Sacerdotes para «cargar con la vida de las personas»

Don Mario Iceta ha ordenado sus seis primeros presbíteros como arzobispo de Burgos, a los que ha animado a sobrellevar «el dulce sufrimiento de evangelizar» con el mismo «corazón delicado» del Señor.
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Javier CaballeroVíctor López, Pablo DoradoDonaldo Iván MedalFrancisco Antonio Nestares y Norberto Penagos son ya sacerdotes. Han sido los primeros presbíteros ordenados por don Mario Iceta como arzobispo de Burgos en una eucaristía que se ha desarrollado esta mañana en la Catedral cumpliendo con todas las medidas sanitarias. Hacía años que la Seo no reunía en la misma celebración la ordenación de tantos sacerdotes, a los que el arzobispo ha facultado hoy mismo para poder confesar y celebrar los demás sacramentos con la entrega de las debidas licencias eclesiásticas: «Dios toma posesión, abraza y sostiene vuestras vidas y unge vuestras manos; manos para bendecir, para perdonar, celebrar la eucaristía, consolar a los tristes, ungir a los enfermos, santificar los matrimonios, para sostener a los que están decaídos, para transformar el mundo según el Reino de Dios. ¡Benditas manos!», ha trasladado en su homilía.

 

El arzobispo ha revelado que «nadie es digno» de recibir el sacramento del orden, si bien «Dios cuenta con nuestras debilidades, limitaciones y miserias, con nuestros panecillos duros y rancios y nuestros pececillos llenos de espinas». «El Señor, con eso poco, es capaz de alimentar a la multitud», ha insistido. Por eso, ha animado a los nuevos sacerdotes a implorar de Dios «un corazón delicado, como el del Señor», capaz de «cargar con la vida de las personas» «sin ojos duros de juicio», pues, ha trasladado, «esa es la tarea del sacerdote». «Dios siempre desborda y nos da su misericordia» y nos regala «no un espíritu de cobardía, sino de amor y templanza, de fidelidad» para poder sobrellevar «el dulce sufrimiento de evangelizar» y la «hermosa tarea de sembrar la Semilla».

 

Los seis nuevos sacerdotes recibieron su ordenación diaconal el pasado mes de noviembre, en pleno estado de alarma, y hoy han sido ungidos sacerdotes tras varios años de formación en los seminarios de San José y Redemptoris Mater Santa María la Mayor. A partir de mañana celebrarán diferentes misas de acción de gracias en sus respectivas comunidades.

 

Para el arzobispo ha sido también un día de sentimientos encontrados pues, junto a la alegría por la ordenación de estos sacerdotes, ha sido testigo del fallecimiento de su madre Carmen, que ha muerto en sus manos esta misma mañana, como él mismo ha revelado. «Estoy tranquilo, el Señor ha venido a buscarla mientras estaba en mis brazos, rezad por ella», ha trasladado a los presentes. El funeral por su eterno descanso tendrá lugar mañana domingo a las 18:00 horas en la Catedral.

 

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