Tras un año de parón por la pandemia, la 73ª Semana Española de Misionología ha retornado a su cita burgalesa del mes de julio. Como cada año, la Comisión Episcopal de Misiones, las Obras Misionales Pontificias y la Facultad de Teología de Burgos convocan este encuentro de formación y reflexión sobre la Misión. En la presente edición lo hace con un programa más breve que en otras ocasiones, pero igualmente atractivo (prueba de ello son los 50 matriculados en el evento).
La primera sesión, que se celebró ayer, contó con la intervención telemática del Cardenal de Santiago de Chile, Celestino Aós, quien habló de Laicidad y Misión. Tras el saludo protocolario del arzobispo de Burgos, Mario Iceta Gavicagogeascoa, presidente de la Semana Española de Misionología (SEM), y del decano de la Facultad, José Luis Cabria, el ponente mostró las dificultades de vivir y anunciar la fe en una sociedad pluralista en la que la Iglesia muchas veces se siente desprestigiada.
Lejos del pesimismo, insistió en que el que ama a la gente lo hace «con generosidad, sin recortes y sin acomodamientos». Recordaba la misión de la Iglesia chilena durante la pandemia: la mayor parte de los capellanes eran de edad avanzada y se ofrecieron 60 sacerdotes jóvenes para atender a los enfermos de los hospitales, «un gran gesto de generosidad sin más recompensa que acompañar en los momentos de dolor y desesperanza».Recordó, igualmente, que todo cristiano debe tener un corazón misionero. Lo esencial, señaló, es el amor y la actitud de diálogo ante los que nos persiguen. «Se trata de recibir a los hombres, antes que predicarles».
Un momento difícil
Aós reconoció que la Iglesia chilena está atravesando un momento difícil (en la retina de todos está la quema de iglesias en la capital). Dicha quema «es la expresión, tantas veces manipulada, de una repulsa hacia ‘el extranjero invasor’», entendiendo que la misión de la Iglesia también es una expresión de colonización. Así está sucediendo con algunas etnias indígenas, como es el caso de los mapuches. «La Iglesia siempre y desde siempre ha estado a su lado. No es invasora, sino samaritana», subrayó.
Por último, reconoció el magnífico testimonio de los laicos, algunos de ellos «mártires modernos»: algún magistrado se ha jugado su puesto y carrera por mostrarse crítico con la Ley de la Eutanasia. Con el ánimo sereno, recordó que el «óleo del bautismo no se borra jamás en el alma del bautizado».
Venimos asistiendo a lo que algunos analistas llaman «cambio de época» o «cambio de paradigma». Este fenómeno hace que todo tenga que reubicarse. La Iglesia, tras las llamadas reincidentes a la nueva evangelización, acuñó con la llegada del Papa Francisco la terminología «nueva etapa evangelizadora».
Desde el arciprestazgo de Gamonal, llevan años desarrollando una reflexión sobre cómo hacer más misioneras las comunidades parroquiales. Una tarea en la que encuentran la necesidad de ayudar a despertar en los ciudadanos la identidad de sentirse misión. Han descubierto en las parroquias «que hay laicos que actúan desde la buena voluntad, sin mucha conciencia bautismal y algunos posiblemente están saturados o desmotivados». La situación de pandemia que ha sufrido el mundo, ha puesto más al descubierto la necesidad de reaccionar. La labor y el testimonio del laicado son muy necesarios en este momento, «arrancando y acompañando procesos».
Las parroquias que conforman el arciprestazgo de Gamonal consideran necesario «que los laicos despierten su vocación, protagonismo y misión, y que los sacerdotes consagren más energía a esta tarea». Tras las propuestas acordadas en el Congreso de Laicos y el documento Cristianos Laicos Iglesia en el Mundo, creen que es necesario abordar y promocionar el laicado. Conseguir una Iglesia sinodal y bautismal, «desde la igualdad, en diálogo fraterno y en misión compartida entre sacerdotes y laicos, sin suplir a nadie».
