Sacerdotes de la diócesis tras las huellas de su patrón, san Juan de Ávila

Treinta sacerdotes han participado en una peregrinación por los principales lugares avilistas coincidiendo con el 450 aniversario del fallecimiento del también doctor de la Iglesia.
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Una treintena de sacerdotes de la diócesis, acompañados por el obispo emérito de Jaén, el burgalés Ramón del Hoyo, han peregrinado desde el pasado domingo hasta la jornada de ayer a las localidades donde san Juan de Ávila, patrono del clero español, ejerció su ministerio sacerdotal. Organizada por la vicaría para el Clero, la peregrinación se ha desarrollado durante estos días de Carnaval en el año en que se celebra el 450 aniversario del fallecimiento del también Doctor de la Iglesia, así como el 125 de su beatificación y el 50 de su canonización.

 

La expedición partió el domingo rumbo a Córdoba. El lunes, los sacerdotes pudieron visitar Montilla, donde celebraron la eucaristía en la basílica de la Encarnación, donde reposan los restos mortales del santo sacerdote. Igualmente visitaron la casa donde vivió sus últimos años. Ese mismo día, pudieron conocer la catedral-mezquita cordobesa y la catedral de Jaén.

 

Ya por la noche, la peregrinación los llevó hasta Baeza, uno de los lugares donde el Maestro Ávila dejó su impronta: la catedral, su universidad y sus obras de caridad. Allí, el martes, los sacerdotes atravesaron la puerta santa del Año Jubilar Avilista y celebraron la eucaristía presidida por don Ramón. En su homilía, el prelado animó a los sacerdotes a seguir las huellas de su patrono, cuyo ejemplo de vida queda manifiesto en sus escritos y predicaciones. Allí se tuvo también un especial recuerdo por todos los sacerdotes que, este año, celebrarán sus bodas jubilares al servicio de la Iglesia burgalesa.

 

Según detalla Jesús Castilla, vicario para el Clero, la peregrinación ha supuesto una vivencia «de gran intensidad», con numerosas actividades organizadas. Asegura que han sido días «sin descanso» que han favorecido un clima de «fraternidad sacerdotal, donde cada uno ha puesto al servicio de todos lo mejor de sí». Además, afirma que el viaje ha supuesto una «experiencia de renovación en nuestra vida sacerdotal».

Comentarios

Comentarios: 4

  1. Antonio

    Ver las pintas que llevan los sacerdotes de mi diócesis es para llorar: desde el deportista al pueblerino que no se quita la gorra ni dentro de la iglesia (y edad tiene para saber aquello de destaparse en la iglesia) pasando por los rellenitos y los mundanizados. ¡y qué sorpresa ver al vicario con clerygman! eso sí es un milagro de San Juan de Ávila.
    pues estos son los bueyes… no me extraña que la cosecha sea mala.
    san Juan de Ávila, ruega por los sacerdotes de Burgos


  2. Luis Angel Bercedo

    Pues me parece muy bien que cada cual vista como quiera. El hábito no hace al monje. Estamos en otros tiempos. Lo principal es lo de dentro, no la indumentaria.


    • Antonio

      ¡no sé cómo no se me había ocurrido un ingenio semejante! aplicando su misma lógica no sé porqué los futbolistas o cualquier deportista no salen a competir como les venga en gana, total hay que ser modernos y actuales, y lo importante es lo de dentro, «que sientan los colores» de su equipo pero que no vistan como tal. sería muy divertida una competición así.


  3. Luis Angel Bercedo

    Hay que ser más positivos y menos críticos, sr. Antonio. Nos perdemos en detalles sin importancia y no valoramos la sustancia de la noticia, que nuestros sacerdotes han peregrinado a tierras de San Juan de Avila. Y esto es una buena acción que les hará entusiasmarse con el sacerdocio, como su santo patrón. En vez de criticar todo, mejor es rezar por ellos.