Un Rosario de la Aurora para convertir «nuestra sociedad acartonada»
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No es necesaria mucha publicidad ni grandes convocatorias: los burgaleses se suman en masa al popular Rosario de la Aurora. Más si cabe después de dos años de pandemia, que han obligado en las últimas ediciones a pensar alternativas a esta tradicional cita en la mañana del 13 de mayo. Puntual, el arzobispo, don Mario Iceta, saludaba a los congregados a los pies de la Catedral para comenzar a las 6:30 de la mañana la procesión, que ha recorrido desgranando misterios del Rosario las calles de la Paloma, Laín Calvo, plaza Alonso Martínez, Santander, Mío Cid y paseo del Espolón. «Pidamos especialmente por la paz, tan necesaria en nuestro mundo», ha exhortado. Y así ha sido. También se ha pedido por los jóvenes, la familia, los pobres y necesitados, los mártires de hoy en día y tantos cristianos que sufren persecución a causa de su fe en todo el mundo.
Tras el rezo del Rosario, de nuevo en la Catedral, el arzobispo ha presidido la eucaristía. En su breve homilía, ha recordado que los mensajes de la Virgen de Fátima en sus apariciones tenían en común un único mensaje: «Cambiar el corazón». «Parece que todo está bien, que todo circula y todo funciona, pero vemos sin embargo que el mundo está sumido en violencias, guerras, injusticia, angustia, soledad. Vivimos solos en nuestro individualismo y necesitamos el don del Espíritu que convierta radicalmente nuestros corazones. Necesitamos una humanidad nueva, si no todo serán cataplasmas; necesitamos convertir nuestra sociedad envejecida y acartonada no por nuestro trabajo, sino que es un don de Cristo que transforma nuestros corazones. Solo así daremos frutos de donación, paz, alegría y esperanza», ha subrayado.
También ha recordado que la Virgen de Fátima pone en el centro de la atención de la Iglesia la familia, el cuidado de la vida naciente y la que está por terminar –«la vida es un don y eliminarla no es un bien; no podemos agravar la ya agravada situación con nuevas leyes», ha advertido–, el acompañamiento a las personas que viven en soledad y la paz para toda la humanidad.
Desde hace años, el Rosario de la Aurora es uno de los actos de piedad que reúne a mayor número de personas. Organizado por la milicia de Santa María de Burgos, este popular Rosario no es el único acto mariano que se desarrolla durante el mes de las flores. Las tardes de cada sábado de mayo congregan también a un buen número de burgaleses en torno a la estatua de santo Domingo de Guzmán, en el paseo Sierra de Atapuerca, para rezar el Rosario. Al concluir el mes de mayo, el último sábado, organizan igualmente otro Rosario de la aurora por las calles del popular barrio de Gamonal.