D. Mario Iceta participa en su primera Asamblea Plenaria como arzobispo de Burgos

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Los obispos españoles celebran Asamblea Plenaria del 19 al 23 de abril de 2021. En esta ocasión, el encuentro dará comienzo este lunes a las 12.00 horas para facilitar la realización de las pruebas de antígenos a los asistentes. 

 

No se contará con la presencia de los obispos eméritos, que podrán seguir las sesiones de la Plenaria de manera online. La Asamblea comenzará con el discurso del presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Barcelona, cardenal Juan José Omella. Seguidamente intervendrá el nuncio apostólico en España, Mons. Bernardito C. Auza

 

Temas de estudio e informaciones de las comisiones

 

La Asamblea Plenaria estudiará las líneas de acción pastoral de la Conferencia Episcopal para el quinquenio 2021-2025. La Comisión Episcopal para los Laicos, la Familia y la Vida presentará un informe acerca de la eutanasia y el testamento vital, y la propuesta de una nueva redacción de testamento vital.

 

También informará sobre el Año «Familia Amoris Laetitia» (19 de marzo de 2021-26 de junio de 2022) convocado por el papa Francisco en el 5º aniversario de la publicación de la exhortación apostólica Amoris Laetitia y sobre la consulta acerca de la «Pastoral de Mayores», a instancias de Roma.

 

La Comisión Episcopal para la Liturgia presentará para su posible aprobación el ritual de exequias; el Misal y el Leccionario para las misas de la Bienaventurada Virgen María; y la traducción de los textos Litúrgicos de la Memoria libre de la Bienaventurada Virgen María Loreto.

 

La Comisión Episcopal para la Educación y Cultura informará sobre los trabajos realizados en diversos ámbitos en relación a la nueva ley educativa. Como es habitual en la primera Plenaria del año, se aprobarán las intenciones de la Conferencia Episcopal Española del año 2022 por las que reza el Apostolado de Oración-Red Mundial de Oración del Papa.

 

Otros asuntos del orden del día

 

El orden del día también incluye el estudio de los siguientes temas: La puesta en marcha de la carta del papa Francisco para la institución de laicos, hombres y mujeres, como lectores y acólitos. Las implicaciones para la Iglesia en España de la obligación del cumplimiento normativo (Compliance) y la información sobre el estado actual de Ábside (TRECE y COPE).

 

Nombramientos

 

Los obispos miembros de la Asamblea Plenaria elegirán al nuevo presidente de la Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales, tras el fallecimiento, el pasado 28 de enero, de Mons. Juan del Río. Desde entonces ha ocupado el cargo el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca. También está prevista la elección del Gran Canciller de la Universidad Pontificia de Salamanca. Como es habitual, se procederá a la aprobación de distintas Asociaciones Nacionales.

El arziprestazgo de Santo Domingo de Guzmán recibe la visita del arzobispo

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El pasado miércoles 14 de abril, los sacerdotes del arciprestazgo de Santo Domingo de Guzmán, se reunieron con nuestro arzobispo don Mario Iceta. El encuentro se desarrolló en Caleruega, en el convento de los Padres Dominicos. Don Mario quiso conocer personalmente a cada uno de los sacerdotes de este arziprestazgo y la labor que realizan. Fue un evento marcado por la confianza y la cercanía.

 

La visita a este arziprestazgo, concluyó ayer domingo 18 de abril, con la celebración de una misa en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora de Roa.

 

Estos encuentros son un gesto que don Mario está realizando desde que llegó a la archidiócesis y en los que siempre conjuga un encuentro con los sacerdotes de la zona y la celebración de la eucaristía en alguna de sus parroquias más señaladas. En este caso, se interesó por conocer la vida de las parroquias que conforman el arziprestazgo de Santo Domingo de Guzmán.

Continúa el trabajo para activar las conclusiones del Congreso Nacional de Laicos

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En febrero de 2020, un grupo de laicos acudió a Madrid para participar de una «experiencia eclesial». En este congreso trabajaron cuatro itinerarios: primer anuncio, acompañamiento, formación y presencia pública. La tarde del 15 de abril, en el Seminario de Burgos, tuvo lugar la reunión de trabajo de los asistentes al Congreso Nacional de Laicos de la diócesis de Burgos.

