Comienza el curso en el Seminario de San José

por redaccion,

<
>

 

El Seminario de San José contará este año entre sus filas con trece seminaristas mayores y siete menores. Entre los jóvenes que se formarán en el Seminario Mayor se encuentran cuatro nuevos ingresos, además de la presencia de dos seminaristas de Burundi y otro de la Rioja. En cuanto a los adolescentes que cursarán secundaria y bachillerato, uno procede de la diócesis vecina.

 

En las últimas semanas, varias actividades preparatorias han servido para dar comienzo al nuevo curso académico. Los seminaristas mayores participaron del 5 al 8 de septiembre en el encuentro regional de seminaristas del Duero, celebrado en Ávila, con el lema «La juventud, camino de la Iglesia hoy». A través de mesas redondas, talleres y conferencias abordaron líneas concretas de pastoral juvenil, teniendo en cuenta las directrices de la reciente exhortación postsinodal «Christus vivit». Hubo también tiempo para la convivencia lúdica y el descubrimiento de joyas culturales abulenses.

 

Asimismo, del 9 al 13 de septiembre, los seminaristas mayores han participado en unas jornadas de Ejercicios Espirituales; los más jóvenes en el monasterio franciscano de Arenas de San Pedro (Ávila), con la ayuda del jesuita Inocencio Martín; y los más mayores en la casa de Ejercicios de Navas de Riofrío (Segovia), con la ayuda del burgalés Jesús Andrés Vicente.

 

También las familias

 

Por su parte, las familias del Seminario Menor participaron en el jubileo con motivo del milenario del nacimiento de Santo Domingo de la Calzada. Además de cruzar por la puerta santa, admiraron la catedral y la casa del Campanero de la localidad calceatense y conocieron los orígenes del castellano en los monasterios de Yuso y Suso de San Millán de la Cogolla.

 

Seminaristas, familiares y amigos dieron comienzo al nuevo curso con el rezo de vísperas y posterior merienda cena en la tarde del domingo, 15 de septiembre. Fue ocasión para conocer a los nuevos y reencontrarse los miembros de esta singular familia.

 

La dimensión académica tendrá su inicio con la eucaristía presidida por el arzobispo, que servirá para despedir a los profesores que se jubilan este año, aunque las clases comienzan en el Seminario Menor hoy (los seminaristas de bachillerato comienzan este año a asistir a las clases en el colegio diocesano San Pedro y San Felices); al igual que en la Facultad de Teología.

 

Buscando una mayor eficiencia en el uso de las instalaciones, este curso, los dos Seminarios, Mayor y Menor, residirán en la misma ala del edificio del Paseo Empecinado, si bien sus actividades se realizarán sin interferirse mutuamente.

 

Además del Seminario de San José, la diócesis cuenta también con el Seminario Misionero Redemptoris Mater, que estos días concretará el número exacto de seminaristas, que superará la quincena.

2019 09 16 lunes: Resumen de Prensa

por redaccion,

Provincia

 

 

Religión

 

Congreso Nacional de Misiones: Bautizados y enviados

por redaccion,

bautizados y enviados

 

Escucha aquí el mensaje

 

Estamos estrenando un nuevo curso pastoral que se presenta muy intenso y que exigirá de nosotros, como venimos comentando, muchas respuestas responsables para ir siendo mejores discípulos que caminan alegres con Jesús, y mejores misioneros que anuncian con la palabra y con la vida su Evangelio. Con la ayuda del Señor iremos recorriendo la planificación pastoral diocesana, atentos igualmente a las propuestas y convocatorias de la Iglesia, que susciten en nosotros la revitalización de la fe y del compromiso cristiano.

