Nueva sesión del Aula de Doctrina Social de la Iglesia en Aranda

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Doctrina Social

 

El próximo lunes 16 de noviembre tendrá lugar la segunda sesión del Aula de la Doctrina Social de la Iglesia, organizada en Aranda de Duero por la Comisión de Pastoral Obrera del arciprestazgo de Santo Domingo de Guzmán. Será en los dos grupos habituales a las 7 de la tarde (se adelanta de las 8 a las 7 por el horario de invierno y por las restricciones de movilidad nocturna).

 

A lo largo de este curso se irá reflexionando sobre la encíclica Fratelli tutti (Todos hermanos) del papa Francisco, que fue presentada ya en la sesión de octubre. Se comenzará con la introducción y con el capítulo 1º, «Las sombras de un mundo cerrado», donde se van describiendo los sueños rotos, la falta de un proyecto común, los conflictos y los miedos, el drama de las migraciones forzosas, la pandemia… para terminar con una actitud abierta a la esperanza. Los acompañantes serán: en el grupo de la Casa de la Iglesia (plaza de los Tercios), Juan Ochoa Santamaría, religioso claretiano; y en el grupo de la parroquia de Santa Catalina, José Luis Lastra Palacios, vicario de pastoral.

 

Ambos grupos están abiertos a los asistentes habituales del Aula de la Doctrina Social de la Iglesia y a cuantas personas interesadas quieran participar.

 

Se continuará recaudando dinero para el gesto solidario anual, que en esta ocasión irá destinado al grupo arandino de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).

Aforo limitado a 15 personas en las iglesias de la ciudad de Burgos: nuevas medidas anti covid

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Según la normativa del BOCyL, hecha pública en el día de hoy, las iglesias de la ciudad de Burgos deberán tomar nuevas medidas para evitar la propagación del coronavirus. Las nuevas restricciones que entran en vigor desde este mismo viernes y que estarán vigentes, al menos, durante una semana.

 

La medida que marca la normativa limita el aforo en los lugares de culto a un tercio del total del aforo del templo, nunca pudiéndose superar las quince personas. El resto de la provincia podrá seguir manteniendo el aforo previsto hasta ahora, limitado al 50% del total.

 

Según una nota interna emitida desde la vicaria general de la diócesis a las parroquias de la ciudad, se invita a los párrocos a informar a sus feligreses de las nuevas restricciones y, aunque la normativa no indique nada al respecto, sugiere la suspensión de las catequesis durante la próxima semana. Igualmente, queda suprimida la acogida de peregrinos en la Puerta Santa del Perdón de la Catedral a las 19:00 horas.

 

Se invita a los fieles de la ciudad a cumplir con la nueva normativa y a unirse a la celebración dominical de la eucaristía a través de los medios de comunicación.

«Sois templo de Dios»: la última carta pastoral de don Fidel

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Ante la celebración del Año Jubilar y «la emoción que suscita siempre la cercana despedida», el administrador apostólico de la diócesis, don Fidel Herráez Vegas, ha querido dirigir a los burgaleses su última carta pastoral, titulada «Sois templo de Dios» [descargar aquí en pdf]. En ella, don Fidel anima al Pueblo de Dios que peregrina en Burgos a «volver la mirada a Dios para mirar las cosas como solo él las mira», «recuperar el proyecto divino sobre la creación» y «transformar el corazón humano y las relaciones sociales», elementos clave sobre los que debe girar el Año Santo, «alma» –dice– de las celebraciones del VIII Centenario de la Catedral. Asimismo, aprovecha su misiva para «recordar y alentar la urgencia de la comunión eclesial» e invita a los burgaleses a peregrinar hasta el templo santo, al que define como «lugar del anuncio del evangelio» y «altar de la eucaristía de la diócesis».

 

Para el prelado, que no omite que la crisis sanitaria «empañará» las celebraciones, el Jubileo será como una «luz providencial para estas especiales circunstancias», un «año de gracia» donde «la misericordia y cercanía de Dios se manifestará como gracia jubilar, como indulgencia». Así, aunque deja a disposición de los cristianos de Burgos considerar la urgencia o el modo de convertirlas en iniciativas más concretas, sí sugiere algunas actitudes básicas a vivir en este año, entre las que se encuentran «profundizar en la alabanza y acción de gracias a Dios, hacer memoria de nuestra historia personal y colectiva, pedir el don de la conversión y cultivar la dimensión social de la fe».