En estos últimos meses, inmersos en la pandemia y como fruto del Espíritu, ha surgido la Comisión de Promoción del Laicado en Gamonal. Un encuentro que ha comenzado con aquellos laicos del arciprestazgo que participaron en febrero de 2020 en el Congreso Nacional de Laicos. El equipo, coordinado por María Pilar Sáez Sáez y con Javier García Cadiñanos como consiliario, pretende «ser foro» donde seguir haciendo una reflexión a partir de la realidad arciprestal y donde encontrar a aquellos laicos que están buscando. Del mismo modo, este grupo quiere «ser taller» donde establecer nexos con las parroquias, descubrir sus necesidades, sus retos… y ofrecer herramientas para ayudar a despertar la vocación y la misión laical.
Para empezar su andadura, han elaborado una sencilla encuesta que ayude a tomar conciencia del alcance que tiene el bautismo en la vida cotidiana y han recorrido distintas parroquias recogiendo todas las reflexiones. Ahora, la tarea se centra en recopilar y estudiar las respuestas, para poder abrir un proceso de reflexión conjunta que ayude a ser «levadura y fermento» del Evangelio, en este tiempo apasionante que vivimos. Una promoción del laicado, en la que ya trabaja el arciprestazgo de Gamonal y con la que esperan recoger pronto sus frutos.
Con la llegada del verano, distintos colectivos organizan jornadas para despedir el curso y hacer una evaluación de todo el recorrido. Es lo que realizaron el pasado domingo 13 de junio, una veintena de militantes de los movimientos de Acción Católica, miembros de este consejo diocesano.
Tras más de un año sin verse las caras, mantuvieron este encuentro para dar comienzo al verano y contar las experiencias vividas durante los últimos meses.
Contando los días para la celebración del Octavo Centenario de la Catedral, aprovecharon el templo gótico como lugar de encuentro. Visitaron la Seo y descubrieron el mensaje evangélico que muestran sus diferentes puertas. Tuvieron la ocasión de observar, de manera detenida, distintos rincones del templo que aportan una riqueza incomparable.
Finalizaron este día de unión visitando las obras de acondicionamiento que el arzobispado ha realizado en los locales donde tienen la sede del Consejo, en la Plaza Particular de Clunia.
Continúa el servicio de acompañamiento del Centro de escucha diocesano
Dentro de lo que fue la última reunión mensual que los miembros del Centro de escucha san Camilo tienen para su encuentro, formación y supervisión, el pasado 22 de junio la Comunidad de Vida Cristiana procedió a la donación de la biblioteca básica de escucha.
Luis Fernando Martínez y José Martín Gutiérrez, como representantes de esta Comunidad en Burgos, hicieron entrega a la responsable de formación del Centro de Escucha, Rosana Tapia, de una selección de los mejores libros editados, acerca de la relación de ayuda, acompañamiento en el duelo, el consueling y otros libros que sirven de apoyo a la formación básica de los escuchas.
Una aportación generosa que se añade a la estrecha colaboración que mantienen ambos colectivos. Durante los meses de verano, el Centro de escucha seguirá prestando sus servicios de acompañamiento. Un lugar de acogida y apoyo para todas aquellas personas que estén atravesando una situación de sufrimiento o crisis, y quieran enfrentarse a dicho dolor de una manera acompañada.
Breve descripción de esta imagen de María Magdalena
A la derecha del altar mayor de la capilla del Condestable, se yergue el retablo de Santa Ana concebido como un agudo pináculo gótico con doseles que albergan en sus nichos el repertorio más bello de figuras femeninas de toda la capilla, coronado por una imagen de San Rafael de otra época. Este retablo se articula en tres pisos, tanto en su parte central como en el único lateral, que se articula hacia el altar mayor. Las Santas Magdalena, Marina o Margarita y Perpetua son obras de Diego de Siloé.
En el segundo piso del lateral del retablo se halla María Magdalena. Su posición es más erguida que la de las otras santas del mismo artista en este retablo: la cabeza se inclina a la derecha y con la pierna izquierda inicia un paso hacia adelante. En esta imagen la Santa tiene grandes ojos, nariz recta desde la frente, labios carnosos muy bien dibujados y óvalo redondeado con hoyuelo en el mentón, y su expresión es ensimismada y diferente a la de otras santas del mismo retablo. Cubre su cabeza con un velo caído a la derecha y echado hacia atrás a la izquierda con una franja de fondo blanco en la que se puede leer María Madalena, sin g, en letras capitales doradas. Su cabello con raya en medio se recoge en mechones por anillas dobles a los lados y formando una trenza se enrolla en la cabeza.
