al curso pastoral en la ciudad

por redaccion,

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Fieles a la cita. Como una tradición que se repite año tras año a comienzos de septiembre desde entrado el siglo XVI. Los párrocos y vicarios de la ciudad se han vuelto a concitar para celebrar juntos la Natividad de la Virgen María y dar inicio así, de forma oficiosa e informal, al nuevo curso pastoral en Burgos. Y lo han hecho en un clima de fraternidad y convivencia. Un tono bastante diferente al de los orígenes de esta reunión, cuando nació la conocida «Universidad de Curas», una institución que reunía a párrocos y coadjutores para contrarrestar el poder de influencia de algunos sectores eclesiásticos.

 

Aunque aún se mantiene el nombre como un elemento residual y un modo «popular» de denominar la reunión, los tiempos han cambiado y, para bien, la fiesta ha tomado un cauce diferente. Tras el parón veraniego, los sacerdotes de la capital se reúnen ahora para celebrar la eucaristía, honrar a la Virgen María en la fiesta de su Natividad y mantener una jornada de convivencia y fraternidad. Este año, por coincidir la festividad en sábado, han adelantado un día su encuentro.

 

La parroquia de la Real y Antigua de Gamonal ha sido el lugar escogido para celebrar la eucaristía, presidida por el vicario general, Fernando García Cadiñanos. En su homilía ha exhortado a los curas de la ciudad a dejar atrás los reparos que imposibilitan una fecunda misión pastoral en las parroquias. Igualmente, le ha animado a iniciar el curso con optimismo, recordándoles las prioridades pastorales que ha marcado la diócesis para el presente curso, al hilo del plan de pastoral ‘Discípulos misioneros’.

 

Tras la misa, una comida de hermandad en los salones de Cáritas ha servido para poner el broche final a esta jornada de convivencia y reencuentro entre los curas de la ciudad, con la que comienzan a trabajar de cara al nuevo curso pastoral.