 

Un adiós fraterno y jubiloso

 

«Sois templo de Dios» es la última de las cuatro cartas pastorales que don Fidel Herráez ha escrito a los burgaleses en sus cinco años de ministerio episcopal en la diócesis. En esta última, aprovecha para despedirse «externamente» de la Iglesia de Burgos –«mi querida esposa»– mientras expresa su «honda gratitud» a Dios, que le encomendó este ministerio, y «a todos aquellos con los que ha ido compartiendo este recorrido» y que le han ofrecido «acogida, cercanía, colaboración y afecto». Asimismo, reconoce también «sus propias limitaciones y los errores que haya podido cometer», seguro de que «el perdón está garantizado por parte de Dios y deseo que lo esté también por parte vuestra».

Rafael Cob, vicepresidente de la Red Eclesial Panamericana

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Foto: Alfa y Omega.

Foto: Alfa y Omega

 

El misionero burgalés Rafael Cob, obispo del Vicariato de Puyo (Ecuador) ha sido designado vicepresidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), una red donde participan un millar de organizaciones de la cuenca amazónica que trabajan para crear un modelo de desarrollo que privilegie a los pobres y sirva al bien común. En concreto, hay instancias locales, nacionales e internacionales, congregaciones, instituciones, equipos especializados y misioneros de Brasil, Venezuela, Guyana Francesa, Guyana Inglesa, Surinam, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, que se coordinan para trabajar conjuntamente para la protección de los derechos humanos, los pueblos indígenas y una aproximación distinta al territorio del Amazonas.

 

La organización nació en 2014 y desde entonces ha coordinado el trabajo de la Iglesia Católica en la región del Amazonas, el trabajo de los sacerdotes, misioneros, representantes de Cáritas y ha trabajado por defender los pueblos indígenas y el medio ambiente.

 

Monseñor Rafael Cob afirma colocarse al servicio en su nuevo cargo «para que podamos seguir siendo una Iglesia en salida, siendo una Iglesia samaritana, siendo una Iglesia profética, para que esta REPAM siga siendo ese instrumento que ha demostrado, sobre todo en el Sínodo amazónico». De lo realizado hasta ahora por la REPAM, el obispo del Vicariato del Puyo destaca «esa capacidad de coordinación, de articulación, de trabajo, en la escucha, en la contemplación, no solamente de este mundo que Dios nos ha dejado, que es la casa común, sino de esos pueblos que caminan en la Amazonía, pueblos que necesitan ese acompañamiento de la Iglesia, como pedían en el Sínodo, que la Iglesia sea su aliada para defender la vida y los derechos de los pueblos que viven en la Amazonía».

La diócesis prevé acabar 2020 con un déficit cercano al 46%

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El administrador apostólico, don Fidel Herráez Vegas, y el vicario para Asuntos Económicos, Vicente Rebollo, han presentado esta mañana la memoria de actividades y balance económico de la diócesis correspondiente al pasado ejercicio, como hace cada año con motivo del Día de la Iglesia Diocesana, que se celebró el pasado día 7, con el lema «Somos lo que tú nos ayudas a ser». En nuestra diócesis en concreto esta jornada ha tenido un sabor especial, con la apertura del Año Jubilar, «un sabor agridulce», ha matizado Herraéz, «porque la situación es la que es», en alusión a la crisis sanitaria.

 

En esta jornada se nos recuerda que todos somos Iglesia y también la necesidad de contribuir al sostenimiento de la intensa actividad celebrativa, pastoral, misionera, educativa y social que nuestra Iglesia local desarrolla, a la que la diócesis destinó el pasado ejercicio casi 37 millones de euros. En Burgos, la labor pastoral está sostenida por 373 sacerdotes, 32 seminaristas, 986 catequistas, 663 religiosos, dos diáconos permanentes, 479 monjas y monjes de clausura y un gran número de laicos implicados en distintas tareas en sus parroquias, arciprestazgos, delegaciones sectoriales y movimientos eclesiales.

 

La actividad celebrativa se concretó el pasado año en 1.294 bautizos, 1.207 confirmaciones, 1.847 primeras comuniones, 318 matrimonios y 2.783 unciones de enfermos. Unas cifras que, ante la crisis sanitaria y a falta aún de datos oficiales, se verán notablemente disminuidas durante este año 2020.

 

La Iglesia en Burgos también despliega una amplia actividad en el ámbito educativo: cuenta con 23 centros católicos (cinco de ellos diocesanos) con un personal docente de 1.120 personas y más de 17.000 alumnos. Y si por algo destaca nuestra diócesis es por su gran tradición misionera: 585 burgaleses anuncian el evangelio en cinco continentes, sin contar con las familias en misión, que son ya nueve.

