Las Madres Calatravas, «Socio de Honor» de los Amigos de la Facultad de Teología

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La fría tarde del Día de la Madre estuvo cargada de emoción en el Convento de las Madres Calatravas de Burgos. La Asociación Amigos de la Facultad de Teología de Burgos reconocía con el título «socio de honor» a las Religiosas Cistercienses que este año celebran el VIII Centenario de su Fundación Monástica.

 

El vicedecano de la Facultad, José Luis Barriocanal, fue el encargado de hacer elenco de los méritos acumulados para recibir tal reconocimiento. A lo largo de los años, la generosidad de las Madres Calatravas, unida a la de las Madres de Santa María la Real de Vileña, más conocidas como «Monjas de Villarcayo», ha permitido que diez sacerdotes de diferentes países africanos en vía de desarrollo hayan podido cursar estudios de postgrado en la Facultad de Teología. Los becarios permanecen en la institución académica durante dos años, recibiendo alojamiento y formación para obtener el título de licenciado en Teología.

 

En el acto de entrega intervino la coral Lumina Vokalensemble, que puso la alegría y calidad necesarias para emocionar a las Madres sentadas en el primer banco de su capilla. Piezas de Rutter o del Chilcott ayudaron a entender, en vísperas del octubre misionero, que la Misión está en el corazón generoso y en la oración de las religiosas contemplativas.

 

El decano de la Facultad de Teología, José Luis Cabria, fue el encargado de entregar la placa acreditativa que emocionó a la la Madre Juana, abadesa de la comunidad. En sus palabras de agradecimiento insistió en elevar la mirada a Dios, que todo lo hace posible. Tras la entrega del galardón, el nutrido grupo amigos que abarrotaba la capilla pudo disfrutar de sus deliciosos dulces.

 

Es la tercera vez que la Asociación Amigos de la Facultad de Teología entrega este galardón. Cuentan en su haber con la distinción Jesús Camarero, profesor emérito de la Facultad de Teología, y Delfín Grisaleña, sacerdote y pintor, recientemente fallecido. Uno de los fines principales de la asociación es la búsqueda de fondos para proporcionar becas de estudios a sacerdotes de países en vías de desarrollo.

Catequistas de Burgos participan en el XXV Encuentro regional

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Catorce catequistas de Burgos, concretamente de la Unidad Pastoral El Salvador-La Ventilla-Castañares, de la parroquia Nuestra Señora del Rosario y de la de San Julián, acompañados por el delegado diocesano de Catequesis, Rafael Casado, y otros dos sacerdotes, participaron en sábado en el XXV Encuentro regional de Catequistas, que se celebró en la localidad soriana de El Burgo de Osma.

 

La jornada comenzó con una conferencia sobre pedagogía de la fe a cargo de Miguel López Varela, delegado episcopal de catequesis de la Archidiócesis de Santiago de Compostela, en la que recogió muchas ideas de Evangelii Gaudium y a la que siguió un diálogo con los catequistas.

 

Tras la comida en el Seminario, los participantes, alrededor de 170 personas, se desplazaron a la catedral, donde asistieron a un concierto de música renacentista con un sentido catequético en torno al retablo principal del templo. La jornada concluyó con la eucaristía, presidida por el obispo de Osma-Soria, don Abilio Martínez Varea.

La villa de Aranda acoge un nuevo encuentro en clave cofrade

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Aranda de Duero vivirá un especial Domingo de Resurrección.
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Aranda de Duero vivirá un especial Domingo de Resurrección.

 

La villa de Aranda de Duero acogió el sábado el XX Encuentro Diocesano de Hermandades y Cofradías, organizado por la Delegación de Religiosidad popular y Cofradías y la Coordinadora de Hermandades y Cofradías penitenciales de la localidad.

