Este sábado 27 de noviembre ha tenido lugar en Toledo la firma de tres convenios de colaboración entre esta ciudad y la de Burgos para el desarrollo de actividades comunes entre Castilla-La Mancha y Castilla y León. De este modo, se ha suscrito un convenio entre la Fundación Impulsa y la Fundación VIII Centenario de la Catedral de Burgos 2021, con el fin de establecer un marco de actuación para la colaboración en actividades culturales entre ambas comunidades.
Este acuerdo, que ha sido firmado entre el presidente del Patronato de la Fundación Impulsa de Castilla-La Mancha, Rafael Perezagua, y el arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez, en presencia del presidente de Castilla-La Mancha, permitirá la organización y ejecución de actividades comunes relacionadas con la promoción y difusión de la cultura, y el asesoramiento mutuo entre ambas entidades, las cuales tienen fines comunes. Para la consecución de estos objetivos, se constituirá una comisión de seguimiento que especifique las actividades a desarrollar.
Por otro lado, se ha firmado un acuerdo de colaboración entre la Universidad de Castilla-La Mancha y la Universidad de Burgos, suscrito por el rector de la UCLM, Miguel Ángel Collado, y el rector de la Universidad burgalesa, Manuel Pérez, que permitirá el intercambio de personal docente e investigador, así como de estudiantes, el desarrollo de actividades científicas conjuntas a través de los distintos grupos de investigación de las dos universidades, y el diseño y de desarrollo de actividades académicas conjuntas, entre otros aspectos. Del mismo modo, la Real Fundación de Toledo y la Fundación VIII Centenario de la Catedral de Burgos 2021 han suscrito otro convenio más para la realización conjunta de acciones de promoción en el ámbito cultural. Este último documento ha sido firmado entre el presidente de Honor de la Real Fundación de Toledo, Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, y el arzobispo de Burgos.
Todos los intervinientes destacaron los vínculos históricos y culturales que unen a las ciudades de Toledo y de Burgos y han expresado su esperanza en que la conmemoración del octavo centenario de la catedral burgalesa tenga el éxito que tuvo Toledo, en su momento, con el cuarto centenario del Greco. En este sentido, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page ha afirmado: «Lo que estamos pactando es un apoyo mutuo de Castilla-La Mancha y Castilla y León», y valoró los actos del Centenario de la Catedral de Burgos, porque según dijo, «en España se celebran muchos eventos pero pocos que son capaces de cambiar el metabolismo del lugar de dónde se realizan». Al acto asistieron, entre otros, la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, y el alcalde de Burgos, Francisco Javier Lacalle, que por la mañana firmaron un protocolo de hermanamiento cultural entre ambas ciudades.
Hoy se clausura en Roma el Sínodo de los Obispos dedicado a «Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional». Es un tema sumamente actual y decisivo para la sociedad, para la Iglesia y para los mismos jóvenes. El Documento de trabajo para este Sínodo iniciaba su introducción con estas palabras: «Ocuparse de los jóvenes no es una tarea facultativa para la Iglesia, más bien es una parte sustancial de su vocación y de su misión en la historia…; como el Señor Jesús caminó con los discípulos de Emaús (Cfr. Lc 24,13-35), también la Iglesia está invitada a acompañar a todos los jóvenes, sin excluir a ninguno, hacia la alegría del amor». (Nº 1).
En la Eucaristía de este domingo nos sentiremos especialmente unidos con toda la Iglesia, representada en los obispos y en los jóvenes que durante tres semanas han reflexionado sobre una cuestión de tanta transcendencia. Esta actitud de comunión abrirá nuestro corazón para acoger la invitación y el estímulo que procede del Sínodo. Porque nosotros, como diócesis en cada una de sus realidades, formamos parte de este proceso sinodal, que ahora deberá continuar y prolongarse en las diversas comunidades eclesiales.
