Migrantes y trabajadoras del hogar: así viven la pandemia

Áurica y Gloria relataron ayer su experiencia en el primero de los encuentros que la delegación de Pastoral de Migraciones organiza para el último trimestre de este curso pastoral.
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La parroquia de San Julián Obispo acogió en la tarde de ayer la primera de las citas del encuentro diocesano de Pastoral de Migraciones, que esta vez se desarrollarán a lo largo de este trimestre en tres sedes distintas. La realidad del trabajo de los cuidados y del hogar marcó el encuentro de anoche, que contó con varios testimonios y un rato para la oración y la reflexión.

 

Áurica y Gloria contaron su experiencia. Con la irrupción de la pandemia optaron por quedarse con las personas que cuidaban, gravemente enfermas. Una no libró ni una sola hora en dos meses. La otra se encontró con un despido improcedente, sin avisarla. Por su parte, Laura, de Cáritas diocesana, expuso la situación en muchos casos sangrante de las trabajadoras del hogar. Si su situación ya era precaria antes, la pandemia simplemente la ha puesto de manifiesto y la ha agravado.

 

Tras esta exposición, y tras un espacio para la reflexión con la ayuda de unos textos de la Biblia y de la encíclica Fratelli Tutti del papa Francisco, llegó el turno del compromiso. Se compartió entre los presentes la necesidad de apreciar la dignidad y vocación del trabajo de los cuidados, de ser conscientes de la importancia de contratar y cotizar, de la denuncia de situaciones de abuso, de la necesaria incidencia política para que mejore la normativa legal, de acompañar a las trabajadoras que sufren ansiedad y estrés, de acudir a las instituciones de Iglesia que hacen intermediación laboral…

 

La próxima reunión de este encuentro diocesano de migraciones tendrá lugar el 12 de mayo a las 18:00 horas en la parroquia de San Gil Abad, y versará sobre «la hostelería y servicios en erte o ere».

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