«Manjón y Palencia»: una nueva fundación canónica para los colegios diocesanos

El arzobispo, don Mario Iceta, aprueba una nueva fundación canónica autónoma para los colegios diocesanos con el fin de promover una educación integral de inspiración cristiana.
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Con la intención de lograr una mejor coordinación y unidad de actuación en los colegios diocesanos, además de una mejor consecución de sus fines, el pasado mes de noviembre nació la Fundación Canónica Autónoma de Colegios Diocesanos Manjón y Palencia. Su finalidad, tal y como se expone en el Boletín Oficial de la Archidiócesis [diciembre 2021] es promover una educación integral de inspiración cristiana, de calidad y excelencia y que dote a los alumnos de recursos para que en el futuro sean personas competentes y capaces de transformar la sociedad. Este nuevo órgano diocesano está regido por un patronato compuesto por doce miembros, de los cuales la presidencia corresponde al arzobispo de Burgos, don Mario Iceta, y cuenta con varios seglares que aportarán sus conocimientos en el mundo educativo, que mantuvieron ayer mismo una jornada de encuentro y trabajo. Entre estos miembros está Andrés Picón, quien como director general para la Fundación expresa que «es bueno separar los colegios de toda la administración diocesana para darles más independencia, además de dotarles con un instrumento administrativo más ágil».

 

Evangelizar en las asignaturas ordinarias

 

Picón, quien también ejerce como delegado episcopal para los colegios diocesanos, explica que esta Fundación se debe a una apuesta fuerte por la escuela católica, «por el derecho que tiene la Iglesia a fundar colegios y educar a los hijos de los cristianos que quieran esta educación para ellos inmersa en una cultura cristiana. Es una forma de ver el mundo desde nuestros principios del evangelio». Y sobre el peso de la pastoral en estos centros, aclara que siempre ha estado potenciada, pero sin limitar la actividad evangélica a la catequesis o misas que puedan celebrarse, y que tienen un gran papel pero son insuficientes: «Buscamos que los colegios tengan una identidad completamente cristiana y la pastoral ordinaria; la presencia que hay en este curso de sacerdotes que ejercen como capellanes en los colegios son importantes, pero si queremos formar hombres y mujeres con criterios y cultura cristiana, esa cultura ha de adquirirse fundamentalmente en las asignaturas de literatura, de historia, de física y química, de filosofía… es en estas asignaturas donde está la cultura cristiana y donde tiene que estar el cristiano si queremos influir en la evangelización del mundo», sostiene.

 

«La evangelización –continúa exponiendo Picón– no es fundamentalmente una labor catequética, sino es cambiar nuestra forma de pensar, de ver y de juzgar la realidad de acuerdo con el evangelio, con la historia de la salvación y de la Iglesia a lo largo de estos siglos. Los alumnos pueden vivir en un ambiente cristiano en sus casas, pero de qué sirve todo eso si luego en física y química les explican que el mundo es producto de la casualidad o les dicen en literatura que los grandes literatos eran anticlericales o que la Iglesia lo único que ha hecho es quemar libros, o que les digan en filosofía que Dios no existe porque no se puede probar. Por más que vayan a catequesis o que su familia sea cristiana, los alumnos que viven una atmósfera así no serán cristianos».

 

Potenciar la esencia de la escuela católica

 

Entre las primeras actuaciones de esta Fundación Manjón y Palencia está una convención de directores de los colegios para llevar una pedagogía más o menos conjuntada y lograr una economía centralizada, aunque cada centro tendrá su independencia económica debido a su conciertos. «Vamos a tener un equipo de pastoral que trabaje conjuntamente en los seis colegios que pertenecen a la Fundación (los cinco colegios de titularidad diocesana –Saldaña, María Madre, Apóstol San Pablo, San Pedro y San Felices, Santa María la Nueva y San José Artesano– y el colegio Círculo Católico, que contará con un convenio para que  se aborde la dirección pedagógica y la pastoral). Además, también se abre la posibilidad de establecer convenios con otros colegios de órdenes religiosas, aunque esto es algo que aún está por estudiar. «Estamos dispuestos a trabajar con estas entidades porque no queremos que se pierda la esencia de la escuela católica en la ciudad de Burgos». 

 

Sobre esta esencia, el director general de la Fundación Manjón y Palencia apunta a tres niveles de pastoral en los colegios que abarca el territorio de la archidiócesis. En primer lugar están los colegios diocesanos y el colegio Círculo, que pertenecen a la Fundación. Son seis centros y cuentan con 5.000 alumnos. El segundo «anillo» sería la escuela católica, que son los colegios que pertenecen a las órdenes religiosas. «En la diócesis son 30 centros y educan a unos 15.000 alumnos aproximadamente, y junto con los colegios diocesanos suman el 40% de la escuela en Burgos». El tercer núcleo es la enseñanza religiosa en la escuela pública, la asignatura de Religión, y cuya situación resulta preocupante, pues cada año baja la demanda. «Aquí por una parte contamos con las clases de Religión y también con el testimonio y la libertad de cátedra de los profesores cristianos, que también es una forma de evangelizar. Su vida ha de ser conforme a lo que predican, congruente y que transmita la alegría de ser cristiano».

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