Este acontecimiento sinodal, bajo el impulso del Papa Francisco, ha buscado desde el principio ser realista y estar abierto a la participación de todos. Hemos de reconocer la brecha que existe entre el mundo de los jóvenes y nuestros ámbitos eclesiales. Esa brecha debe ser analizada y afrontada, pero no desde la zozobra de quien pretende buscar culpables o de quien se deja seducir por los profetas de desventuras. Una brecha sólo se puede superar si se van creando puentes de encuentro, si se abre un diálogo sereno y cordial, si se adopta una actitud auténtica de escucha, si se eliminan prejuicios y condenas previas. La Iglesia, que es madre y por ello experta en humanidad, comprendiendo las dificultades y amenazas que padecen los jóvenes en el mundo que les toca vivir, ha iniciado este proceso sinodalcon corazón sensible y con plena confianza en el Espíritu Santo.
Así podremos experimentar la «dulce alegría de evangelizar», expresión que frecuentemente utiliza el Papa Francisco, tomándola de san Pablo VI, canonizado hace un par de semanas, en pleno desarrollo del Sínodo. La alegría de evangelizar debe expresarse especialmente ante el mundo juvenil; porque como dijo ya el Vaticano II en su Mensaje final a los jóvenes, la Iglesia «posee lo que hace la fuerza y el encanto de la juventud: la facultad de alegrarse con lo que comienza, de darse sin recompensa, de renovarse y de partir de nuevo para nuevas conquistas».
En mi última Carta Pastoral, «Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador», me dirigía de modo especial a los jóvenes, recogiendo lo que pedían a la Iglesia en sus propuestas y sugerencias de cara a la preparación del Sínodo: mayor actitud de escucha, nuevos espacios de encuentro, una mayor apertura hacia el mundo actual, la aceptación de las diferencias, disposición para la acogida más que para el juicio o la condena… En las reuniones previas al Sínodo los jóvenes han seguido insistiendo en la necesidad de una Iglesia más cercana y relacional, que viva el espíritu comunitario, que les permita una participación afectiva y efectiva, que ofrezca posibilidades de acompañamiento y ámbitos de experiencia espiritual.
El Sínodo que hoy termina en Roma, ha de continuar en cada una de las Iglesias locales. También aquí en Burgos hemos de ofrecer a los jóvenes una Iglesia que brille por su ejemplaridad a la luz del Evangelio, que sea madre, amiga, atrayente, acogedora y misericordiosa… Que les ofrezca el encuentro con Jesucristo y, a la vez, espacios para la colaboración y el compromiso tales como: la promoción de la paz y de la solidaridad, la defensa de los pobres y de la justicia…, en definitiva la encarnación del Evangelio en la vida real.
En nuestra diócesis se ha reforzado la Delegación de Pastoral Juvenil, sobre la que queda depositada esta enorme e ilusionante responsabilidad. Pero tengamos en cuenta que no es tarea exclusiva de esta Delegación. La invitación y el estímulo van dirigidos a todos nosotros que, a la luz del reciente Sínodo, hemos de apoyarla de modo especial.
Hoy nos unimos a toda la Iglesia con la oración del Sínodo y decimos al Señor con confianza: «Señor Jesús,dirige tu mirada a todos los jóvenes del mundo. Mantén sus corazones abiertos a grandes sueños y hazlos atentos al bien de los hermanos. Que sean testigos de tu Resurrección y sepan reconocerte vivo junto a ellos, anunciando con alegría que Tú eres el Señor. Amén».
La Catedral ha sido la gran protagonista del XI Encuentro Pastoral Diocesano, que se ha celebrado hoy con el lema «Piedras vivas, Iglesia en camino… ¡Súmate!». Una jornada cuyo principal objetivo ha sido lograr la adhesión de todos los agentes pastorales y fieles en general al proyecto VIII Centenario de la Catedral. Y es que para la Iglesia en Burgos esta efeméride es una oportunidad desde muchos puntos de vista (cultural, económico, social…) pero también para alcanzar una mayor conciencia eclesial y diocesana por parte de cada uno de sus miembros.
