«Esta Semana Santa me va a ayudar a tener más tiempos de silencio y de oración»

María Cristina Ibáñez, en la última fiesta del Santo Cristo de Burgos.
El Martes Santo es un día importante para la cofradía de las Siete Palabras y del Santísimo Cristo de Burgos, una hermandad compuesta por más de 200 hermanos no solo de Burgos, sino incluso de la localidad jienense de Cabra. Además de realizar su procesión con los faroles de las Siete Palabras y del Santo Cristo, ese día se da la bienvenida a los nuevos cofrades con la imposición de medallas. Este año, a consecuencia del Covid-19, una de las aspirantes a formar parte de la hermandad, María Cristina Ibáñez, ha visto relegado su ingreso en esta asociación de fieles: «Este pequeño reajuste de tiempo me está ayudando a darme cuenta de la importancia de vivir cuando Dios quiera y como Dios quiera».
Cristina, trabajadora en el colegio San Pedro y San Felices y la Universidad de Burgos, quiere formar parte de esta cofradía porque «vivir los días más importantes del año en la compañía de hermanos, de la Iglesia, resulta mucho más intenso y especial». «A mí, personalmente, vivir la fe en comunidad me ayuda a no despistarme y a poner el corazón en Jesús», asegura esta joven de 30 años.
Después de mucho tiempo «dando vueltas» alrededor de la cofradía, por fin este año se animó a participar de una manera más activa. Ya lo tenía todo preparado: sus padres le iban a regalar la medalla que se impone a los nuevos cofrades, su hermano iba a ser su padrino y la junta directiva de la cofradía había aprobado su ingreso en la misma. Ahora, sin embargo, a causa del coronavirus, su ingreso oficial en la cofradía se atrasará hasta el 14 de septiembre, otra jornada importante para esta asociación, por ser la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz y del Santísimo Cristo de Burgos.
Una Semana Santa diferente
Estos días de confinamiento, imposibilitan la celebración de los actos litúrgicos en los templos, algo que a Cristina no le resulta «especialmente fácil». «Pero Jesús es muy creativo», asegura, por lo que intentará vivir los días de Pasión con otras opciones: «Seguiré todas las celebraciones litúrgicas por Internet (gracias a los sacerdotes que no se cansan de hacer lo imposible por acercarnos a Jesús), me uniré a todas las iniciativas de oración de la cofradía: procesión de las Siete Palabras, Hora Santa… y buscaré momentos de oración personal, tanto para rezar la Liturgia de las Horas como para hacer silencio». Además, junto con Parteluz, la asociación juvenil en la que participa desde hace años, «tendremos algunos encuentros de formación, oración y para compartir la fe y la vida». Además, el abad de la cofradía, a través de WhatsApp, «nos pone tarea todas las mañanas». Envía a los cofrades una foto, un saludo, dos textos de la Palabra para hacer oración, la frase del día, una grabación y una ofrenda que podemos hacer. «Es muy chulo poder comenzar así el día», revela Cristina, mientras ve en las nuevas tecnologías una oportunidad para acercar la gente a la fe: «Ahora que usamos Internet para todo, ¿por qué no usarlo para estar más cerca de Jesús?». Y anima a todos los burgaleses a seguir las celebraciones a través de los medios de comunicación, «viendo y viviendo las celebraciones eucarísticas, procesiones de otros años, horas santas, formaciones…. Lo que a cada uno más le ayude».
Esta Semana Santa especial, genera en la joven sentimientos encontrados. Por un lado, dice sentir pena por no poder procesionar. Pero de otro, asegura que estos días le van a ayudar «a tener más tiempos de silencio y de oración». «Me conformo con vivir hoy y tener el corazón puesto en estos días tan intensos que vamos a vivir esta semana: ¡Jesús muere y resucita porque nos ama! Es tan grande esto que vamos a celebrar que merece la pena vivirlo con todo el corazón y el alma puesto en ello».