 

La jornada comenzaba con la recepción por parte de los cofrades arandinos de todos los de los distintos lugares de la provincia que se habían acercado hasta la capital de la Ribera: Miranda, Villarcayo, Burgos (varias cofradías), Villalmanzo, Zael, Lerma, Zuñeda, Briviesca, Villafruela, Torresandino, Roa, Mambrilla de Castrejón, Montija, Cardeñadijo, Quintanilla del Coco… El primer acto tuvo lugar en el interior de la iglesia de Santa María, donde la poesía y la música fueron las protagonistas, alternándose. Se declamaron textos de distintos poetas: Lope de Vega, Antonio Reis Navares, Manuel Arandilla… Entre los poemas, se escuchó uno dedicado a la escena evangélica del buen ladrón: «Yo vine a perdonar pecados, / esa fue la razón de mi venida, / recuperar la oveja que, perdida, / puede ser carne de depredador…». Las dulzainas y tambores respondían al verso con piezas magistralmente interpretadas, de autores como Fermín Pasalodos, José-Manuel Hervás, etc.

 

Bajada del Ángel

 

Terminado ese acto de meditación musicalizada, dio comienzo la procesión, que tuvo su punto álgido en la Bajada del Ángel, representada frente a la monumental fachada gótico-isabelina de la iglesia parroquial de Santa María, en la que Simón de Colonia dejó esculpidas bellísimas escenas de Semana Santa. La representación fue muy aplaudida por todos los presentes, agolpados en las inmediaciones del templo.

 

Tras la procesión se celebró la eucaristía, que estuvo presidida por el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, y fue concelebrada por varios sacerdotes arandinos –entre ellos, el arcipreste, Antonio Moral– y el delegado de Religiosidad popular y Cofradías, Lucinio Ramos. En su homilía, el prelado diocesano pidió especialmente a los cofrades que abrieran su vida a Cristo resucitado, «quicio de nuestra fe», dijo. También les pidió que vivieran esa fe «eclesialmente, en comunidad, muy unidos y en servicio a los demás». Terminó invocando a la Virgen María, e invitando a todos a que recordasen siempre las últimas palabras pronunciadas por María, según los evangelios: «Haced lo que él os diga» (Juan 2). La parte musical de esta solemne celebración estuvo a cargo de la coral arandina Gaudium.

 

La jornada finalizó con una comida de hermandad en la que participaron más de 400 cofrades, con el deseo de participar en el encuentro del próximo año, cuya sede se dará a conocer próximamente.

Más de un centenar de personas se une a la marcha solidaria UBU-Bangalore

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Más de cien personas participaron el pasado viernes en la XV Marcha Solidaria UBU-Bangalore, entre ellos un grupo de personas discapacitadas de Aspanias y del Centro Ocupacional El Cid, además de profesores y alumnos de Educación Social, Educación Infantil y Universidad de la Experiencia. La caminata, organizada por los promotores de UBU-Bangalore, capitaneados por Jesús María Álvarez, miembro del equipo de Pastoral Universitaria y coordinador del proyecto, y el profesor Rafael Calvo de León, comenzó en el Hospital del Rey y concluyó en Rabé de las Calzadas, donde los andarines participaron en juegos cooperativos.

 

La finalidad de esta iniciativa es recaudar dinero para la financiación de las becas de estudio de los niños pobres del Centro Nest Project de Bangalore. Este verano, como cada año, tres universitarios viajarán a la ciudad india para desarrollar tareas educativas y acompañar a los niños de la calle acogidos en el centro, gestionado por la Asociación Fides India Society y que depende de los Misioneros de San Francisco de Sales.

¡Cristo vive! Mensaje del Papa a los jóvenes

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jovenes

 

«Cristo vive, Él es nuestra esperanza y la juventud más hermosa de este mundo. Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida. Por eso, las primeras palabras que quiero dirigir a cada uno de los jóvenes cristianos son: ¡Él vive y te quiere vivo!». Así comienza la Exhortación Apostólica «Christus vivit», del Papa Francisco, publicada recientemente, como conclusión del último sínodo de los Obispos dedicado a la juventud. Pienso que este tiempo pascual ofrece un marco adecuado para el breve comentario que hoy quiero hacer sobre esa Exhortación, porque, como indica el título, la proclamación pascual ¡Cristo vive! constituye el punto de partida y el mensaje que el Papa quiere trasmitir a los jóvenes.

