«Solo desde la fe la cruz deja de ser un símbolo de castigo y se convierte en signo de amor»
Hasta 1873, la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz era la celebración más grande de la ciudad, con festejos taurinos y numerosos actos populares y fuegos artificiales. Hace 146 años, el ayuntamiento de la capital decidió trasladar sus fiestas mayores en torno a la festividad de san Pedro y san Pablo en un intento por lograr que el tiempo acompañara las celebraciones y haciéndola coincidir con la popular feria de ganado que se desarrollaba entonces.
Hoy, a pesar de no ser ya fiesta civil ni contar con un programa oficial de festejos, numerosos fieles siguen manteniendo viva la tradición y se han acercado esta tarde hasta la Catedral, como cada 14 de septiembre, para rendir homenaje a su Santo Cristo, una talla articulada y con gran realismo venerada en todo el mundo por influjo de los padres agustinos, que difundieron su devoción, sobre todo, por el continente americano.
El arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, ha sido el encargado de presidir la celebración eucarística, en la que han concelebrado miembros del cabildo catedralicio y a la que han acudido representantes de la corporación municipal y otras instituciones civiles y de la Guardia Civil, así como cofrades de hermandades del Santo Cristo de Burgos de otros lugares del país, como Cabra y Jimena (Jaén), Sevilla, Granada, Barcelona, Murcia, Chucena (Huelva) y Alfarnatejo (Málaga).
En su homilía, el pastor de la diócesis ha asegurado que, «a los ojos de la fe», la cruz «no es un símbolo de castigo y de justicia, sino de amor». En efecto, el árbol de la cruz «evidencia el amor de Dios, que no quiso dejarnos perdidos, sino mostrarnos el camino para ser plenamente felices». Para el arzobispo, «solo desde la fe podemos conocer el amor de Dios que nos abre a la esperanza: si seguimos el camino de la Cruz que nos enseñó Jesús, también nosotros seremos exaltados».
Procesión
Tras la misa, miembros de la Guardia Civil han portado la imagen del Santo Cristo hasta la plaza del Rey San Fernando, donde la han colocado en un trono que ha procesionado por las calles cercanas a la seo burgalesa a hombros de los cofrades de las Siete Palabras y del Santo Cristo de Burgos. En el recorrido han estado acompañados por la agrupación musical Rey San Fernando y numerosos burgaleses que han gritado vivas al paso de su Cristo mientras peregrinos y turistas fotografiaban la estampa.