Santa María la Mayor sale de nuevo a la calle la víspera de la Asunción

El arzobispo, don Mario Iceta, ha presidido la eucaristía, en la que ha recordado que «María es ejemplo de lo que esperamos»: «En Dios caben las almas y los cuerpos», ha dicho en su homilía.
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Fue Pío XII en 1950 quien promulgó el último de los dogmas marianos de la Iglesia: el de la Asunción de María en cuerpo y alma a los cielos. Lo hizo como constatación de una obviedad que el Pueblo de Dios vivió desde tiempo inmemorial. De hecho, de las 77 catedrales que pueblan la geografía española, 33 de ellas están dedicadas al misterio de la Asunción, tal como ha recordado esta tarde el arzobispo. Entre ellas, la de Burgos, que ya en 1221 se erigió a la María como «la Mayor de Castilla» y que celebra su fiesta coincidiendo con la solemnidad de la Asunción, a la que el arzobispo ha calificado como el «dies natalis» de la Virgen.

 

Por eso, las catedrales son expresión «de la entrada al cielo». «Son altas para que miremos hacia arriba, hacia Dios», ha dicho don Mario Iceta en su homilía. «Son expresión de la morada eterna que esperamos, que es la máxima belleza, la máxima luz». Para el pastor de la archidiócesis, el misterio de la Asunción anima al Pueblo de Dios a vivir la esperanza: «En el corazón de Dios caben las almas y los cuerpos y María es ejemplo de lo que nosotros esperamos: nuestra carne unida para siempre a Dios; Dios en medio de nosotros. Dios hecho carne de la Virgen María nos llevará a lo que nuestro corazón ansía», ha predicado.

 

Para ello, es necesario «recorrer el camino de la humildad, de lo pequeño». De estar como María «atentos al susurro de Dios», «escuchar su Palabra y cumplirla». «Dios existe y no eres tú; necesitamos reconocernos como hijos, en humildad y pequeñez», ha insistido.

 

Procesión

 

Antes de la misa, numerosos fieles han acompañado la imagen de Santa María la Mayor que, después de dos años a causa de la pandemia, ha vuelto a salir a la calle en procesión portada en una carroza, con el rezo del Rosario y ante la atenta mirada de burgaleses y foráneos.

 

Coincidiendo con el misterio de la Asunción de la Virgen al Cielo, el primer templo de la archidiócesis conmemora el título que el rey Alfonso X, el Sabio puso como blasón de la catedral en el año 1260: «Es esta la iglesia dedicada a Santa María, la mayor de Castilla». La imagen venerada que recibe este título data del siglo XV y, desde 1596, ocupa el espacio central del retablo mayor, justo debajo de la escultura de la Asunción de la Virgen, de Juan de Anchieta (1578).

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