2018 09 17 martes: Resumen de prensa

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Actualidad

 

VIII Centenario

 

La Facultad de Teología inaugura el curso académico para lograr una «Iglesia en salida»

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Esta mañana tenía lugar la inauguración del nuevo curso en la Facultad de Teología. El programa de actos daba comienzo con una eucaristía en la capilla del centro de estudios presidida por el arzobispo de la diócesis, don Fidel Herráez Vegas, quien ha agradecido la presencia de todos «los que dan sentido a esta Facultad y se preparan para dar un servicio adecuado a la Iglesia y la sociedad». Ha destacado también la dimensión «eclesial y misionera de este centro, por la apertura que tiene a estudiantes provenientes de América del Sur, África y Asia, así como la presencia con la que cuenta en simposios internacionales y nacionales y otras iniciativas que organiza, como las jornadas de Ciencia y Cristianismo». «Todo lo que se hace aquí es una colaboración a la obra redentora y creadora de Dios, que repercute en la Iglesia y sociedad», ha insistido, y ha llamado a poner este curso «ante Aquel que nos ha llamado a la tarea».

 

Tras la misa, ha tenido lugar en el Aula Magna el acto inaugural, con intervención del decano, José Luis Cabria, y lectura de la memoria del año académico 2017-2018 por el secretario, Fernando Susaeta. En su discurso, Cabria ha destacado uno de los retos más importantes que ha de acometer la Facultad este curso, «la remodelación de los estatutos la luz de la exhortación apostólica ‘Evangelii Gaudium‘ del papa Francisco, en la que se busca una Iglesia en salida». Además, Cabria ha recordado la necesidad de renovar y adecuar la Teología, «ya que estamos llamados a avivar la vocación teológica, asumiéndola como una interpelación personal y espiritual. Estamos convocados todos a esta misión, respaldados por los 50 años de historia de esta Facultad». Por su parte, Susaeta ha expresado «un doble sentimiento de agradecimiento» por la confianza depositada en él para llevar a cabo el servicio de secretaría y por el apoyo que ha tenido por parte de sus antecesores, a los que ha reconocido «la gran gestión que han realizado». Posteriormente, ha desgranado diversos datos y cifras como la composición del claustro, los profesores jubilados, las incorporaciones, los nombramientos o las tesis presentadas.

 

De los datos aportados por Susaeta, destacan los que se refieren a los alumnos. En la sede de la Facultad se matricularon el curso pasado 86 nuevos estudiantes en el Ciclo Institucional, Licenciatura y Doctorado, mientras que en la Cátedra Francisco de Vitoria se inscribieron un total de 68 alumnos. Además, el Instituto de Teología a Distancia contó con 12 nuevas matriculaciones. Durante el último año académico, se matricularon en la Facultad de Teología, en los distintos niveles, un total de 160 alumnos nuevos. Mantienen su matrícula abierta en el Ciclo de Doctorado 12 alumnos, y en el Instituto de Teología a distancia, 123, siendo un total de 295 alumnos. A todos esto hay que añadirlos alumnos que aporta el Instituto Superior de Ciencias Religiosas San Jerónimo, que durante el curso académico pasado contó con 266 nuevos estudiantes, y que sumando los alumnos que ya tenía, viene a ser un total de 374 alumnos en este Instituto.

 

Tras la aportación de Susaeta, Rafael Pérez Oreiro, profesor de Derecho Canónico y Sacramento del Matrimonio, ha pronunciado la lección magistral «Los desafíos de la cuestión The Gender a la luz de Amoris Laetitia». En ella ha analizado la implicaciones antropológicas y teológicas de la ideología de género, que ha colonizado el lenguaje actual. Se ha planteado la cuestión de la identidad humana: ¿depende de lo que somos por naturaleza y nacimiento o de lo que decidimos ser por elección libre? Y a partir de esta cuestión, se ha mostrado cómo entender desde la cuestión del género la expresión bíblica «seres creados a imagen y semejanza de Dios». Por último, ha expuesto algunas implicaciones pastorales de discernimiento, interpretación y acogida, inspiradas en la exhortación apostólica del Papa Francisco Amoris Laetitia.

2018 09 17 lunes: Resumen de prensa

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Actualidad

 

Sociedad

 

VIII Centenario

 

 

Don Fidel Herráez reanuda su visita pastoral a la diócesis tras el parón veraniego

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Tras el paréntesis en su visita pastoral durante los meses de verano, el arzobispo de la diócesis, don Fidel Herráez Vegas, ha reanudado recientemente esta práctica que marca para todos los obispos el Código de Derecho Canónico.

 

En la jornada de ayer se desplazó hasta las parroquias de Villatoro, Melgosa de Burgos, Tobes y Rahedo y Rioseras. Allí, acompañado de su párroco, Juan José Ruiz, ha podido conocer de primera mano tanto las tareas pastorales que se llevan a cabo en estos enclaves como a los propios feligreses, que han podido tener un trato cercano con el pastor de la diócesis. También ha tenido tiempo para visitar enfermos y ancianos en distinta residencias.

