Cientos de fieles se han acercado esta mañana a la iglesia del Carmen para rendir homenaje a la Madre y Señora del Carmelo y para participar en la eucaristía que ha presidido el arzobispo, don Fidel Herraéz Vegas, con quien ha concelebrado el obispo emérito de Santa Cruz (Bolivia), el carmelita don Braulio Sáez García.
En su homilía, el pastor de la diócesis ha animado a los devotos a «acogernos a la protección amorosa de nuestra madre bajo esta cariñosa advocación de la Virgen del Carmen» y ha destacado que la celebración de esta solemnidad es especialmente entrañable «porque tiene el mejor sabor, que es el del amor, y más aún el amor de una madre». «Todos vivimos esa cercanía, ese calor especial de la madre que nos acompaña, nos acoge, nos mima», ha asegurado, mientras recordaba los «millones de concreciones» que la misma madre tiene en todos los rincones del mundo, en cada pueblo, en cada ciudad, en cada iglesia y ermita».
El arzobispo ha invitado a los presentes a cumplir las últimas palabras de María que aparecen en el Evangelio, las que pronunció en las bodas de Caná: «Haced lo que él os diga»: «Procuremos seguir haciendo la voluntad del Padre, estar abiertos a su voluntad. ¡Qué bien nos irá procurando hacer lo que Dios quiere. No tenemos excusa para decir que no sabemos lo que nos pide» y ha alentado a poner en cada día «un detalle que puede ser de amor, un detalle de cercanía, un detalle de ayuda» para cumplir la voluntad de Dios.
Se espera que a lo largo el día continúe en el santuario el trasiego de devotos de la Virgen del Carmen para participar en las celebraciones eucarísticas y en la tradicional procesión que se desarrollará en el Paseo del Empecinado a partir de las 19:30 h.
Ante la tergiversación de un escrito, que acompañaba la documentación de un proceso de beatificación, en el que se evidenciaba la actitud heróica de una joven, Marta Obregón, que murió por defender su castidad, D. Fidel Herráez Vegas, por el derecho que le asiste y en defensa de la verdad, hace pública la siguiente nota:
«Estoy viviendo con sorpresa y dolor las noticias de los últimos días, en los que las agresiones sexuales contra las mujeres están siendo cada vez más habituales. También en Burgos hemos vivido la semana pasada el asesinato de una vecina de Salas de los Infantes por violencia doméstica.
Estos hechos manifiestan un reto social que tenemos que afrontar entre todos. Hay que denunciar y condenar toda violencia que se ejerce contra las mujeres por el hecho de serlo. En este sentido, me uno muy estrechamente, como siempre hago, al pensamiento del papa Francisco, tan cercano a las situaciones de dolor y exclusión: «Ante el flagelo del abuso físico y psicológico causado a las mujeres, es urgente volver a encontrar formas de relaciones justas y equilibradas, basadas en el respeto y el reconocimiento mutuos».
Es lamentable que, en una sociedad democrática, que se fundamenta en el respeto a la dignidad de las personas, una mujer tenga que llegar a anteponer incluso su vida por la defensa de su propia integridad. Así lo hizo Marta Obregón, cuyo proceso de beatificación hemos iniciado en nuestra diócesis de Burgos.
Me solidarizo con todas las personas que son víctimas de todo tipo de violencia y respaldo el trabajo de los grupos que en nuestra sociedad están colaborando por revertir y sanar esta situación. Así lo he hecho siempre a lo largo de mis intervenciones públicas y de mis encuentros con asociaciones y colectivos que desarrollan su actividad en este ámbito.
Esto es lo que siento, pienso y digo. Nada más lejos de lo que se me atribuye en lo publicado en algunos medios con tanta y total falsedad».
Un año más, la diócesis ha celebrado el Día del Misionero Burgalés, una jornada que en esta ocasión tuvo lugar en la localidad ribereña de Roa de Duero y reunió a unos doscientos misioneros, familiares, amigos y simpatizantes. En representación de los 647 misioneros burgaleses repartidos por todo el mundo, acudieron a la cita 17 misioneros, tres de ellos obispos: don Rafael Cob García, de la diócesis de Puyo (Ecuador), don Ángel Garachana Pérez, de San Pedro de Sula (Honduras) y don Braulio Sáez García, de Santa Cruz (Bolivia), obispo jubilado. En la celebración también participaron el obispo emérito de Jaén, don Ramón del Hoyo, y el vicario general de la diócesis de Burgos, Fernando García Cadiñanos.
Tras el saludo de las autoridades, monseñor Cob ofreció una charla sobre el Sínodo de la Amazonía convocado por el papa Francisco para el mes de octubre, un tema de gran actualidad eclesial. Seguidamente se celebró la eucaristía, para después compartir un almuerzo fraterno en el polideportivo de la villa raudense.
Por la tarde, cinco misioneros compartieron sus testimonios en una celebración mariana: José María Rodríguez Redondo (Tailandia), María José Zárate (Congo), Domingo de la Hera (Ruanda). Ángel Garachana (San Pedro Sula), y Josefa García Teresa (Nicaragua). A partir de sus vivencias se oró por el ecumenismo, por los mártires de la misión, por la formación integral de la persona y el derecho a vivir dignamente y por la dimensión misionero-evangelizadora del cristiano.
El encuentro concluyó pidiendo a Dios por todos los misioneros, para que les dé fortaleza y constancia para seguir en la misión, tanto por los que están en vanguardia en territorio de misión como por los que están en la retaguardia apoyando con su oración y solidaridad, y con una canción de acción de gracias a cargo de una misionera nativa de Zimbabwe que actualmente está en la Congregación de las Misioneras Hijas del Calvario en Burgos.