El archivo de la Catedral suma ya 240.000 documentos digitalizados

Desde que se pusiera en marcha este servicio, Fundación Caja Círculo han invertido 1.400.000 euros para poner a disposición de los historiadores de todo el mundo este importante fondo documental.
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El servicio de catalogación e informatización del Archivo de la Catedral de Burgos sigue ampliándose. Fundación Caja Círculo y el Cabildo han firmado esta mañana un nuevo convenio de colaboración para ampliar este fondo documental, que suma ya 240.000 piezas desde que se pusiera en marcha este servicio en 1994. Ahora, y con un presupuesto de 22.000 euros, se pretende poner al alcance de historiadores e investigadores los documentos relativos a las capillas de la Presentación y la Natividad: «De ser desconocido, el archivo de la Catedral ha pasado a ser uno de los más respaldados y admirados en todo el mundo. No hay ninguna otra catedral que ofrezca este servicio», ha subrayado Emilio de Domingo, presidente de la Fundación Caja Círculo.

 

Los documentos que se ponen ahora a disposición de los historiadores de manera online hace referencia a dos de las grandes capillas de la Seo, las de la Presentación y la Natividad. La primera, también conocida como capilla de San José o incluso de la Consolación, fue mandada construir por Gonzalo Díaz de Lerma en 1520 como capilla funeraria, encomendando su fábrica a Juan de Matienzo, quien finalizó su construcción en apenas cuatro años sobre un viejo corral cedido por el Cabildo. La capilla debía ser accesible desde el templo y con culto permanente, que exigió una capellanía de siete capellanes limpios de sangre (una condición nunca antes exigida en la Catedral) y dos acólitos para mantener misa cantada todos los días. En el espacio destacan el sepulcro del canónigo constructor, obra de Felipe de Bigarny, y un cuadro de la Sagrada Familia de Sebastiano del Piombo.

 

La capilla de la Natividad fue fundada por Ana de Espinosa, viuda de Pedro González de Salamanca, en el espacio de dos capillas anteriores del S. XIII dedicadas a San Gil y a San Martín de Tours. Lo hizo con la gran fortuna que heredó de su esposo y de sus hijos en sus idas y venidas mercantiles al Nuevo Mundo. Quiso lograr una «capilla suntuosa y luminosa» y su construcción comenzó en 1562 por el maestro de cantería Martín de Berriz y el escultor y arquitecto Martín de la Haya, quien fabricó el retablo y la sillería, ayudado del escultor Domingo de Berriz y los doradores Juan de Cea y Constantino de Nápoles. Pedro de Arce realizó la vidriera, perdida en 1813, y Denys de León la reja.

 

Los documentos de estas dos capillas suponen solo «una pequeña historia para la gran historia de la Catedral de Burgos», ha asegurado el archivero de la Catedral, Matías Vicario. Con su accesibilidad a través de internet, se puede lograr que numerosos investigadores puedan conocer no solo la vida de la Seo burgalesa, sino también su relación con España e, incluso, con el papado. «Otro modo más de unirnos a las celebraciones del VIII Centenario», ha concluido el archivero, quien también ha revelado que aún queda trabajo por hacer –casi la mitad– para concluir el trabajo de digitalización del archivo catedralicio.

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