 

Este grupo lleva a cabo el trabajo post congreso, que debido a la pandemia se ha retrasado, pero no por ello, se ha dejado en el olvido. Precisamente al contrario, durante este último año ya se ha puesto de manifiesto la necesidad de abordar los temas e itinerarios que se propusieron en su día. La delegación de Apostolado Seglar ha recordado los instrumentos trabajados en el congreso a través de reuniones online y presenciales, siempre que ha sido posible.

 

En esta ocasión y después de un rato de oración en la capilla, se dividieron en grupos de cuatro personas, siempre respetando las medidas sanitarias vigentes, para llevar a cabo el método de trabajo establecido previamente. Esto les ha permitido abordar un tema de los cuatro itinerarios del Congreso, concretamente el «primer anuncio». Después del trabajo en grupo, se pusieron en común las aportaciones recibidas sobre actitudes y cambios a tener en cuenta, tanto a nivel personal como comunitario. La misión central es activar los procesos y proyectos trabajados, llevar a cabo planes o iniciativas necesarias en nuestra diócesis.

 

El grupo de laicos que ha participado en esta reunión de trabajo, lo ha valorado como «una sesión muy interesante y efectiva». A este encuentro le seguirán otros más. Dicen los participantes que siempre hay que tener en cuenta que «el presente, no ya el futuro de la Iglesia, depende de los laicos» y añaden que «seguirán intentando que toda actividad humana sea transformada por el evangelio».

 

La Pascua del trabajo

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Queridos hermanos y hermanas:

 

Decía Yibran Khalil, más conocido como el poeta del exilio, que «amar a la vida a través del trabajo es intimar con el más recóndito secreto de la vida». Y, por esta misma razón, porque el verbo amar es inseparable del verbo servir, tenemos que valorar el trabajo humano en la medida en que nos dignifica como hijos de Dios, corresponsables con Él en el cuidado de la vida y la creación.

 

El trabajo es una dimensión fundamental de la vida humana. Por eso, me ha parecido conveniente instituir en la archidiócesis de Burgos la Pascua del Trabajo, que celebraremos cada III domingo de Pascua, ya que caerá habitualmente en la proximidad del primero de mayo. Un día singular y, sin duda, significativo, que nace con el deseo de resaltar la dignidad del trabajo como cooperación a la obra creadora de Dios y como elemento que nos dignifica y nos hace crecer hacia nuestra plenitud. De este modo introduciremos esta dimensión esencial en el misterio de la Pasión, muerte y Resurrección del Señor.

 

En estos momentos de fatiga existencial, donde el coronavirus no solo se está llevando por delante la vida de muchos hermanos, sino, también, el trabajo y las ilusiones de muchas personas, necesitamos edificadores de la ciudad humana que cumplan –con sus propias manos– el sueño de Dios. Decía el Papa Francisco en la festividad de san José del año pasado que «el trabajo humano es la vocación recibida de Dios y hace al hombre semejante a Él porque, con el trabajo, el hombre es capaz de crear».

 

Por eso, toda injusticia cometida contra el trabajador daña la propia dignidad humana y nos embrutece. El trabajo, sin duda alguna, es una vocación humana y una bendición de Dios. Trabajar dignifica siempre, y nos hace crecer y desarrollarnos como personas y como comunidad. El trabajo templa el espíritu, nos permite expresar nuestra capacidad creativa, contribuye al bien del prójimo y edifica una sociedad fraterna. Un camino, a veces, duro, que necesita de un reconocimiento, unas condiciones y una remuneración justa y equitativa. Para ello, necesitamos releer la realidad con los ojos de Evangelio y con la Doctrina Social de la Iglesia reavivando las esperanzas que a día de hoy se ven amenazadas por esta crisis sanitaria, social y económica.

