La imagen del mes de julio: María Magdalena

Esta obra de Diego de Siloé se halla en el retablo de Santa Ana de la capilla del Condestable de la catedral de Burgos. La imagen data del siglo XVI.
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Breve descripción de esta imagen de María Magdalena

 

A la derecha del altar mayor de la capilla del Condestable, se yergue el retablo de Santa Ana concebido como un agudo pináculo gótico con doseles que albergan en sus nichos el repertorio más bello de figuras femeninas de toda la capilla, coronado por una imagen de San Rafael de otra época. Este retablo se articula en tres pisos, tanto en su parte central como en el único lateral, que se articula hacia el altar mayor. Las Santas Magdalena, Marina o Margarita y Perpetua son obras de Diego de Siloé.

 

En el segundo piso del lateral del retablo se halla María Magdalena. Su posición es más erguida que la de las otras santas del mismo artista en este retablo: la cabeza se inclina a la derecha y con la pierna izquierda inicia un paso hacia adelante. En esta imagen la Santa tiene grandes ojos, nariz recta desde la frente, labios carnosos muy bien dibujados y óvalo redondeado con hoyuelo en el mentón, y su expresión es ensimismada y diferente a la de otras santas del mismo retablo. Cubre su cabeza con un velo caído a la derecha y echado hacia atrás a la izquierda con una franja de fondo blanco en la que se puede leer María Madalena, sin g, en letras capitales doradas. Su cabello con raya en medio se recoge en mechones por anillas dobles a los lados y formando una trenza se enrolla en la cabeza.

 

Alrededor de su cuello se adorna con un collar de piezas que parecen semillas, sujeto por la mano izquierda de largos dedos arqueados. El sayo, con reborde dorado y chatón de orfebrería con piedras, se ajusta por una cinta que deja caer los pliegues rectilíneos de la falda hasta los pies, forma peculiar en la que suele disponerlos Diego de Siloé. La policromía alterna las franjas de fondo rojizo moteado en verde con las decoradas con delicados dibujos o motivos geométricos dorados sobre fondo blanco, separadas por otras más estrechas en tono verde oscuro. Sus mangas, con acuchillados muy destacados que dejan ver los bullones de la camisa, apuntan la cronología que se asigna al retablo, coincidente con la del copón o tarro de perfume de silueta panzuda, del que siempre va acompañada esta Santa y la identifica claramente. Su manto es dorado, decorado con bandas en rojo y cruzado su extremo por delante de la falda. La riqueza decorativa y la bella policromía de Picardo dan prestancia a esta sencilla y bellísima figura.

 

Esta santa es especialmente venerada en Marsella.

 

Confusión entre la mujer pecadora y María Magdalena

 

Estas dos tablas son obra de Juan de Flandes, datadas entre finales del siglo XV y principios del XVI, y formaban parte del políptico de Isabel la Católica, constituido por cuarenta y siete tablas, que estaban
en el castillo de Toro, donde se guardaban todas ellas en un armario, de las que se hizo un inventario el 25 de Febrero de 1505.

 

La primera, «Cena en casa de Simón», en el inventario de Toro, se la denomina «La Penitencia de la Magdalena». El nombre de la segunda tabla es “Noli me tangere”. En ambas, la Magdalena aparece vestida según la moda castellana de la época, con un rico traje castaño claro, en el que se aplican en realce varias letras «M», alusivas a su nombre, y con un manto carmín, estando a su lado derecho el tarro de las esencias. La identificación entre las dos mujeres es evidente.

 

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