Alrededor de su cuello se adorna con un collar de piezas que parecen semillas, sujeto por la mano izquierda de largos dedos arqueados. El sayo, con reborde dorado y chatón de orfebrería con piedras, se ajusta por una cinta que deja caer los pliegues rectilíneos de la falda hasta los pies, forma peculiar en la que suele disponerlos Diego de Siloé. La policromía alterna las franjas de fondo rojizo moteado en verde con las decoradas con delicados dibujos o motivos geométricos dorados sobre fondo blanco, separadas por otras más estrechas en tono verde oscuro. Sus mangas, con acuchillados muy destacados que dejan ver los bullones de la camisa, apuntan la cronología que se asigna al retablo, coincidente con la del copón o tarro de perfume de silueta panzuda, del que siempre va acompañada esta Santa y la identifica claramente. Su manto es dorado, decorado con bandas en rojo y cruzado su extremo por delante de la falda. La riqueza decorativa y la bella policromía de Picardo dan prestancia a esta sencilla y bellísima figura.
Esta santa es especialmente venerada en Marsella.
Confusión entre la mujer pecadora y María Magdalena
Estas dos tablas son obra de Juan de Flandes, datadas entre finales del siglo XV y principios del XVI, y formaban parte del políptico de Isabel la Católica, constituido por cuarenta y siete tablas, que estaban
en el castillo de Toro, donde se guardaban todas ellas en un armario, de las que se hizo un inventario el 25 de Febrero de 1505.
La primera, «Cena en casa de Simón», en el inventario de Toro, se la denomina «La Penitencia de la Magdalena». El nombre de la segunda tabla es “Noli me tangere”. En ambas, la Magdalena aparece vestida según la moda castellana de la época, con un rico traje castaño claro, en el que se aplican en realce varias letras «M», alusivas a su nombre, y con un manto carmín, estando a su lado derecho el tarro de las esencias. La identificación entre las dos mujeres es evidente.
Un total de 573 burgaleses han salido de estas tierras a la misión. Anuncian el evangelio en 69 países de todo el mundo, siendo América y Europa los continentes donde más están presentes (con 399 y 91, respectivamente), seguidos de África (58), Asia (29) y Oceanía (1). La mayoría son hombres (309) y del total destaca el aumento paulatino de laicas (5), laicos (3) y familias enteras (9) que no pertenecen a ninguna congregación ni institución religiosa. A ellos se suman, desde ayer, otros tres sacerdotes diocesanos que fueron enviados a anunciar el evangelio a tierras lejanas: Juan Velasco, Francisco Javier Marcos Benito y José Antonio Arroyo.
Ellos y sus familias fueron protagonistas del «Día del Misionero Burgalés», una cita ineludible en el verano diocesano y que se celebró en esta ocasión en la Catedral con motivo del Año Jubilar. Centenar y medio de personas, entre misioneros y amigos de las misiones, atravesaron la Puerta Santa del Perdón y participaron en una eucaristía presidida por el vicario general de la archidiócesis y obispo electo de Mondoñedo Ferrol, don Fernando García Cadiñanos. Lo hizo en representación del arzobispo, don Mario Iceta, que se ausentó del acto para participar en la toma de posesión del nuevo obispo de Bilbao, don Joseba Segura, y que envió un vídeo mensaje de agradecimiento a todos los misioneros burgaleses.
Semana de las misiones
El día del Misionero Burgalés fue el preludio de la Semana Española de Misionología, que se celebrará los días 6 y 7 de julio en la Facultad de Teología, tanto en modalidad presencial como online. Intervendrán el cardenal Celestino Aós Braco, OFM Cap, arzobispo de Santiago de Chile, con la ponencia «Laicidad y Misión», y el cardenal Cristóbal López Romero, salesiano arzobispo de Rabat, que hablará sobre «Diálogo interreligioso fraterno y Misión».