 

Otro de de los pilares de nuestra Iglesia diocesana es la actividad asistencial. Baste un dato: Cáritas cuenta con 731 voluntarios. Con un total de 46 centros sociales, el año pasado fueron atendidas un total de 34.246 personas y se desarrollaron 8 proyectos de cooperación al desarrollo. A estos proyectos sociales se destinaron más de 600.000 euros. Todo ello sin olvidar la ingente labor asistencial que viene desarrollando durante toda la crisis sanitaria.

 

La diócesis más transparente

 

Uno de los objetivos del Día de la Iglesia Diocesana es mostrar con claridad el modo en que la diócesis ha administrado sus recursos económicos. Precisamente en el mes de marzo, la Fundación Compromiso y Transparencia situaba a Burgos, junto a Bilbao, como la diócesis española que mejor cumple con los estándares de transparencia que demanda la sociedad civil. El pasado ejercicio la cuenta de ingresos ascendió a 36.890.277,60 euros, de los cuales 6.302,686,94 procedieron de aportaciones directas de los fieles y 23.588.549,51 de otros ingresos, partida en la que cobra especial lo aportado por subvenciones públicas corrientes. La otra gran partida fue la de la asignación tributaria, que ascendió a 5.055.013,86 euros. Por patrimonio y otras actividades ingresó 1.416.647,75 euros y sumó otros 527.379,54 como ingresos extraordinarios.

 

En cuanto a los gastos, la mayor partida se destinó a la retribución del personal seglar (14.801.920,80 euros). Le siguen los gastos en conservación de edificios y gastos de funcionamiento, que ascendieron a 11.586.890,82 euros. La retribución del clero supuso un desembolso de 4.692.085,38 euros y se destinaron 4.149.307,67 euros a acciones pastorales y asistenciales. Por último, se aportaron a los centros de formación 617.561 euros y se destinaron 1.056.365,98 a gastos extraordinarios. El total de gastos alcanzó los 36.900.277,60 euros, con lo que 2019 arrojó un déficit para la diócesis de 13.854,26 euros.

 

Primero, las personas

 

La diócesis, que ha hecho una proyección de lo serán las cuentas del ejercicio 2020-2021, calcula que este año ingresará entre un 35% y un 38% menos de lo previsto, debido al impacto de la pandemia (por colectas se espera una reducción en torno a 52%). Al cierre de los templos durante el confinamiento y la lenta reincorporación de los fieles al culto («aún no se ha recuperado la presencia en las iglesias, hay miedo, y por tanto las colectas han bajado mucho», reconoce el ecónomo diocesano, Vicente Rebollo) se unen otros factores. Por ejemplo, los ingresos por patrimonio (visitas turísticas, alquiler de inmuebles) han descendido un 20% y es previsible que también lo hagan las aportaciones mediante la asignación tributaria. «Esperamos que la fidelidad se mantenga y que ese porcentaje de burgaleses que marca la casilla de la Iglesia sea más o menos parecido pero, lógicamente, la gente no tiene los mismos recursos, con lo cual la cantidad no lo será», advierte Rebollo.

 

Ante esta situación, la diócesis se propone priorizar las necesidades de las personas, y ello conlleva responder de modo especial las necesidades pastorales, de atención a las parroquias, desde las medidas de seguridad, que suponen un incremento del presupuesto, hasta la catequesis, ya que se van a necesitar más medios, más espacios, o las necesidades de las Cáritas y la atención a los sacerdotes, ya que antes cobraban algo de las parroquias pero, al disminuir las aportaciones de los fieles, algunas no pueden mantenerlos.

 

Los mayores recortes se están produciendo en conservación de patrimonio y obras, que también venían vinculados a las colectas. «Iremos cubriendo las necesidades más urgentes, pero intentaremos atender primero a las personas y luego los edificios», explica Rebollo.

 

Frente a la disminución de las colectas, sí han aumentado los ingresos a través del portal «Dono a mi Iglesia». «Esperamos que este otoño se mantenga. Las parroquias donde más desarrollados estaban los donativos mediante domiciliaciones se han mantenido. Aquí se refleja lo importante de mantener esas cuotas. Tenemos que concienciar a las personas de que el sostenimiento de la Iglesia depende no solo de esa vinculación con la participación en los sacramentos».