 

Una de estas propuestas es el Congreso Nacional de Misiones, un evento importante que la Iglesia española ha organizado de cara al Mes Misionero Extraordinario que fue convocado por el Papa Francisco para este próximo mes de octubre. De esta convocatoria ya os he hablado en alguna ocasión, pero ahora quiero recordar que, según desea el Papa, se pretende «que este Mes Misionero Extraordinario sea un tiempo de gracia intensa y fecunda para promover iniciativas e intensificar de manera especial la oración –alma de toda misión–, el anuncio del Evangelio, la reflexión bíblica y teológica sobre la misión, las obras de caridad cristiana y las acciones concretas de colaboración y de solidaridad entre las Iglesias, de modo que se avive el entusiasmo misionero».

 

Por ello, en toda la Iglesia se vienen realizando diversos actos para tomar una mayor conciencia de la importancia que la misión específica que llamamos ad gentes, es decir la misión con los que no conocen a Jesucristo, ha de tener en la vida personal, comunitaria y eclesial. Nuestra Iglesia diocesana, con su especial sensibilidad misionera, se ha sumado a este proyecto. Baste recordar los trabajos de la Delegación Diocesana de Misiones, el Simposio organizado este mismo curso por el Instituto de Misionología de nuestra Facultad y la propia Semana de Misionología que celebramos a primeros de julio. Y ahora, que tiene lugar en Madrid la convocatoria del Congreso Nacional de Misiones, deseamos también acudir con una amplia representación diocesana.

 

Este Congreso tendrá lugar del 19 al 22 de septiembre, con el mismo lema del Mes Misionero Extraordinario: «Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo». Con este lema se quiere subrayar que el envío a la misión es una llamada inherente al bautismo y es para todos los bautizados; que todo cristiano, por el hecho de estar bautizado e incorporado a la vida nueva que Dios nos regala en el bautismo, está convocado a ser misionero, apóstol, evangelizador, ya que la Iglesia, nacida del amor del Padre y gracias al envío del Hijo y del Espíritu, es misionera por naturaleza. «Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo… Si uno de verdad ha hecho una experiencia del amor de Dios que lo salva, no necesita mucho tiempo para salir a anunciarlo» (EG 120). Además, de cara a la renovación misionera que la Iglesia necesita vivir hoy, importa mucho pensar que la tarea misionera no está solo en continentes lejanos; porque los que no conocen a Jesucristo están también hoy aquí, y hay que suscitar la cercanía y el testimonio personal de la fe en cada circunstancia, por pequeña que sea.

 

El Congreso quiere ser una experiencia eclesial que nos vaya transformando y ayudando a la conversión misionera de personas y estructuras pastorales. Habrá diversas ponencias y comunicaciones que profundizarán en el lema. También mesas redondas sobre la experiencia misionera contada por obispos misioneros, la aportación de las nuevas realidades eclesiales y la visión que tiene el mundo de tantos misioneros, que están por lugares lejanos entregando su vida a la comunicación del Evangelio por amor a Dios y a todas las personas. Se favorecerá un clima eucarístico y oracional al igual que festivo y lúdico entre los participantes. A partir de ahí, cada diócesis elaborará diversas actividades para intensificar este octubre misionero.

 

En nuestra diócesis quiero señalar que el próximo día 1 tendremos una celebración en las MM. Salesas para potenciar la oración contemplativa en favor de la misión de la Iglesia. Y, por supuesto, como os digo en mi reciente Carta Pastoral, nos convocamos a un renovado compromiso misionero que habrá de nacer del encuentro con el Señor, de la escucha de su Palabra, de dejarnos cuestionar por Él, de la oración y de la Eucaristía. Porque la experiencia del encuentro con Jesús es para ser comunicada en ese mundo plural que nos rodea con la «dulce y confortadora alegría de evangelizar» (EG, 10).

«Solo desde la fe la cruz deja de ser un símbolo de castigo y se convierte en signo de amor»

por redaccion,

<
>

 

Hasta 1873, la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz era la celebración más grande de la ciudad, con festejos taurinos y numerosos actos populares y fuegos artificiales. Hace 146 años, el ayuntamiento de la capital decidió trasladar sus fiestas mayores en torno a la festividad de san Pedro y san Pablo en un intento por lograr que el tiempo acompañara las celebraciones y haciéndola coincidir con la popular feria de ganado que se desarrollaba entonces.