 

Religiosos

 

profesion solemne

 

Además, don Fidel también ha recomenzado con su visita pastoral a los religiosos de vida activa de la diócesis y desea volver a encontrarse con los de vida contemplativa, el motor orante de la diócesis, a quienes ya visitó al comienzo de su servicio pastoral en la Iglesia burgalesa.

 

Esta misma mañana presidía una solemne eucaristía en la que sor Ana María Vázquez ha realizado su profesión solemne en la congregación de las Siervas de Jesús. Lo ha hecho acompañado de varios sacerdotes, fieles, y la propia comunidad de religiosas, con su superiora al frente.

El itinerario que os invito a recorrer

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camino itinerario

 

Con el salmo de la liturgia del domingo, hoy repetiremos con renovada fe y confianza: «Caminaré en la presencia del Señor»… Bueno es que lo digamos con el convencimiento de que Él camina a nuestro lado y con una decidida actitud de reemprender el camino de la acción evangelizadora en el inicio del nuevo curso pastoral. Las actividades de la vida eclesial son en gran medida las habituales, pero están siempre reorientadas por las circunstancias, por los desafíos y por las posibilidades de cada momento. El camino que venimos recorriendo juntos desde hace casi tres años va encontrando nuevas sendas que nos invitan al compromiso y a la creatividad. Las actividades de siempre se pueden enriquecer con proyectos nuevos y motivadores. Os invito a recorrer juntos el itinerario de este curso con algunas particularidades que deseo comentaros.

 

A lo largo de los próximos meses seguiré realizando la Visita Pastoral, cuyo recorrido llevo ya bastante avanzando, con la ayuda de Dios. Es una tarea prioritaria del obispo, que le permite palpar más directamente la realidad de la diócesis. Está siendo para mí una actividad muy satisfactoria, porque experimento una Comunidad diocesana con rostros y con nombres, gracias a los cuales, como os decía en mi Carta Pastoral, la Iglesia está presente en el tejido social, en contacto con el palpitar del pueblo y de sus necesidades y sentimientos más auténticos. Esta experiencia tan intensa, después de un largo recorrido, reclama una evaluación, un discernimiento, que ya podremos ir haciendo y debemos realizar entre todos.

 

También a lo largo del curso irá llegando a su última etapa, según lo programado, el actual Plan de Pastoral diocesano, que pretende, como sabéis, crear un marco y un lugar de encuentro para todos los que nos sentimos miembros activos de la diócesis. Por eso habrá que ir perfilando un nuevo Plan que oriente y estimule la acción diocesana para los años sucesivos, con los objetivos y actividades que mejor respondan a las circunstancias del momento. Ello nos brinda otra ocasión y otro estímulo para la evaluación y para el discernimiento: juntos hemos de valorar, con lucidez y serenidad, también con pasión evangelizadora, lo que hemos conseguido, lo que podemos mejorar y lo que deberíamos crear o recrear. Tanto la Visita Pastoral como el Plan Pastoral diocesano pretenden que, cuando hablamos de Familia o de Pueblo de Dios, estemos hablando de una experiencia real, que nos reencontremos como Iglesia concreta, como un «nosotros» donde se integren, se sumen y se complementen las diferencias y las características de cada uno de los bautizados.

 

También quiero referirme hoy al estímulo y nueva motivación que nos ofrece en este momento concreto la preparación de la celebración del VIII Centenario de la Catedral, que es como decir del nacimiento de nuestra diócesis. El hermoso edificio que hoy contemplamos asume y prolonga el origen de la Iglesia en nuestra tierra burgalesa, desde su sede inicial en Oca y posteriormente desde el año 1075 en nuestra ciudad. También la Catedral actual nos hace presente un camino, un itinerario, que la Iglesia que somos ha ido recorriendo a través de tantos siglos hasta hoy. Este Octavo Centenario ha de ser para nosotros una celebración del gozo de ser Iglesia, experimentado por tantos hombres y mujeres, que han sido testigos del Evangelio de la Vida en esta tierra castellana y en tantas regiones del mundo entero. Como he dicho en alguna ocasión, aunque la Catedral no fuera más que una tienda de campaña, para nosotros seguiría siendo el lugar de nuestras raíces diocesanas y continuaría teniendo el mismo valor: como símbolo y centro de nuestra comunión con Dios Trinidad Santa y de la comunión entre nosotros, como manantial del que sigue brotando el agua viva de la Palabra y de la Eucaristía.

 

Nosotros somos ahora el eslabón de esa gran cadena de fe hecha vida, durante 800 años, que hemos de continuar y transmitir a las generaciones venideras. Para nosotros, lo fundamental de la celebración que preparamos, junto a todos los actos culturales y sociales con que también podamos expresarlo, es el sentido religioso, el hacer memoria de tanta gracia recibida y el compromiso de renovar nuestro ardor misionero como Comunidad que vive la alegría de la fe. Por ello os invito a sumaros, a colaborar y a sentir como propia la preparación del Centenario para que todo cuanto deseamos como Iglesia en Burgos sea realidad.

 

Termino con las palabras del salmo que evocaba al principio: «Caminaré en presencia del Señor». El será nuestra guía, nuestra fuerza y nuestro gozo, en el itinerario que tenemos por recorrer.