Don Fidel Herráez, durante la presentación del proyecto de voluntariado.
Nos acercamos ya al núcleo de la celebración del VIII Centenario de la Catedral, el Año Jubilar concedido por el papa Francisco, y la diócesis ya se ha puesto manos a la obra para preparar un acontecimiento eclesial de envergadura con el que se espera que, del 20 de julio de 2020 al 7 de noviembre de 2021, acudan hasta el templo gótico miles de personas a ganar las gracias jubilares. La diócesis pretende que los peregrinos que se acerquen a Burgos se sientan reforzados en sus convicciones pero también «que los turistas se conviertan en peregrinos». Para ello, se ha diseñado un itinerario pedagógico por el templo con tres momentos: uno, en el claustro bajo, en el que se acoja a los peregrinos y descubran en Burgos una tierra en la que ha crecido la semilla del evangelio; otro, en la puerta del Sarmental, en el que el peregrino descubra el sentido de la Iglesia y la presencia de Cristo en ella, y, por último, un tercer momento en el que se atraviese la Puerta Santa para celebrar, ya en el interior del templo, la eucaristía y la confesión sacramental.
Con el fin de acoger y acompañar a los peregrinos en este itinerario, participar en la celebración diaria del Jubileo y colaborar en cuantas actividades se organicen con motivo del acontecimiento, la diócesis ha lanzado hoy una llamada a los burgaleses para que se sumen a un proyecto de voluntariado para «visibilizar un rostro acogedor y humano de de la Iglesia y de la ciudad», «ese rostro amable de una Iglesia que está cerca de la gente». Así se ha expresado el vicario general, Fernando García Cadiñanos, en la presentación del proyecto, en la que ha participado el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, quien ha recordado que, «la celebración del VIII Centenario es ante todo un acontecimiento preeminentemente religioso, de manera que deber ser la dimensión pastoral la dé alma, sentido y contenido a la conmemoración del aniversario del templo».
«Es un año de gracia donde especialmente nos animamos a abrirnos a Dios y a seguir lo que Dios quiere de nosotros; se trata de acogernos al amor y la misericordia de Dios para ser mejores. Si el Jubileo nos anima a ser mejores y que colaboremos para que esta sociedad nuestra sea mejor, entonces está cumpliendo su utilidad, porque esta fue la finalidad que tuvo la Catedral desde el principio: acoger a todos aquellos que quieran abrirse a Dios y ser mejores».
Formación
Para poder desarrollar este proyecto y dotar a los voluntarios de conocimientos, herramientas y habilidades para acoger y acompañar a los peregrinos en su paso por Burgos, se ha organizado un curso de formación que se desarrollará en la Facultad de Teología a partir del 4 de noviembre. En él se sentarán las bases sobre la dimensión cultural y teológica del Año Jubilar, sin olvidar cuestiones históricas y artísticas relacionadas con el templo.
Formar parte del voluntariado del Año Jubilar no exige cumplir numerosos requisitos, pero sí contar con las competencias para poder estar alineados con el proyecto y con los valores que se quieren transmitir (identidad), mostrar capacidad de comunicación y de verbalización de los mensajes a transmitir; tener unos conocimientos mínimos culturales y eclesiales; poseer capacidad de acogida y empatía, así como de iniciativa personal para resolver situaciones diferentes. Idioa Larrea, miembro del comité coordinador del voluntariado, ha puesto el énfasis en que «las personas voluntarias no son únicamente personas que realizan unas tareas concretas y que resuelven unos problemas prácticos. Son, ante todo, personas que prestan sus servicios de modo generoso y altruista para construir una sociedad nueva, que genera unos valores humanizadores que posibilitan también la fe».
Para poder participar en el proyecto, con el que se espera alcanzar el centenar de voluntarios, basta con inscribirse a través de la página web del arzobispado o cumplimentar en las parroquias una hoja de inscripción.