El encuentro ha arrancado con la presentación del plan pastoral diseñado con motivo de la celebración del aniversario de la seo, a cargo de Felipe Rodríguez, Pilar Alonso Abad y el vicario general, Fernando García Cadiñanos. El itinerario pastoral que se ha marcado la diócesis se concreta en unos objetivos para el tiempo que resta hasta la culminación del aniversario. Este curso se centrará en la participación: conseguir que toda la diócesis vaya asumiendo la celebración como un acontecimiento fundamentalmente eclesial. Durante 2019-2020 la acción pastoral pondrá énfasis en lo cristológico: el que convoca no es el edificio, es Cristo el que llama e invita a celebrar que somos Iglesia y estamos llamados a evangelizar. En 2020-2021 el objetivo es la celebración del Año Jubilar, un estímulo para renovar desde la santidad nuestra vocación cristiana. Finalmente, el curso 2021-2022, que llevará por lema «Fructifica», se centrará en el compromiso.
En la elaboración y desarrollo de este plan pastoral trabaja una comisión formada por Vicaría General, Vicaría Pastoral, Cabildo Catedral, delegaciones de Patrimonio, Enseñanza, Cultura y Medios y cuatro laicos representantes de diversos ámbitos, con unos objetivos claros: crecer en comunión diocesana, renovar la vida cristiana a través del año jubilar y fomentar el diálogo entre fe y cultura.
El arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, ha insistido en que lo más importante de esta celebración no es la Catedral en sí misma. «Incluso aunque fuese una tienda de campaña, bastaría», ha dicho. «El verdadero patrimonio, lo que da sentido al centenario, es aquello que le ha dado origen: la presencia de Cristo y de los que le siguen; lo más importante es el Pueblo de Dios en camino». «Ojalá el centenario nos sirva de verdad a todos –ha recalcado–, que se fortalezca la Iglesia diocesana y dé frutos de vida para toda la sociedad burgalesa».
En un segundo momento se han compartido varias experiencias de Iglesia en Burgos. Los participantes, llegados de muy diversos puntos de la diócesis, han conocido la actividad de la Pastoral del Sordo, del coro parroquial de Cardeñadijo, del grupo Parteluz y de Cáritas Miranda. Para terminar la sesión matinal, los asistentes, divididos en grupos, han visitado distintos espacios de la Catedral y de su entorno.
Abrazo y aplauso a la Catedral
Tras la comida y posterior sobremesa en el Seminario, que ha contado con la actuación del Teatro de Títeres «El Papamoscas», los participantes se han desplazado a la Catedral, donde se ha vivido un momento de oración que, bajo el título «Piedras luminosas», ha combinado textos con cantos, animados por el coro juvenil «Lumina Vokal Emsemble».
El encuentro ha culminado con un gran abrazo y aplauso a la Catedral, al que se han sumado numerosos burgaleses a pesar del frío que ha acompañado toda la jornada.
La diócesis acogerá el próximo 10 de noviembre una mañana de trabajo destinada al acompañamiento matrimonial. Se desarrollará en el Seminario de San José y a ella están llamados a asistir agentes de pastoral familiar, sacerdotes y matrimonios que colaboran o quieren colaborar en este ámbito. Esta jornada estará impartida por Francisco Albalá y Toñi Caro, quienes están al frente del secretariado diocesano de pastoral familiar de Bilbao.
Bajo el título de «Comunicar la belleza del matrimonio en el siglo XXI», los participantes podrán participar en una renovación de la preparación del matrimonio a la luz de Amoris Laetitia, seguido de unas dinámicas. Todo ello se desarrollará de 9:30 a 11:30 horas, mientras que a partir de las 12:00 tendrán lugar unos encuentros de preparación al matrimonio para el siglo XXI.
Para confirmar la asistencia, es necesario llamar al 653 12 14 46 antes del 7 de noviembre. Habrá servicio de guardería para aquellos que lo soliciten previo aviso.