 

No olvidemos que «Aquel que, siendo Dios, se hizo semejante a nosotros en todo, dedicó la mayor parte de los años de su vida terrena al trabajo manual junto al banco del carpintero», manifiesta san Juan Pablo II en su encíclica Laborem exercens. Una circunstancia que constituye, por sí sola, «el más elocuente “Evangelio del trabajo”, que manifiesta cómo el fundamento para determinar el valor del trabajo humano no es, en primer lugar, el tipo de trabajo que se realiza, sino el hecho de que quien lo ejecuta es una persona humana» (LE, 6).

 

Queridos hermanos y hermanas: el trabajo no puede ser una mercancía o una actividad productiva sin más. Debe realizarse en condiciones adecuadas y respetuosas con el trabajador que promueva siempre su inherente dignidad. Por eso no podemos hablar con propiedad y verdad de «mercado laboral», porque el trabajo no es una mercancía que se pueda mercadear. Es muchísimo más. «Trabajo» y «persona» han de ir siempre de la mano; de otra forma, habremos deshumanizado la acción de trabajar, de servir y de poner en primer lugar y en el centro de todo a la persona.

 

El trabajo se une en una oración coral de fe y alabanza, dejando un lugar necesario y fundamental al descanso, desde la escucha de la Palabra de Dios, la celebración de la Eucaristía y el cuidado y servicio a la familia, a quienes nos rodean y particularmente a los necesitados. La Palabra es el termómetro que mide nuestra fidelidad y nos ayuda a unir trabajo y oración. Solo así, desde una economía de comunión que salvaguarde la dignidad y construya el Reino de Dios, tendrá sentido proclamar el Evangelio del trabajo: «Viviendo como cristianos en el mundo laboral y siendo apóstoles entre los trabajadores» (Mensaje de Benedicto XVI enviado al IX Foro Internacional de los jóvenes sobre el tema Testigos de Cristo en el mundo del trabajo).

 

Seamos pan partido y vino derramado que se conviertan, por amor y dignidad hacia los que más sufren, en Cuerpo y Sangre de Aquel nos amó primero. Arropemos a quienes no pueden trabajar, a los parados, cambiemos las condiciones penosas e indignas que puedan darse en algunos ámbitos laborales, honremos a quienes han sido heridos o han perdido la vida en el campo laboral. Reconozcamos adecuadamente con la remuneración y las condiciones justas de descanso, jubilación y futuro digno a quienes tanto han hecho para que todos disfrutemos del progreso y el bienestar, gracias al trabajo excelente y entregado de quienes nos precedieron y quienes, con nosotros, colaboran en la edificación de una sociedad justa y fraterna.

 

Con gran afecto, recibid mi bendición y felicitación en este tiempo de Pascua.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos

«La mejor política», tema del aula de Doctrina Social de Aranda de Duero

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politica fratelli tutti

 

El próximo lunes 19 de abril tendrá lugar la séptima sesión del Aula de la Doctrina Social de la Iglesia, organizada en Aranda de Duero por la Comisión de Pastoral Obrera del arciprestazgo de Santo Domingo de Guzmán. Los dos grupos habituales se reunirán en la parroquia de Santa Catalina a las 19:00 horas.

 

A lo largo de este curso se está reflexionando sobre la encíclica Fratelli Tutti (Todos hermanos) del papa Francisco, que fue presentada en la sesión de octubre. Este mes se abordará el capítulo 5º, «La mejor política», donde el papa habla de los riesgos de los populismos y los liberalismos, recuerda la necesaria reforma de la ONU para que sea realmente una «familia de naciones» y propone la caridad social y política como una forma concreta de vivir un amor cristiano «fecundo», más allá de los éxitos, dado que la política es necesaria para «crear instituciones más sanas, regulaciones más justas, estructuras más solidarias» (FT 186). Animará la sesión José Luis Lastra Palacios, vicario de pastoral.

 

El encuentro está abierto a los asistentes habituales del Aula de la Doctrina Social de la Iglesia y a cuantas personas interesadas quieran participar. Se continuará recaudando dinero para el gesto solidario anual, que en esta ocasión irá destinado al grupo arandino de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).