El Festival de la Canción Misionera cumple cuarenta años
El salón de la Fundación Cajacírculo de la calle Concepción acogerá mañana, a partir de las 17:30 h., la fase diocesana del Festival de la Canción Misionera, que alcanza su 40 edición. El lema de este año es «Sé Buena Noticia» y en torno a él se han compuesto las cinco canciones (música y letra deben ser inéditas) que se presentarán en el encuentro. Cuatro son los grupos que participan: parroquias de Santa Catalina y San José de Aranda de Duero, que acuden a la cita con dos temas; parroquias de El Salvador, La Ventilla y Castañares; parroquia de Santa Casilda de Miranda de Ebro y parroquia de Santa Cecilia de Espinosa de los Monteros.
Los Encuentros y Festivales de la Canción Misionera, que nacieron precisamente en Burgos en 1979, al principio dirigidos solo a niños y hoy abiertos a todas las edades, buscan ofrecer un ámbito en el que anunciar desde la música, evangelizar la cultura y compartir con los demás la alegría de ser misioneros. Por ello, hace diez años los festivales dejaron de ser competición, para ser una muestra de cómo evangelizar y vivir la misión a través de la música. Después de participar en la fase diocesana, todos los grupos que lo deseen podrán concurrir a la nacional, que se celebrará los dias 27 y 28 de abril en Zamora.
«Lo realmente importante es la catequesis», asegura Lina-Teresa Feijóo López, coordinadora diocesana de Cristianos sin Fronteras. Cada año se envía a las parroquias un material en torno al lema del encuentro, normalmente relacionado con el de la Infancia Misionera, y los grupos trabajan sobre él para después componer sus temas. El mensaje en esta edición es que cada uno es capaz ser misionero y de hacer llegar a los demás la Buena Noticia, que «no es un objeto, es una misión», y que «solo si nosotros somos primero buena noticia para los demás y somos ejemplos de ella con nuestras obras y actitudes seremos capaces de cumplir la misión».
El donativo para asistir al festival, abierto al publico en general, es de 3 euros, que se destinarán al proyecto del comedor «María Asunta» en Lima (Perú), en el que las Franciscanas Misioneras de María atienden durante todo el año de lunes a sábado a cien personas.