«La Iglesia os llama porque sí, ahí hay un germen de vocación»

El arzobispo, don Mario Iceta, ha admitido hoy a las sagradas órdenes del diaconado y presbiterado a los jóvenes seminaristas Cristian Alonzo, Rodrigo Camarero y Guillermo Pérez.

 

Más: galería de fotos de la celebración

 

Cristian Alonzo, Rodrigo Camarero y Guillermo Pérez están un paso más cerca del sacerdocio. Hoy la Iglesia los ha llamado para formarse en esta misión, para que «adquieran una forma nueva y se dejen modelar por el Señor», tal como les ha transmitido el arzobispo, don Mario Iceta, quien los ha admitido como candidatos a las sagradas órdenes del diaconado y presbiterado en una celebración que ha tenido lugar en la capilla del Seminario de San José. «Hasta ahora la vocación era una cuestión privada, pero hoy os lo pide la Iglesia, es un mandato de la Iglesia», les ha recordado. «Vuestra vida será dejaros formar por las manos amorosas del Señor y eso requiere fidelidad por vuestra parte. Es la Iglesia la que os llama porque ha descubierto que sí, que ahí hay algo, hay un germen de vocación».

 

Para el arzobispo, la vocación sacerdotal «no nace de una propia elección», sino que es «una llamada del Señor por pura liberalidad suya, por pura gracia». «Es una llamada a la vida plena, feliz, grande, hermosa, apasionante: la vida sacerdotal».

 

Don Mario ha recordado a cada uno de los tres seminaristas que «el Señor te elige a ti», y lo hace «porque te amo, porque quiero que estés conmigo». «Te ha elegido con amor de hermano para que participes de su sagrada misión». Una razón para «dar infinitas gracias a Dios porque se ha fijado en vosotros».

 

El pastor de la Iglesia en Burgos ha alentado a los jóvenes a proseguir su camino hacia el sacerdocio recordando su propia vocación, esa en la que él y tantos presbíteros «estuvimos devanando y tuvimos dudas de cómo sería nuestra vida. Pero después de tiempo decimos: «Señor, no te equivocaste, qué vida tan hermosa nos has concedido, qué don tan grande nos das cada día»». De ahí que también se haya dirigido a las familias de los quizás futuros sacerdotes: «Os faltarán días en vuestra vida para dar gracias porque el Señor se haya fijado en vuestra familia y en un hijo vuestro para que sea feliz, que es lo que queréis todos los padres».

 

El rito de admisión ha sido uno de los actos centrales con los que el Seminario ha vivido su día, en torno a la solemnidad de San José, junto con la oración joven que celebraron anoche. Para Rodrigo Camarero, uno de los jóvenes admitidos hoy a las sagradas órdenes, este paso le está ayudando «a ser cada vez más consciente de que esto es real, que mi vocación es real y que realmente dentro de unos años voy a ser cura y que Dios me llama por medio de la Iglesia. Y eso da vértigo pero hace mucha ilusión».

Comentarios

Los comentarios están cerrados para esta noticia.