 

El documento va dirigido fundamentalmente a los jóvenes. Pero también «a todo el Pueblo de Dios», porque «la reflexión sobre los jóvenes y para los jóvenes nos convoca y nos estimula a todos», cuando vivimos sinodalmente nuestra experiencia de Iglesia. Deseo señalar por ello tres aspectos que me parecen fundamentales de este mensaje a los jóvenes y la interpelación que va dirigida a toda la comunidad eclesial.

 

  1. Todos los jóvenes son destinatarios de lo que el Papa denomina «el gran anuncio». Hay muchos jóvenes, reconoce él mismo, para los que la religión, Dios y, sobre todo, la Iglesia son palabras vacías, porque nada esperan de ella. A ellos sin embargo se dirige también el centro del anuncio cristiano, que el Papa les expresa así: Dios, que es amor, «te ama, no lo dudes nunca», ama a cada uno porque es valioso para Él, porque le importa. Jesucristo «te salva», «vuelve a llevarnos una y otra vez sobre sus hombros», como el gran Amigo que nunca abandona. Y gracias al Espíritu, Jesús «vive»; «no lo recordemos como un buen ejemplo del pasado, como Alguien que nos salvó hace dos mil años; El vive y esto es una garantía de que el bien puede entrar en nuestras vidas».
  2. Dios, el autor de la juventud, hace que los jóvenes sean una bendición para la Iglesia y para el mundo. Están llamados a cumplir una misión. Por eso repetidamente recomienda el Papa a los jóvenes que sueñen, que mantengan vivos sus sueños, que conserven siempre un espíritu abierto, que afronten nuevos desafíos. Deben arriesgar, aunque se equivoquen. Lograrán la felicidad si comparten con Jesús unos sueños que no son como los del mundo y si salen de sí mismos para reconocer la belleza oculta en cada ser humano, especialmente en los más pobres. «Los jóvenes están llamados a ser misioneros valientes, testimoniando en todas partes el Evangelio con su propia vida, lo que no significa hablar de la verdad sino vivirla».
  3. En el campo de la pastoral y en la Iglesia deben sentirse y actuar como protagonistas. El Papa explica que la pastoral juvenil se ha visto abordada por cambios sociales y culturales y «los jóvenes, en sus estructuras habituales, no encuentran a menudo respuestas a sus preocupaciones, a sus necesidades, a sus problemas y a sus heridas». Tarea suya será buscar fórmulas nuevas; y han de sentirse libres para encontrar nuevos caminos, estilos y estrategias. Especialmente en los ámbitos que para ellos son más significativos y expresivos: el servicio en sus múltiples formas, el arte, la práctica deportiva, el contacto con la creación… Dentro de una Iglesia participativa y corresponsable podrán insertar todas sus aportaciones en la pastoral de conjunto.

 

De cara a ese objetivo todos en la comunidad eclesial debemos asumir la propia responsabilidad para ir configurando un «camino común». Los jóvenes, constata el Papa, desean una Iglesia que escuche y que acoja. Por eso pide que nuestras instituciones desarrollen una mayor capacidad de acogida, para comprender las difíciles situaciones que a veces deben afrontar. En la Iglesia debemos ofrecer el espacio y las condiciones para que encuentren un hogar y un ambiente de familia, de suerte «que no pierdan el fuego del encuentro con Cristo y la alegría de seguirlo».

 

La pastoral juvenil es siempre una asignatura pendiente, porque exige una renovación continua. Por ello el equipo de nuestra Delegación diocesana está preparando con ilusión el Proyecto Marco de Pastoral Juvenil. La tarea, sin embargo, no recae solamente sobre ellos. Cada comunidad eclesial puede y debe jugar un gran papel en la acogida y en el acompañamiento de los jóvenes.

 

Termino transmitiendo a nuestros jóvenes burgaleses el deseo del Papa, que hago mío, con el que concluye la Exhortación Apostólica: «Queridos jóvenes, seré feliz viéndolos correr más rápido que los lentos y temerosos. Corran atraídos por ese Rostro tan amado, que adoramos en la Sagrada Eucaristía y reconocemos en la carne del hermano sufriente. El Espíritu Santo los empuje en esta carrera hacia adelante. La Iglesia necesita su entusiasmo, sus intuiciones, su fe».