Semana Santa: «Acompañar dolientes a Cristo doliente»
La devotio moderna fue una corriente espiritual nacida en la baja Edad Media en los Países Bajos y que pronto se extendió a toda Europa. En ella cobra especial protagonismo la emotividad, exaltando la humanidad de un Cristo que sufre en su Pasión y mueve a la compasión de los fieles que desean acompañarlo en su agonía. El dramatismo de las últimas horas de la vida de Jesús, su muerte y resurrección dio lugar a una serie de manifestaciones culturales que han perdurado hasta nuestros días con el objetivo de «acompañar dolientes a Cristo doliente». El «ciclo de la Pasión» ha tenido su reflejo en la literatura, los autos sacramentales, la música y el arte, dando lugar a imágenes devocionales que aún salen a la calle en procesión o que inundan los rincones de iglesias y catedrales.
Las de la Seo burgalesa las conoce al dedillo Pilar Alonso Abad, doctora en Humanidades, profesora del Área de Historia del Arte de la Universidad de Burgos, Premio Internacional Grupo Compostela Xunta de Galicia 2018 y encargada de pregonar anoche la Semana Santa burgalesa, la primera tras dos años de pandemia. En su alocución, desgranó «el elocuente repertorio iconográfico» que atesora la Catedral y que da cuenta de las últimas horas de Cristo. La entrada al claustro o el Cristo atado a la columna de Siloé, el magnífico trasaltar de Bigarny y Alonso de los Ríos, las vidrieras del rosetón del Sarmental o el imponente crucificado de Mateo Cerezo son solo algunos de los numerosos ejemplos en los que la pregonera centró su mirada. Todo ello, sin olvidar los innumerables «símbolos de la Pasión» que coronan retablos o monumentos funerarios a lo largo y ancho del templo gótico.
Todos estos elementos culturales son fruto de la creencia y devoción «de miles de personas y burgaleses» a lo largo de los siglos, y que son «ejemplo vivo y atemporal» de «una fe que siempre ha sido presente». Alonso Abad recordó en su pregón que «si las tallas empequeñecen cuando nos alejamos de ellas, las personas crecen cuanto más nos aproximamos a ellas». De ahí que tuviera un recuerdo a tantos otros ‘cristos’ actuales que también llevan en sus vidas las marcas de la Pasión: los enfermos, las personas que sufren soledad, las víctimas de la trata… y de tantos otros que procuran revertir su situación de forma altruista. «Héroes actuales que hacen frente a la pandemia» y «valientes que se rebelan ante las injusticias de la guerra» y otras catástrofes. Personas, en definitiva, que «con voluntad y decisión hacen mejor la vida de los demás» porque «sueñan, creen y actúan». «Quizás no tenemos todo lo que pedimos, pero encontramos todo lo que necesitamos», concluyó.
En el acto –en el que participó el arzobispo, don Mario Iceta, el arzobispo emérito, don Fidel Herráez, representantes de todas las cofradías y hermandades que integran la Junta de la Semana Santa y numerosas autoridades civiles, políticas y académicas– concluyó con la interpretación del Stabat Mater a Quattro con violini, de Antonio Maria Bononcini (1677-1726), interpretado por la Burgos Baroque Ensemble bajo la batuta de Roberto Alonso.