Una lectura creyente del fenómeno de la pandemia
«¿Crees que (con la irrupción de la pandemia) se abren campos nuevos para la evangelización, que los desafíos deben ser una oportunidad para la conversión y el testimonio?» «¿Cuáles son las prioridades que debe asumir la pastoral diocesana?» Son algunas de las preguntas a las que se invita a responder a los 300 grupos de Asamblea constituidos en la diócesis con el fin de ayudar a hacer una «lectura creyente de la realidad» en la que estamos inmersos a causa de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19.
El material, preparado como un subsidio para retomar las reuniones después de los meses de confinamiento, pretende ayudar a las 3.000 personas implicadas en el proceso sinodal a «dar aliento» a una Iglesia, que, como ha ocurrido a lo largo de los siglos, ha tenido que atravesar experiencias duras y terribles (persecuciones, guerras, pestes, herejías y fracturas…) y «siempre ha salido adelante volviendo a las fuentes genuinas de la fe y reafirmando la misión que el mismo Jesús le ha encomendado».
En efecto, «la pandemia ha introducido perspectivas con las que no contábamos», como la «relación con la naturaleza y con la explotación a la que la sometemos con nuestro estilo de vida consumista» o el «modelo socio-económico devastador que deja por el camino a los más débiles y vulnerables…». También desde el punto de vista eclesial, la crisis sanitaria ha supuesto una inflexión, al privarse de celebraciones comunitarias y encuentros presenciales y redescubriendo la «Iglesia doméstica», «menos clerical y presente en muchos profesionales y voluntarios a través de su trabajo y de su servicio social».
Por todo ello, «nuestra Iglesia en Asamblea debe ofrecer una respuesta a las consecuencias de la crisis social, laboral, económica, espiritual…» derivadas de la pandemia. «Debemos vivir encarnados en nuestra sociedad, actuando como “hospital de campaña” y con la voluntad de integrar a quienes pueden quedar descartados y abatidos», prosigue el documento.
Por eso, y dado que el calendario macado para la Asamblea Diocesana ha debido modificarse, se plantea a los grupos abordar una reunión que ayude a la «reflexión personal» y suscite la misma «transformación» que Jesús resucitado provocó en los discípulos de Emaús.