 

Hoy, a pesar de no ser ya fiesta civil ni contar con un programa oficial de festejos, numerosos fieles siguen manteniendo viva la tradición y se han acercado esta tarde hasta la Catedral, como cada 14 de septiembre, para rendir homenaje a su Santo Cristo, una talla articulada y con gran realismo venerada en todo el mundo por influjo de los padres agustinos, que difundieron su devoción, sobre todo, por el continente americano.

 

El arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, ha sido el encargado de presidir la celebración eucarística, en la que han concelebrado miembros del cabildo catedralicio y a la que han acudido representantes de la corporación municipal y otras instituciones civiles y de la Guardia Civil, así como cofrades de hermandades del Santo Cristo de Burgos de otros lugares del país, como Cabra y Jimena (Jaén), Sevilla, Granada, Barcelona, Murcia, Chucena (Huelva) y Alfarnatejo (Málaga).

 

En su homilía, el pastor de la diócesis ha asegurado que, «a los ojos de la fe», la cruz «no es un símbolo de castigo y de justicia, sino de amor». En efecto, el árbol de la cruz «evidencia el amor de Dios, que no quiso dejarnos perdidos, sino mostrarnos el camino para ser plenamente felices». Para el arzobispo, «solo desde la fe podemos conocer el amor de Dios que nos abre a la esperanza: si seguimos el camino de la Cruz que nos enseñó Jesús, también nosotros seremos exaltados».

 

Procesión

 

Tras la misa, miembros de la Guardia Civil han portado la imagen del Santo Cristo hasta la plaza del Rey San Fernando, donde la han colocado en un trono que ha procesionado por las calles cercanas a la seo burgalesa a hombros de los cofrades de las Siete Palabras y del Santo Cristo de Burgos. En el recorrido han estado acompañados por la agrupación musical Rey San Fernando y numerosos burgaleses que han gritado vivas al paso de su Cristo mientras peregrinos y turistas fotografiaban la estampa.

 

Más: galería fotográfica de la celebración

El Camino de Santiago engancha a medio centenar de adolescentes

por redaccion,

<
>

 

Han bastado tres etapas para que un buen número de adolescentes, concretamente 53, hayan descubierto en los últimos días la dureza del Camino de Santiago, pero también su magia. Se trata de una actividad que la Delegación de Infancia y Juventud organizaba por tercer año consecutivo y que en esta ocasión les ha llevado desde la localidad palentina de Frómista hasta El Burgo Ranero, en León, prosiguiendo así el itinerario donde se dejó el pasado verano.

 

Han participado en esta actividad chavales de cinco parroquias de la ciudad (San Lesmes, San Pedro y San Felices, San Juan Bautista, Hermano San Rafael y San Cosme y San Damián) y de Arcos de la Llana. La primera etapa les llevó el martes desde Frómista hasta Carrión de los Condes, donde les dieron alojamiento las Hijas de la Caridad. La segunda caminaron hasta Sahagún, y esa noche les tocó pernoctar en un polideportivo. Y ayer concluía su andadura en El Burgo Ranero, que será el punto de partida para el año próximo.

 

Mencía, que comienza este año 1º de Bach en el Colegio Saldaña y pertenece a la parroquia de San Juan Bautista, está encantada con la experiencia. Decidió apuntarse porque también lo hicieron sus amigas, «para conectar de otra manera, y también para conocer a más personas». Lo que más le ha gustado, asegura, es lo que han intentado apoyarse unos en otros, «aunque nos cueste físicamente». Contar chistes, gastar bromas, «hace más llevadero el camino». Tanto es así, que esta adolescente, apasionada por la Historia, cree que al año que viene repetirá «para seguir teniendo este buen rollete».

 

A otro de sus compañeros de viaje, Alejandro, de 13 años y de la parroquia Hermano San Rafael, le ha impresionado la dureza del Camino, a pesar de que le gusta mucho andar. No obstante, piensa repetir la experiencia y continuar hasta Santiago, una ciudad que le gusta especialmente.